Turquía

Erdogan abre un nuevo frente en Chipre con la reapertura de la playa de Varosha

La playa fantasma, ubicada en el norte de Chipre, ha estado sellada durante 46 años como zona militar. Borrell afirma que la apertura complicará los esfuerzos por rebajar la tensión con Turquía por sus prospecciones de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental

Reabre la playa fantasma de Varosha en el norte de Chipre, tras 46 años sellada como zona militar
Reabre la playa fantasma de Varosha en el norte de Chipre, tras 46 años sellada como zona militarKATIA CHRISTODOULOUEFE

El belicoso presidente Recep Tayyip Erdogan ha abierto un nuevo frente en Chipre con la reapertura de la playa de Varosha, en la antigua ciudad de vacaciones de Famagusta, abandonada desde la ocupación turca del norte de Chipre. Este provocativo acto ha puesto en jaque las negociaciones de paz en el Mediterráneo oriental por el control de la isla.

Famagusta fue el principal reclamo de la isla chipriota, que inspiró a Shakespeare para su obra Otelo, y a su lujosa área hotelera de Varosha vino a veranear el mismísimo presidente John F. Kennedy con su esposa Jacqueline. Desde la separación del norte de Chipre en 1983, la zona costera de Varosha se convirtió en una ciudad fantasma y militarizada.

La reapertura de este resorte turístico por parte de Turquía ha provocado la indignación de muchos chipriotas que ayer se manifestaron dentro y fuera de Chipre al considerarla una acción que viola el derecho internacional. El propio presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, tildó la apertura de “un acto ilegal” y de “flagrante” violación de las resoluciones de la ONU. Entre otras, la resolución 550 de 1984 que declara como “inadmisible” todo intento de poblar cualquier parte de Varosha con personas que no sean sus habitantes y pide que esta zona se transfiera a la administración de Naciones Unidas.

En este sentido, las fuerzas de la ONU desplegadas para el mantenimiento de la paz en Chipre, (UNFICYP) insistieron en que la postura de Naciones Unidas sobre Varosha queda inalterada.

El movimiento de Erdogan tiene fines electorales, ya que este domingo se celebran elecciones presidenciales en el norte de Chipre y este acto se ve como un empujón para el candidato nacionalista Ersin Tatar, actual primer ministro de la república turca del Norte de Chipre, que apoya el presidente turco. Tanto Turquía como los nacionalistas turcochipriotas defienden una solución confederal o dos Estados.

El propio Tatar afirmó en un mensaje en Twitter que con la apertura de la zona costera “recuperamos la clausurada Varosha para la humanidad, Chipre y el mundo. Caminamos todos juntos desde la Varosha abierta hacia un nuevo futuro”.

Ersin Tatar, el candidato presidencial favorito de Erdogan, en la playa de Varosha, en Famagusta
Ersin Tatar, el candidato presidencial favorito de Erdogan, en la playa de Varosha, en FamagustaSTRINGERREUTERS

Además, la reapertura de la playa se produce en un momento sensible entre Grecia, Chipre y Turquía por la disputa de la explotación de hidrocarburos y de la demarcación de las fronteras marítimas en el Mediterráneo oriental. De hecho, esto se ha visto como un paso atrás por parte de Turquía que habría retirado algunos de sus buques exploratorios como gesto para dar paso a las negociaciones.

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