Donald Trump

El globo sonda de Trump

Tomando en cuenta las condiciones del Covid-19 es cierto que podrían existir pocas condiciones para votar presencialmente en los centros electorales de EE UU

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Donald TrumpDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

«Con la votación universal por correo (no la votación en ausencia, lo cual es bueno), 2020 será la elección más imprecisa y fraudulenta de la historia. Será una gran vergüenza para los Estados Unidos. ¿Retrasar la elección hasta que las personas puedan votar de manera adecuada y segura?». Este es probablemente uno de los mensajes más controvertidos que ha escrito el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en lo que va de campaña electoral.

Una de las técnicas en comunicación política más frecuentes es la de «globo sonda». Esta implica que el político envía un mensaje con una propuesta –que a priori sabe que es controvertida- para medir la reacción en la opinión pública, en los medios y en los grupos de interés. A partir de esas reacciones, el político decide si seguir con la idea, modificarla o sencillamente olvidarla y pasar a otro tema. Para saber su viabilidad resulta imprescindible «ponerlo sobre la mesa» para que justamente se genere el debate; de otra forma, sería imposible.

El mensaje parece ser eso; una idea polémica, que claramente él lo desea, pero que debe posicionar en el debate público para tomar la decisión sobre insistir en el tema o desistir de él. Es claro que sus palabras escritas esconden una intención clara: no perder la elección. En primer lugar, Trump reconoce con esta polémica propuesta que está perdiendo en las encuestas.

En segundo lugar, que la economía no mejorará –por lo menos de manera significativa– antes del mes de noviembre cuando se celebrarán las elecciones. Y, en tercer lugar, el magnate presidente reconoce que se queda sin argumentos válidos y legítimos que puedan hacerle un verdadero daño a su contrincante, el candidato demócrata, Joe Biden.

La idea podría tener algún tipo de validez. Tomando en cuenta las condiciones producto del Covid-19 es cierto que podrían existir pocas condiciones para votar presencialmente en los centros electorales. Sin embargo, es difícil argumentarla tomando en cuenta que también se quieren reabrir las escuelas y que los niños vuelvan de alguna forma a las aulas.

En este sentido, la propuesta sobre retrasar el proceso electoral podría convertirse en un arma de doble filo para el candidato republicano que busca la reelección. Parece evidente que es una medida desesperada para intentar recuperar puntos en las encuestas, darle a la economía una mayor oportunidad de recuperación y reorganizar su campaña electoral que ha estado directamente afectada por la gestión del coronavirus y la ola creciente de infectados y fallecidos por la pandemia.

Parece difícil que unos de los sistemas democráticos más sólidos del mundo pueda permitir la suspensión de elecciones. Hoy, quizá como nunca antes, las instituciones democráticas se ponen a prueba y tendrán que ser sus representantes quienes decidan si la propuesta del inquilino de la Casa Blanca tiene viabilidad o, por el contrario, representa un atentado en contra de la estabilidad democrática de los Estados Unidos.