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Sophie Petronin, la rehén liberada que defiende a sus captores y divide a Francia

La cooperante se ha negado a llamar yihadistas a sus secuestradores y confiesa haberse convertido al Islam

El presidente francés, Emmanuel Macron y el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, dan la bienvenida a Sophie Petronin
El presidente francés, Emmanuel Macron y el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, dan la bienvenida a Sophie PetroninGONZALO FUENTES / POOLEFE

La cooperante Sophie Petronin, de 75 años, era la última rehén francesa que quedaba en el mundo. Llegó a Francia el viernes tras cuatro años de secuestro en Mali. Terminaban sus 1.384 días cautiva de un grupo de yihadistas.

El presidente francés, Emmanuel Macron, acudió a la base aérea de Villacoublay, al sur de París, para recibirla y escribió un mensaje en Twitter: “Los franceses están encantados de que hayas vuelto por fin, querida Sophie Petronin. ¡Bienvenida a casa!”.

Después de eso, silencio. Un silencio que puede tener varias explicaciones: las condiciones en las que se realizó la liberación y las palabras de la mujer liberada.

Primero fueron las declaraciones de Petronin a los medios: “Aceptaba lo que me ocurría, no sentí cólera, aguanté y recé mucho. Transformé mi detención en retiro espiritual”. Hasta ahí unas palabras que encajan con las de otros rehenes liberados. Lo que ha generado cierto malestar vino con la descripción de los hombres que la secuestraron el 24 de diciembre de 2016 en Gao, en el norte de Mali. Pertenecen al Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, un grupo afiliado a Al Qaida. La cooperante detalla que podía escuchar la radio y que sus captores le transmitieron mensajes o videos, pero cuando le preguntan por ellos se niega a llamarlos carceleros, y mucho menos yihadistas. Las respuestas de la ex trabajadora humanitaria que dirigía una organización de ayuda a los niños antes de su secuestro han levantado una ola de indignación, especialmente entre las filas de la extrema derecha. Así fue exactamente su conversación con RFI: el periodista le pide unas palabras sobre sus carceleros. “¿De mis carceleros?", responde. Insiste el periodista: “Sí, de tus captores…”. Petronin contesta: "Llámalos como quieras. Yo diría que son grupos armados de oposición al régimen.

El periodista vuelve a insistir: "¿No son yihadistas sus secuestradores? Y la cooperante se extiende: “¿Por qué los llama yihadistas?, ¿porque hacen la yihad? Ya sabes lo que eso significa en francés: yihad es guerra y es una guerra entre grupos armados de oposición al régimen, ellos encontrarán el camino a la paz”.

Aunque lo que añadió aún más leña a la polémica fueron otras declaraciones en vídeo emitidas por TV5 Monde donde la exrehén pide “la bendición de Alá para Mali” y confiesa haberse convertido al Islam. “Me llamáis Sophie, pero ahora soy Maryam”.

Las condiciones de la liberación que Francia calla

Como es habitual, no se han detallado las negociaciones que han logrado la liberación de Petronin. Pero especulaciones hay, y muchas. A principios de la semana pasada, antes de la confirmación de la noticia, servicios de seguridad y fuentes diplomáticas ya dijeron que las autoridades de Mali se disponían a liberar decenas de combatientes yihadistas a cambio de Sophie Pétronin y el líder opositor maliense Soumaila Cissé, secuestrado en marzo. La duda está en la cifra de liberados. AFP hablaba el lunes de 180 presos, citando una “fuente oficial” maliense.

Por su parte el grupo yihadista responsable del secuestro se ha jactado en Telegram de haber obtenido la liberación de 206 de sus miembros.

La reacción de la extrema derecha no se ha hecho esperar. Marine Le Pen ha sido la primera en pedir explicaciones sobre las condiciones en las que se ha llevado la liberación de la rehén. “Lo que nos ha llegado es que se han liberado a cambio de Petronin no unas pocas docenas sino unos cientos de islamistas", ha declarado Le Pen, que ha pedido la comparecencia del presidente.