Sucesos
Un “brote psicótico” desencadena el espeluznante crimen que conmociona a Argentina
El “loco” Tissi mató a un granjero, lo mutiló y le extirpó varios órganos durante en un “brote psicótico”
Juan Carlos Donato, de 69 años, iba hacia la plantación familiar situada a dos kilómetros de San Nicolás, al norte de Buenos Aires. Su mujer y su hermano habían salido a dar un paseo. Luego pasarían a recogerle. Poco antes de llegar a la entrada se encontró con Sergio Andrés Tissi, de 28 años, un vecino de la localidad con algún antecedente por haber intentado abusar de un menor y con un largo historial de problemas psiquiátricos, al que los medios argentinos ya han bautizado como el “loco” Tissi.
Donato desconocía que Tissi sufría en ese momento “un brote psicótico”, situación que le afectaba desde hacía tres días, y durante la que acabó con la vida de Donato a puñaladas, con una brutalidad desmedida. Cuando su mujer acudió a la finca a buscar a Donato, conocido como “Bicho”, vio salir a un hombre de la plantación, corriendo, descalzo. Una vez dentro, se encontró con la espeluznante escena. En un lavadero estaba el cuerpo de Donato, en medio de un charco de sangre. Tenía la cabeza cortada a la altura de la boca, lugar por el que Tissi le había extraído el corazón, el hígado, parte del estómago y los intestinos.
El fiscal explicó que Donato fue asesinado “con un arma blanca con filo" y después describió como "le cortaron la nariz, la lengua y el maxilar. Parte de la cara se la extirparon, la destruyeron, esto fue post mortem, el victimario trabajó con el cuerpo sin vida. Después le introdujo la mano por la laringe y le extirpó las vísceras, el estómago, el corazón, una cosa impensada, terrible, demencial”, concluyó.
Los investigadores analizaron la escena del crimen y descartaron que el móvil criminal fuera económico, por lo que se descartó el robo. Descartada una posible relación previa entre ambos, se centraron en la hipótesis de que el asesinato se produjera durante un brote psicótico. De hecho, ese estado mental alterado podría haber comenzado 72 horas antes. Tissi mató a Donato pero pudo haber sido cualquier otra persona. Ese día había ido caminando a la casa de su hermana, en Villa Constitución, para luego regresar también a pie a San Nicolás. En total, 50 kilómetros. Su hermana le dio una tarjeta de transporte que no usó y que fue localizada en la escena del crimen y que fue clave para detenerlo horas después.
“Lo vio mal y dijo que le había contado que se había tragado un cristal”, explicó la hermana de Tissi a las autoridades. “No está loco. Puedes mantener una conversación, pero en ciertos momentos se nota que tiene un problema", dijo. Tenía una denuncia por tentativa de abuso en San Nicolás. Cuando estuvo detenido tuvo un incidente con otro recluso, al que quiso manosear.
De momento, el caso sigue abierto y falta confirmar si el ADN encontrado en el cuerpo y bajo las uñas de la víctima se corresponden con el de Tissi y si la huella de 22 centímetros en el suelo, un número 37, es la misma que la de su calzado.
Además, el principal sospechoso será sometido a estudios psiquiátricos y psicológicos y no se descarta que pueda llegar a ser considerado inimputable. Mientras tanto, permanece en la seccional segunda de San Nicolás a disposición del fiscal y del juez. Se le imputa por “homicidio calificado por placer y alevosía”, por el que podría ser sentenciado a cadena perpetua.
Los antecedentes delictivos de Tissi se remontan a 2015. según publica “Prensa Libre” el 12 de agosto intentó robar a un trabajador junto a dos cómplices que lograron escapar. Un mes y un día después fue detenido por haber intentado robar a una adolescente de 16 años. también fue puesto en libertad.
Hasta 17 de marzo de 2017 no se vio implicado en ningún altercado, pero ese día varios hombres atacaron a otro y le dispararon. La víctima moriría horas después en el hospital y varios testigos situaron a Tissi en el lugar de los hechos. A pesar de ello, los investigadores descartaron su implicación.
UN año después (24 de marzo) fue detenido por una orden de busca y captura por “atentado y resistencia a la autoridad, lesiones leves”. Tras declarar ante el juez, pudo regresar a casa.
El 10 de abril de este año, fue detenido por violar la cuarentena. El 21 de agosto volvió a hacerlo y la policía trató de identificarlo, pero se resistió y fue llevado al calabozo durante unas horas antes de volver a quedar en libertad. Un día después fue detenido por ofrecer caramelos a una niña de 9 años para tratar de llevársela a casa y abusar sexualmente de ella. Mientras estaba detenido, los vecinos quemaron la casa del acusado. Una vez más, tras prestar declaración, fue liberado.
El pasado 17 de octubre, a raíz de una llamada a Emergencias sobre un caso de violencia de género, una patrulla se personó en el barrio de La Loma, donde la mujer que había denunciado los malos tratos indicó que su pareja estaba discutiendo fuertemente con su hijo. Los agentes comprobaron que el denunciado encajaba con el perfil del asesino de Donato y procedió a su detención. Se encontraba alterado, aparentemente enfadado porque quería entrar en su casa y su padre no se lo permitía. Cuando los efectivos lo redujeron vieron que tenia los nudillos inflamados y manchas de sangre por lo que dieron inmediato aviso al fiscal que intervenía en la muerte de Donato y fue detenido y trasladado a dependencias judiciales.
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