Violencia policial
El duro relato del amigo del colombiano muerto en un operativo policial: “Gritaba ya, ya no más”
“Las descargas con la pistola táser ya no se las hacían sobre la ropa porque él ya tenía la camiseta desgarrada, se la hacían sobre la piel”, asegura
Javier Ordóñez, quien murió por brutalidad policial la semana pasada en Bogotá, suplicó por su vida, fue golpeado salvajemente y sus peticiones de auxilio fueron negadas por los uniformados, relató este miércoles el amigo que lo acompañó desde que lo detuvieron hasta que falleció en una clínica.
"Las súplicas de Javier en todo momento fueron ya, ya no más. Yo también grité en varias ocasiones que no lo lastimaran más con la pistola táser (...) Los policías nunca se detuvieron", narró Wílder Salazar, testigo de lo ocurrido el miércoles pasado en Bogotá.
El dramático testimonio está en un vídeo enviado a la congresista Katherine Miranda y emitido durante un debate de control político en la Cámara de Representantes.
Ordóñez, de 46 años, falleció en una clínica de la capital después de ser reducido con exceso de fuerza y el uso prolongado de una pistola eléctrica táser por los dos agentes en la madrugada del miércoles pasado.
La muerte de Ordóñez desató una ola de protestas en varios lugares del país que los pasados miércoles y jueves dejaron 13 muertos, diez de ellos en Bogotá y tres en la vecina localidad de Soacha, de las cuales se acusa también a la Policía por supuestamente haber disparado para contener los actos vandálicos que generaron las manifestaciones.
CRUDO TESTIMONIO
Salazar, que grabó en un teléfono móvil todo lo ocurrido, detalló que a Ordóñez “lo golpearon en varias oportunidades en el rostro y seguían con la pistola táser pero las descargas ya no se las hacían sobre la ropa porque él ya tenía la camiseta desgarrada, se la hacían sobre la piel”.
Añadió que luego fueron subidos a un coche de la Policía en donde “sigue la tortura de mi amigo Javier” hasta llegar al Comando de Atención Inmediata (CAI) del barrio Villa Luz, donde “lo siguen golpeando, lo empujan, lo botan al piso”.
"Él ya estaba esposado, estaba totalmente inmovilizado, no podía hacer absolutamente nada y lo botan a mis pies, esposado, y él queda en forma fetal", contó.
Salazar aseguró además que a Ordóñez “lo siguen agrediendo física y verbalmente (...) Yo en todo momento le pedí ayuda a ellos, que por favor lleváramos a mi amigo Javier a un hospital, que era lo mínimo que se debía hacer, nunca nos ayudaron, nunca lo ayudaron, ellos solo se acercaban para agredirlo verbalmente y físicamente”.
Más adelante, continúa, cuando ya estaban en el CAI llegaron otros policía y pese a que "ven a mi amigo Javier en el piso esposado", no lo ayudaron.
Salazar detalló que cuando logró sentar a Ordóñez se dio cuenta “que estaba muy pálido, tenía su ojo totalmente hinchado, una parte de su cara totalmente hinchada, tenía marcas por todo el cuerpo, como de quemaduras, de golpes”.
Posteriormente dijo que sacaron a Ordóñez del CAI y que camino a la clínica Santa María del Lago trataron de reanimarlo pero "él nunca abrió los ojos".
En esa clínica lo ingresaron por urgencias y luego salió una doctora que le dijo: “'Lo siento mucho, no se pudo hacer nada porque su amigo entró aquí muerto'”.
CITACIÓN A JUICIO
A propósito de este caso, la Procuraduría colombiana (Ministerio Público) citó a juicio disciplinario a los patrulleros de la Policía Harby Rodríguez Días y Juan Camilo Lloreda Cubillos, en la investigación por la muerte Ordóñez.
La Procuraduría aseguró que, a su juicio, los agentes presuntamente incurrieron en conductas delictivas descritas en el Código Penal como abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto y homicidio.
El ministro de Defensa de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, reconoció anoche en una sesión del Congreso que la muerte del ciudadano es responsabilidad de los policías que intentaron detenerlo.
Por este caso, otros cinco uniformados también están apartados del cargo mientras avanza la investigación. EFE
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