EE UU

Biden se rodea de sus fieles

El presidente electo elige a Ron Klain, “zar del Ébola” con Obama, como su futuro jefe de Gabinete. Es, además, un experto en tejer consensos bipartidistas en el Capitolio

El presidente electo de EE UU, Joe Biden, junto a su futuro jefe de Gabinete, Ron Klain, en una foto de noviembre de 2014
El presidente electo de EE UU, Joe Biden, junto a su futuro jefe de Gabinete, Ron Klain, en una foto de noviembre de 2014Larry DowningReuters

Ron Klain será el nuevo jefe de Gabinete de Joe Biden. Su nombramiento manda varias señales inequívocas. La principal, que el nuevo presidente antepone la gestión de la pandemia de coronavirus por encima de todas las cosas. No en vano, el último cargo relevante de Klain en la Administración pública fue el de «zar» para el Ébola con Barack Obama. Su coordinación de la respuesta política y sanitaria fue encomiado por amigos y enemigos.

En un comunicado, Biden comentó que Klain «ha sido invaluable para mí durante los muchos años que hemos trabajado juntos, incluyendo el momento en que rescatamos a la economía estadounidense de una de las peores recesiones de nuestra historia en 2009, y luego, cuando superamos una abrumadora emergencia de salud pública en 2014».

Veterano de Washington, su trayectoria de «insider», siempre o casi siempre vinculado a Biden, deja clarísimo que el nuevo Gobierno, lejos de desconfiar del «establishment», lo refuerza. Frente a figuras como Alexandria Ocasio-Cortez, que el fin de semana avisaba a Biden de que no olvide al ala izquierda que dice representar, el presidente electo parece tener otros planes.

Y no importa si los demócratas logran la improbable hazaña de conquistar el Capitolio. Una victoria para lo que necesitan ganar los dos escaños al Senado por Georgia, que serán puestos en juego el 5 de enero.

Biden marca desde el principio perfil y rumbo con alguien forjado en los usos políticos de la capital. Como escribía el comentarista de la cadena CNN, Chris Cillizza, Klain tiene trato desde hace décadas con sus colegas republicanos. No dudará en intentar alcanzar acuerdos con ellos aun a costa de alienar e irritar a parte de su propio partido.

Para Biden, «su profunda y variada experiencia y capacidad para trabajar con personas de todo el espectro político es precisamente lo que necesito en un jefe de Gabinete de la Casa Blanca mientras enfrentamos este momento de crisis y unimos a nuestro país nuevamente».

«Me siento honrado por la confianza del presidente electo», escribió Klain, que fue jefe de gabinete del entonces vicepresidente Biden entre 2009 y 2011. Implicado en la pasada campaña electoral, Klain asegura que espera «ayudar [a Biden] y a la vicepresidenta electa a formar un equipo talentoso y diverso para trabajar en la Casa Blanca, mientras abordamos su ambiciosa agenda de cambio y buscamos curar las brechas en nuestro país».

Trump y los 2,7 millones de votos “robados”

Una hemorragia que todavía sangra por los supuestos fraudes y las denuncias de Donald Trump. El mismo que este jueves informaba vía redes sociales que los demócratas habrían suprimido 2,7 millones de votos favorables a su candidatura en todo el país. En Pensilvania, sostiene, 221.000 papeletas para Trump fueron adjudicadas a Biden, mientras otros 941.000 votos eran directamente borrados. Poco antes había lamentado los índices de audiencia de la cadena Fox, a la que acusa de haberse puesto en contra suya. «Los índices de diurnos de Fox News se han derrumbado por completo. Durante el fin de semana ha sido incluso peor. Es muy triste que esto suceda, pero han olvidado qué los llevo al éxito».

Para Trump, «la mayor diferencia entre las elecciones de 2016 y 2020 fue Fox News». Un aviso a navegantes, tanto para sus viejos aliados mediáticos como para los miembros de su propio partido. Es posible que Biden sea el presidente elegido con más votos de la historia EE UU, pero él es el segundo político más votado en unas presidenciales.

Contradecirlo durante las semanas que todavía se mantenga es arriesgarse a alinear a millones de seguidores en la inminencia de unos comicios, los de Georgia, absolutamente cruciales para el rumbo político del país durante los próximos dos años.

En un artículo en el diario «The Wall Street Journal», Karl Rove, jefe de Gabinete con George W. Bush, comenta que si bien Trump tiene todo el derecho a acudir a los tribunales si cree que hubo fraude, es «poco probable que sus esfuerzos muevan a un solo Estado del lado de Biden y ciertamente no serán suficientes para cambiar el resultado final» tras un nuevo recuento.

«La contienda por el Senado de Nuevo Hampshire de 1974, la contienda por el gobernador de Washington en 2004 y la elección del Senado de Minesota en 2008. A los candidatos de estas elecciones los separaban, respectivamente, 355.261 y 215 votos». Pero, recuerda Rove, «en Wisconsin Biden ganó por 20.540, en Pensilvania por 49,064, en Michigan por 146.123, en Arizona por 12.614, en Nevada por 36.870 y en Georgia por 14.108».

Un curtido fontanero de la Casa Blanca

Ron Klain es la quintaesencia del fontanero del poder, del hombre a la sombra del gran hombre, del que maneja los hilos de las relaciones, coordina esfuerzos, diseña estrategias y lima egos. Nacido en Indianápolis, Indiana, en 1961, hijo de un constructor y una agente de viajes, doctor en Derecho por la Universidad de Harvard, «lobbista» de Fannie Mae, Ron Klain fue jefe de Gabinete con dos vicepresidentes, Joe Biden y, antes, con Al Gore. También trabajó en las campañas de Bill y Hillary Clinton en 2016. El suyo es un nombramiento que provocará sarpullidos entre quienes esperan un giro hacia la izquierda de Biden. Pero el que fuera vicepresidente con Obama subraya así su papel centrista y su confianza en sus viejos hombres de confianza, muy alejados de las tesis maximalistas y radicales que animan a los partidarios de la «social justice» y a los evangelistas de la izquierda «woke».