Bielorrusia

La Nobel Svetlana Alexievich reclama dialogar con Lukashenko

Detenidos decenas de manifestantes mientras regresaban a sus casas tras participar en las manifestaciones contra la reelección por sexta vez consecutiva de Lukashenko

La escritor bielorrusa ganadora del Premio Nobel, Svetlana Alexievich, pasa junto a un oficial de policía al llegar al Comité de Investigación de Bielorrusia en Minsk para ser interrogada.
La escritor bielorrusa ganadora del Premio Nobel, Svetlana Alexievich, pasa junto a un oficial de policía al llegar al Comité de Investigación de Bielorrusia en Minsk para ser interrogada.Sergei GritsAgencia AP

De los miles de aplausos que la escritora Svetlana Alexievich ha podido recibir a lo largo de su carrera, posiblemente el de ayer fue uno de los que mejor recordará el resto de su vida. Esta vez, la premio Nobel de Literatura, no acudía a ningún auditorio para recibir un galardón, sino al comité de investigación que persigue posibles delitos por parte de la oposición para defenderse de las acusaciones vertidas sobre ella.

En la puerta, la recibían decenas de ciudadanos con flores y ovaciones para recordarle que no estaba sola en este via crucis innecesario. Alexievich forma parte desde su creación del comité de coordinación para la transición formado por la oposición bielorrusa, y como miembro de dicha asamblea el poder la ha considerado un «elemento peligroso».

Otros dos integrantes del consejo, Serguei Dilevski y Olga Kovalkova, fueron condenados el martes a diez días de detención por su relación con la multitudinaria manifestación del pasado domingo en la capital, Minsk, que el Gobierno no autorizó y que consiguió reunir a más de 100.000 personas.

La premio Nobel acudió al interrogatorio tranquila y reiteró a su llegada al edificio oficial que la acción de los opositores era «absolutamente legítima», informando a su salida a los medios allí congregados de que había recurrido a su derecho a no testificar en su contra. «No me siento culpable de nada», subrayó muy sosegada la escritora, asegurando que el «consejo de coordinación» no tiene «otros objetivos que consolidar la sociedad».

Por último, antes de marcharse insistió en que las manifestaciones podrían ser de vital importancia para un cambio en Bielorrusia. «Creo que necesitamos permanecer juntos, no ceder [...] debemos lograr una victoria gracias a la fuerza de nuestra mente y nuestras convicciones», aseveró Alexievich y advirtió de que no desea ningún «derramamiento de sangre».

La escritora siempre se ha mostrado a favor del diálogo con el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, para poder llegar a un acuerdo que no frene la democracia en la ex república soviética, muy cuestionada durante los últimos años tanto por organismos internacionales como por países occidentales.

El presidente, seguro de contar con el respaldo de Moscú, ha contactado con el presidente ruso, Vladimir Putin, para conseguir su apoyo tras las multitudinarias manifestaciones organizadas por la oposición, que han provocado una crisis de poder.

«Necesitamos que el mundo nos ayude y tal vez Rusia. Ahora Lukashenko solo habla con Putin necesitamos que dialogue con la gente», insistitó Alexievich. «El apoyo global es muy importante para nosotros, pero Putin también tendrá algo que ver con eso», afirmó la célebre escritora, consciente de que Rusia podría ser parte de la solución a la situación que actualmente está atravesando el país de Europa del este.

El pasado 9 de agosto tuvieron lugar unas elecciones presidenciales en Bielorrusia que le dieron la victoria al presidente Lukashenko, con un abultado 80,1%, frente al 10,12% obtenido por la opositora Svetlana Tikhanovskaya.

La opositora es esposa del bloguero y activista Serguei Tikhanovski, y se presentó como candidata a la Presidencia del país tras el arresto de su marido, que se había postulado como principal rival de Lukashenko en las urnas y que actualmente está detenido en la cárcel.

Refugio en Lituania

Después de no reconocer los resultados y solicitar la repetición de las elecciones, Tikhanovskaya se refugió en Lituania, desde donde se ha dirigido en repetidas ocasiones a su electorado, pidiendo acciones de protesta pacíficas y el cese de la violencia por parte de las autoridades a la hora de reprimir las manifestaciones antigubernamentales.

El pasado 17 de agosto, la opositora se ofreció a liderar un proceso de normalización democrática en Bielorrusia organizando unas nuevas elecciones presidenciales limpias.

Desde que se dieran a conocer los resultados de las elecciones, la población sale a la calle cada domingo de manera pacífica para protestar, pidiendo la repetición de las mismas y exigiendo la marcha de Lukashenko, que lleva en el poder desde 1994.

El presidente, que ha dejado de ordenar detenciones masivas, acusa a la oposición de querer dar un golpe de Estado con la ayuda de países extranjeros y la OTAN, algo que siempre han negado los opositores y a lo que solo da crédito el Kremlin.

Svetlana Alexievich, de 72 años, recibió el premio Nobel de Literatura en 1995 y es considerada una gloria nacional en Bielorrusia, testigo de la última generación soviética que vivió los estertores de la URSS y la caída del país, tema principal de su obra. La escritora, que siempre ha manifestado su orgullo por vivir en Bielorrusia, formó parte como figura honorífica del llamado Comité de Coordinación, creado por la oposición para dirigir la transición post Lukashenko.