Venezuela
Por qué Maduro tiene asiento en la ONU y Guaidó no
El líder chavista hablará este miércoles ante Naciones Unidas, que no reconoce a Juan Guaidó pese a ser el presidente interino reconocido por 60 países
Nicolás Maduro, acusado de crímenes de lesa humanidad por la Organización de Naciones Unidas, reapareció de manera virtual este lunes en un mensaje ante la ONU dentro de las conmemoraciones por el 75 aniversario de su fundación y aprovechó para invitar a la Organización para que “acompañe” las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo 6 de diciembre.
Maduro, además, tiene previsto hablar nuevamente este miércoles a través de videoconferencia en la Asamblea General. No lo hará, en cambio, el presidente interino Juan Guaidó, reconocido por más de 60 países como el legítimo mandatario de Venezuela. La normativa de Naciones Unidas impide de momento el reconocimiento de Guaidó como jefe del Ejecutivo. El asiento de Venezuela en la ONU está ocupado por Maduro, cuyo embajador ante el organismo es Samuel Moncada.
El sistema de Naciones Unidas no ha aceptado ninguna representación de Guaidó en su seno hasta el momento, debido a las normas de la organización planetaria. Naciones Unidas tiene una comisión de credenciales -integrada por nueve miembros nombrados por la Asamblea General a propuesta del presidente-, que es la que acepta a los países miembros que participará en el período de sesiones de la Asamblea General. Para que esa comisión apoye una nueva delegación de un país es importante mantener diálogo y ejercer presión a nivel político en el seno de la ONU, como desde hace años ejercen los representantes chavistas, tanto el citado Moncada como el ministro de Exteriores Jorge Arreaza.
El embajador chavista Moncada dijo en julio que EE UU quiere que la Asamblea General vote sobre la retirada de credenciales a representantes del Ejecutivo de Maduro, aunque ni Washington ni su misión permanente se han referido a ello. Cuando el comité de credenciales cambie de postura y acepte una hipotética delegación de Guaidó, entonces el asunto pasará a manos de la Asamblea General.
En la sección 15 del artículo V delUnited Nations Treaty Series se estipula que cada representante designado por un Estado miembro debe contar con el reconocimiento de la secretaría general, el Gobierno de Estados Unidos y el Gobierno del miembro en cuestión. Estos miembros tendrán privilegios e inmunidad, inherente a su papel de representantes. En el caso de Venezuela, Estados Unidos no reconoce al Ejecutivo de Maduro, por lo que sus representantes diplomáticos solo tienen privilegios en el espacio de la sede de las Naciones Unidas.
Hasta el momento, el Gobierno de Guaidó sí que ha designado representantes diplomáticos en países de la Unión Europea y en instituciones internacionales como la Organización de Estados Americanos y el Banco Interamericano de Desarrollo. La ONU tendrá que esperar. Lo que sí hará Guaidó es participar en un foro alternativo llamado Concordia que se celebra en Nueva York y que dadas las actuales circunstancias de pandemia se realizará de forma virtual.
Se da la circunstancia de que la semana pasada un Misión de Verificación de la ONU difundió un demoledor informe en el que acusaba al propio Maduro y a otros dirigentes del régimen venezolano de cometer crímenes de lesa humanidad. En dicho informe se identifica “patrones de violaciones y crímenes altamente coordinados de conformidad con las políticas del Estado” y añade que “parte de un curso de conducta tanto generalizado como sistemático, constituyendo así crímenes de lesa humanidad”.
El Gobierno de Venezuela rechazó este documento “por estar plagado de falsedades”. Jorge Arreaza, ministro de Exteriores, señaló que el Ejecutivo de Maduro no reconoce “ningún mecanismo politizado e inquisidor, creado con fines ideológicos por países con pésimos récords en DDHH, para agredir a Venezuela y tratar de dañar la relación con la Oficina de la Alta Comisionada” de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
El año pasado, Maduro no quiso ir a Nueva York a participar en la Asamblea General de la ONU, y en 2018 sí que asistió y de hecho pronunció el discurso más largo. En ese momento, el líder bolivariano hizo una defensa de su gestión: “Se ha construido a nivel mediático un expediente contra nuestro país para pretender una crisis humanitaria, que utilice los conceptos de Naciones Unidas para una intervención por una coalición de países encabezada por Estados Unidos y con el apoyo de sus Gobiernos satélite”, denunció.
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