Europa

Conflictos congelados

La presidenta electa de Moldavia exige la salida de las tropas rusas de Transnistria

El Kremlin responde que tomará en consideración “las posibles consecuencias de determinadas medidas bruscas” de la europeísta Maia Sandu

La presidenta electa de Moldavia, la europeísta Maia Sandu
La presidenta electa de Moldavia, la europeísta Maia SanduVLADISLAV CULIOMZAREUTERS

La presidenta electa de Moldavia, Maia Sandu, afirmó hoy que las tropas rusas deben retirarse de la región separatista de Transnistria, en su primera rueda de prensa tras derrotar en las urnas al actual jefe del Estado, el prorruso Igor Dodon.

Sandu señaló en una conferencia retransmitida por internet desde Chisinau que en Transnistria está una agrupación militar operativa de la Federación de Rusia, algo para lo que Moldavia nunca dio su acuerdo”. “Por eso la posición del Estado es que estas tropas y su armamento deben ser retirados del territorio de nuestro país”, recalcó la presidenta electa.

En cuanto a la misión de las tropas de paz rusa desplegadas en Transnistria, Sandu se pronunció por convertirla en una “misión civil bajo la égida de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa)”. Argumentó su propuesta con el hecho de que “hace mucho tiempo que no hay riesgo de choques armados” en Transnistria, uno de los conflictos congelados desde los tiempos de la URSS

La presidenta electa es una europeísta convencida y sobre esa plataforma se impuso al socialista prorruso Dodon.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reaccionó inmediatamente a la propuesta de Sandu y aseguró que la presidenta electa moldava “no la ha debatido” con la parte rusa.

“Confiamos en que es grande la necesidad de un enfoque más equilibrado en el contexto de nuestras relaciones bilaterales. El diálogo con Dodon, que continúa, fue mucho más constructivo”, dijo Peskov en su rueda de prensa diaria.

Agregó que Moscú espera que se continúe en esta senda constructiva y habrá cierta continuidad y que Rusia tomará en consideración “las posibles consecuencias de determinadas medidas bruscas”

Sandu abogó además por la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas. “Considero que el actual Parlamento debe ser disuelto cuanto antes. Los partidos parlamentarios no tienen justificación para dilatar este proceso”, dijo la presidenta electa, quien pidió también la dimisión del primer ministro, Ion Chicu

Indicó que en las pasadas elecciones presidenciales los ciudadanos votaron “no solo contra Igor Dodon, sino contra su equipo, contra el Gobierno de Ion Chicu”. “Fue una señal clara de que el Gobierno debe dimitir”, enfatizó la presidenta electa.

Moldavia es una república parlamentaria, por lo que el primer ministro es designado por el Legislativo. El jefe del Estado tiene facultades mayoritariamente representativas y, aunque es el comandante supremo de las fuerzas armadas, el mando real sobre éstas recae en el ministro de Defensa.

Sandu anunció hoy que la ceremonia de su investidura se celebrará el próximo 24 de diciembre.

Un conflicto postsoviético olvidado

Esta franja de 4.000 kilómetros entre el río Dniéster y Ucrania hipoteca el futuro europeo de Moldavia desde el colapso de la Unión Soviética. Moldavia, una creación estalinista formada por la antigua región rumana de Besarabia y la región ucraniana de Transnistria, proclamó su independencia y dirigió su mirada hacia Occidente tras la caída del Muro de Berlín. Temerosa de una integración en Rumanía, Transnistria, con un 60% de población rusoparlante, proclamó su independencia en 1990 y pidió el apoyo de Moscú. Rusia mantiene allí desde entonces a un millar de soldados al mando de una viejo almacén militar soviético. En el limbo internacional, la región es subvencionada por Rusia, que paga a pensionistas y funcionarios y le suministra gas. En 2006, el 97% de sus 530.000 habitantes se pronunciaron en un referéndum ilegal a favor de la independencia y de la integración en Rusia, algo que aún se ha consumado. La OTAN alerta de que este enclave puede ser el próximo objetivo de Putin.