Tribunal Supremo
Estados Unidos despide con honores a la icónica juez Ruth Bader Ginsburg
La magistrada “Notoria RBG”, como se le conocía popularmente, se convertirá en la primera mujer que será velada en la Cúpula del Capitolio
Los restos mortales de Ruth Bader Ginsburg han llegado hoy a la Corte Suprema de EEUU donde reposarán durante varios días esta semana. La jueza, denominada «la estrella de rock de la judicatura», será despedida con honores primero en el Gran Salón de la corte, en el corazón del Palacio de Justicia, y a partir del viernes se convertirá en la primera mujer de la historia en ser velada en la cúpula del Capitolio de EEUU.
La pandemia de coronavirus ha impedido que las miles de personas que quieren ofrecerle su último adiós a la icónica magistrada, ferviente luchadora de la igualdad de género, entren dentro del recinto donde yacen sus restos.
Pero el brote de covid-19 no ha podido evitar que lo hagan desde fuera del edificio la Corte Suprema, donde autoridades y ciudadanos se han ido acercando desde que se conoció la noticia de su muerte el anterior fin semana dejando flores, cartas y pancartas en recuerdo de su «heroína».
Ginsburg, que falleció el viernes a los 87 años víctima de un cáncer de páncreas, será recordada como la segunda mujer en formar parte de la Corte Suprema y una de las figuras más destacadas de la historia reciente del país. La capilla ardiente permanecía abierta apenas a unos pocos privilegiados: sus familiares, en una ceremonia privada este miércoles; ex compañeros, amigos cercanos y autoridades, antes de ser trasladada del interior al exterior de la emblemática sede de Justicia.
Y es que se espera contar con la asistencia de miles de estadounidenses, procedentes de todos los estados del país, para rendir homenaje a su paisana, la jueza símbolo de la justicia y la igualdad.
El público general tendrá la oportunidad de ofrecer sus muestras de aprecio en una despedida espontánea en las escalinatas de la máxima autoridad judicial del país, donde la «Notoria RBG» se dedicó en cuerpo y alma durante casi tres décadas de su vida.
Ya el viernes, sus restos serán trasladados a la cúpula del Capitolio de EEUU, convirtiéndose así en la segunda magistrada en la historia de la Corte Suprema, después de William Howard Taft, pero la primera mujer en la historia del país en hacerlo. Ginsburg será enterrada, junto a su esposo Martin fallecido en 2010, en el Cementerio Nacional de Arlington la próxima semana.
Notoria RBG «quería ser una virtuosa de la ópera, pero se convirtió en una estrella del rock», dijo de ella John Roberts, el presidente del Supremo. Por su parte, Trump tiene previsto ofrecer sus respetos el jueves en la capilla ardiente, situada en el interior de la Corte, tal y como confirmó la Casa Blanca. «Ginsburg fue una mujer asombrosa, que llevó una vida asombrosa», dijo Trump.
Batalla partidista en el Supremo
La noticia sobre la muerte de Ginsburg y su irremplazable trayectoria profesional no quedó deslucida, a pesar del protagonismo acaparado por la decisión de Trump de ocupar su silla cuanto antes. La vida profesional y personal de las dos candidatas favoritas de Trump para ocupar el cargo vitalicio, la católica Amy Coney Barrett y la cubana-americana Bárbara Lagoa, se analizan con intensidad esta semana, mientras la fecha de su votación ha dejado de ser un secreto a voces.
Trump, responsable de escoger el reemplazo de la jueza RBG, anunciará este sábado a las 5 de la tarde el nombre de la elegida, según confirmó ayer durante un mitin electoral.
Una decisión con lo que el presidente estadounidense ha conseguido mantener un inusual consenso entre las filas republicanas del Senado, especialmente por la confirmación del apoyo de su enemigo declarado, quien votó en contra del presidente durante el «impeachment» y senador conservador por Utah, Mitt Romney.
A falta de un mes y medio para las elecciones presidenciales, a Trump le interesa ratificar en el Senado cuanto antes su elección para desviar la atención del coronavirus y los devastadores efectos que la covid-19 están causando en EEUU que suma más de 200.000 muertos. Pero, aunque todos los republicanos parecen acceder a su ratificación, algunos han mostrado su interés por esperar un poco más para hacerlo, con la esperanza de que el debate de la Corte Suprema mejore la participación conservadora en las elecciones de noviembre y ayude al partido a mantener el control de la Cámara Alta.
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