Italia

Italia impondrá tres fases de riesgo y el toque de queda para frenar la covid

El nuevo decreto contempla también el confinamiento perimetral de las regiones más afectadas por la epidemia

Protesta en Roma por las restricciones ante la covid
Protesta en Roma por las restricciones ante la covidRICCARDO ANTIMIANIEFE

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, no quiere ni oír hablar de confinamiento domiciliario. De hecho, hace unos días reconoció que “toque de queda” es una palabra que no le gusta y ayer recurrió a un giro un tanto extraño para referirse a ello. “Habrá limitaciones de movimientos a última hora de la tarde”, pronunció durante un discurso en la Cámara de Diputados. Pero lo que en realidad estaba diciendo es que habrá un toque de queda que afectará a todo el país, sobre el que todavía se discute la hora. La hipótesis más plausible es que comience a las 9 de la noche. Hasta ahora lo habían aprobado sólo algunas regiones y entraba en vigor desde las 11 o 12 de la noche hasta las 5 o 6 de la madrugada.

El resto de nuevas medidas que incluirá el nuevo decreto, que previsiblemente quedará aprobado hoy, contemplan el confinamiento perimetral de las regiones más afectadas por la epidemia, el cierre de museos y exposiciones, de salas de juego, la clausura de centros comerciales durante los fines de semana, la limitación del transporte al 50% de su capacidad y la obligatoriedad de que la educación para los mayores de 14 años se realice en casa. Estas son una especie de medidas de mínimos para todo el país, pero después habrá un análisis diferenciado por el que algunos territorios tendrían que asumir restricciones más duras.

Se establecerán cuatro escenarios, según diferentes indicadores sanitarios. Cuando una región entre en el llamado “escenario cuatro”, es decir, en una situación crítica, quedará cerrada de forma perimetral. No se podrá entrar ni salir de ella y también cabe la posibilidad de que se vea obligada a parar más actividades, aunque por el momento no se contempla la opción del confinamiento domiciliario. Hay otros criterios, pero Italia está basando sus decisiones en el llamado índice de reproducción R, el que indica a cuántas personas contagia un infectado. A partir de 1 la difusión se dispara, con 1,5 se entra en alerta. Y en estos momentos, 13 de las 20 regiones italianas superan el 1,5. Traducido, en la práctica, casi toda Italia quedaría aislada, por lo que los movimientos entre regiones serán la excepción.

Hasta ahora las restricciones con mayor calado afectaban a ciertos sectores económicos. En especial a la hostelería, ya que bares y restaurantes están obligados a dejar de servir a las 6 de la tarde. Con excepción de gimnasios, piscinas, casas de apuestas, cines y teatros, que están totalmente cerrados, desde el sector de la hostelería no entienden que las limitaciones les afecten de forma tan directa a ellos pero no a otros sectores. Por ello, en la última semana se han multiplicado las protestas pacíficas de estos comerciantes, que después han servido para que grupos violentos se infiltren -cuando no las convocan ellos mismos- y terminen protagonizando altercados con las fuerzas del orden. El Gobierno ha prometido más de 5.000 millones en ayudas, entre dinero a fondo perdido y exención de impuestos, pero tampoco esto ha servido para aplacar el malestar social de un país que ha olvidado la consternación de ser los primeros en afrontar la primera ola y que hace un mes veía como esta segunda afectaba al resto de países y parecía pasar de largo por Italia.

Eso se terminó hace ya dos o tres semanas, aunque los números han crecido muy rápido desde entonces. Por ejemplo, la incidencia de Italia ya ha superado a la del Reino Unido, donde ya han decretado un confinamiento duro, y se acerca a la de España. Las UCI de los hospitales todavía resisten, gracias a la ampliación de camas que se produjo tras la primera ola, pero los problemas ahora están en el resto de plazas dedicadas para covid fuera de las terapias intensivas. En algunas regiones como Lazio, cuya capital es Roma, las plantas ya están por encima del 100%. También se acercan en la región de Nápoles o en la de Turín. La situación más grave, sin embargo, se sigue viviendo en Lombardía, como ya ocurrió en marzo, aunque gracias a la experiencia, la inversión y su mayor poder económico se han preparado mejor para este segundo coletazo.

Los contagiados ayer fueron algo más de 22.000, aunque las cifras de los lunes suelen estar viciadas porque los fines de semana se hacen menos pruebas. En los últimos días los contagios se habían estabilizado en el entorno de los 31.000 diarios. En algunas regiones, la tasa de positividad de los test supera el 30%, lo que quiere decir que el virus circula descontrolado y que no hay manera de rastrearlo. Conte, que ayer pasó por la Cámara y el Senado para dar cuenta de la situación, evita hablar de confinamiento, aunque los expertos hablan de un plazo de 20 días para que los hospitales entren en una situación límite.