Caso Madeleine McCann

“Madeleine McCann fue arrojada a un lago a 25 kilómetros de Praia da Luz”

Los investigadores siguen la pista de una nota encontrada por un empleado de los apartamentos y que sitúa a la niña británica en una zona que fue descartada días después de la desaparición

Madeleine McCann y el sospechoso de su desaparición, Christian Brueckner
Madeleine McCann y el sospechoso de su desaparición, Christian BruecknerBildLa Razón/Diario Bild

Una carta encontrada cerca de los apartamentos de Praia da Luz y enviada a un medio holandés en 2014 es una de las últimas balas que le quedan a los investigadores de la desaparición de Madeleine McCann para tratar de resolver el caso. Todo apunta a que fue Christian Brueckner, un delincuente sexual alemán, condenado por abusar de niños y violar a mujeres. Pero la fiscalía alemana, el palabras del fiscal principal Hans Christian Wolters, se está quedando sin argumentos. En el mes de junio informaron de que Brueckner era el responsable y que lo tenían confirmado al 90 por ciento, que era cuestión de tiempo atar los cabos necesarios que sirvieran para obtener las pruebas que permitieran llevarle a juicio. Es más, están convencidos de que secuestró a la niña y la mató poco después, afirmaciones que no han podido demostrar y que han hecho mucho daño a la familia McCann.

Después de interrogar a varias personas en Portugal, revisar casos antiguos de violaciones en el Algarve y revisar una veintena de pozos de los alrededores de Praia da Luz, a los investigadores les queda un último cartucho: encontrar a un ciudadano alemán, amigo de Brueckner, que vivía en la zona con su autocaravana y que podría saber dónde está el cuerpo de Maddie. Han dejado claro que lo buscan como testigo y no como sospechoso, que es la única forma que tienen de lograr que dé la cara y colabore en la resolución del caso.

Esta última pista proviene de una carta encontrada por un miembro del equipo de mantenimiento de los apartamentos en 2014 y que fue remitida a un diario holandés, en la que decía que Madeleine había sido arrojada al agua en lago Barragem da Bravura, situado en un parque natural, a unos 25 kilómetros al norte del lugar de la desaparición. La nota identifica la vasta área de agua como el “lugar de descanso final” e incluía el nombre de Madeleine. El empleado dijo que la nota estaba escrita en portugués y que se la entregó a la policía, pero que no hicieron nada con ella.

Según desvela el diario “Mirror”, el británico Kit Thackeray, que lleva 30 años junto al embalse, dijo que había alemanes viviendo en caravanas por todos lados a principios de la década de 2000″. Y en referencia al posible paradero de amigo de Brueckner, indicó que “ahora podría estar en cualquier lugar”.

El área fue registrada días después de la desaparición de Madeleine, pero según publicaron los diarios locales la policía pasó solo dos horas allí y requirió la intervención de buzos para buscar a la niña bajo el agua.

El fiscal principal es consciente de la situación y le dijo a “The Sun” que “no habrá noticias nuevas del caso hasta finales de 2020. No hay nada más que podamos decir por el momento y no puedo entrar en detalles específicos. Hemos recibido muchos consejos de Alemania y Gran Bretaña y de todo el mundo y estamos trabajando con ellos. Eso es todo lo que puedo decir".

De forma paralela, los abogados del principal sospechoso también trabajan para limpiar la imagen de su cliente. Han dejado claro que no hablará sobre el caso y han viajado a Portugal para reunir testimonios que lo exculpen. Entre ellos está el del comisario Gonçalo Amaral, quien dirigió la búsqueda de Madeleine cuando desapareció en Praia da Luz y que ha dicho que Brueckner es un “chivo expiatorio” y lo describe como un “sospechoso casi perfecto”.

Brueckner se encuentra actualmente en la cárcel por un delito de posesión y tráfico de drogas y tiene pendiente una condena de siete años por violar a una mujer de 73 años en Praia da Luz en 2005.

Miedo a llegar a un callejón sin salida

Según avanzó “The Sun”, "los detectives alemanes están desesperados por nuevas pistas que ayuden a dar nueva vida a la investigación. "En los primeros días después de que se dio a conocer el nombre de Brueckner, recibieron cientos de pistas cada semana. Pero en las últimas semanas se han secado y existe la preocupación de que realmente necesiten aumentar el número de investigadores.

"Los detectives portugueses sienten que podrían ofrecer ayuda a la fuerza alemana y están ansiosos por trabajar juntos, agregó la fuente, pero la comunicación se ha interrumpido, lo que deja a los policías en Portugal temiendo que Brueckner logre esquivar a la justicia.

La semana pasada se supo que el testigo clave para que la investigación fuera reabierta por la fiscalía alemana dijo que Brueckner era culpable y que esperaba que permaneciera en la cárcen durante mucho tiempo. Este testigo, también alemán, declaró que estuvieron juntos en el complejo donde desapareció Madeleine y fue la primera persona que dio el nombre del Brueckner a la Policía en relación con la desaparición de Madeleine.