Economía

Portugal y España, ¿una gran potencia europea bajo “la marca ibérica”?

Las sinergias en sectores como el turismo y el energético serán claves para una mayor integración económica de ambos países, según señala un estudio

Las banderas de España y Portugal
Las banderas de España y PortugalLa RazónDreamstime

Cada vez que se realiza una encuesta pública sobre la posibilidad de estrechar los vínculos entre España y Portugal, el apoyo de la población en ambos países es mayoritario. Sin embargo, para los líderes políticos de estos dos países vecinos esta opción no aparece en la lista de intereses locales. La nación ibérica, el iberismo, es un viejo debate que asoma muy de vez en cuando en las agendas académicas, pero en estos momentos, con la crisis económica derivada de la pandemia, un mayor acercamiento económico entre ambos vecinos es visto por algunos como una necesidad.

El alcalde de la ciudad lusa de Oporto, Rui Moreira, abogó en enero por la creación de una estrategia ibérica coordinada a nivel internacional e incluso le puso un nombre: Iberolux. “Siempre creí, desde que Portugal y España tienen democracias, que deberíamos tener un Iberolux, como un Benelux”, dijo Moreira en una entrevista. “España y Portugal deberían tener una estrategia coordinada, ya que durante muchos años vivimos de espaldas y con enormes sospechas y desconfianzas”.

Sin ir tan lejos, el primer estudio realizado a partir del Foro Hispano Portugués de internacionalización, que crearon la Universidad Autónoma de Lisboa y la Cátedra Global Nebrija Santander, plantea la necesidad de avanzar hacia una mayor integración entre España y Portugal. El informe, presentado a principios de mes, tiene como objetivo “contribuir a estrechar las relaciones económicas y empresariales” entre dos países tan cercanos en lo geográfico, cultural y social, así como señalar las sinergias y los espacios de interés mutuo “en los que el acuerdo puede dar grandes frutos”.

La tesis es que Portugal y España “tienen mucho que ganar con una cooperación más intensa entre economías y empresas que hasta ahora” y para ello se plantea como estrategia la creación de la “marca ibérica” que sería sumamente beneficiosa para el futuro de ambos países. El informe, titulado “Internacionalización Ibérica. España y Portugal en la economía mundial”, dirigida por Rafael Myro y Gonzalo Solana, sostiene que “España y Portugal son dos países pequeños en el espectro global, pero comparten valores, sociedades vibrantes, empresas dinámicas y una clara vocación internacional. Además, disponen de idiomas universales, que son hablados por millones de personas en distintos continentes, en países con los que hay estrechos vínculos históricos y culturales, aspectos de gran trascendencia para la internacionalización de las empresas”.

En los últimos años se han posicionado como destino atractivo de inversiones de otros países de la OCDE y han avanzado en el posicionamiento como proveedores internacionales de países extracomunitarios, como Canadá, Japón y Australia. También existe una cooperación militar creciente que se manifiesta en múltiples actividades realizadas en conjunto, sea en contexto bilateral o multilateral.

A ello hay que sumar que Madrid y Lisboa son un imán y una plataforma que atrae a inversores internacionales, que ven España y Portugal como la llave de entrada a América Latina. Por ejemplo, ambos vecinos poseen una relación privilegiada con los países del Mercosur, una macroárea de casi 800 millones de habitantes, “algunos de cuyos miembros han sido tradicionalmente muy proteccionistas, y que representa una gran oportunidad geoeconómica para los países UE”.

En los últimos años, las relaciones hispano-lusas son más fuertes que nunca. Desde 2012 las cumbres bilaterales se han celebrado alternativamente en uno y otro país. Esta situación favorece la conjunción de intereses para el lanzamiento de la “marca ibérica”, vinculada en sus primeros pasos al turismo, pero con vocación de extenderse a otros ámbitos. “La promoción de una marca ibérica asociada a un turismo sostenible y accesible, pero también único en el mundo, y con una fuerte apuesta por la gastronomía y la cultura, constituyen una excelente oportunidad para continuar con una estrategia de cooperación basada en el win-win y espejo de unas relaciones bilaterales extraordinarias”, defienden los autores del documento.

Más allá del turismo, el sector energético y las operaciones conjuntas en terceros países son ventanas de oportunidades para afianzar el mercado interno. En el contexto de la UE, se señala cómo la nueva agenda industrial europea, dinamizada por la crisis de la pandemia, se va a desplegar con fuerza bajo el liderazgo de Alemania. España y Portugal no deberían quedarse atrás.

Un desafío, según se señala, sería una mayor coordinación de Portugal con España respecto a las políticas de la UE “para defender los intereses conjuntos en los ámbitos comunitarios”, en especial en ámbitos como la transición energética, la Política Agraria Común y el comercio.

En las crisis surgen oportunidades. Y la gran oportunidad que se presenta viene del Fondo de Recuperación, bajo el cual se presentarán proyectos de cooperación conjuntos en campos tan variados como la mejora de las comunicaciones entre ambos países, la apuesta por la innovación, la digitalización, la sostenibilidad y la competitividad de las empresas, “con la mira puesta en la profundización de los flujos mutuos de comercio e inversión y con el resto de los países de la UE”.

El informe también pone el foco en el mercado interno entre los dos países y señala cómo los flujos comerciales han crecido a un ritmo muy rápido desde que ambos países se incorporaron al proyecto comunitario hasta convertirse en socios preferentes en sus transacciones de bienes y servicios con el exterior. “Ello ha conformando un Mercado Ibérico dinámico en el que más de 18.000 empresas españolas exportan a Portugal y por encima de 5.000 firmas portuguesas lo hacen a España”. Además, existen 2.600 empresas mixtas llamadas “Ibéricas” que trabajan en ambos mercados (2.200 españolas y 400 portuguesas) y que “impulsan los flujos de bienes, servicios, capitales y personas entre ambos países”.

Ese mercado interior se reforzará con las grandes inversiones ferroviarias previstas, tanto portuguesas como españolas, “para mejorar el transporte de mercancías prioritariamente y también el transporte de pasajeros entre España y Portugal, con ayuda de Fondos de Cohesión europeos”. El AVE está es otro factor de desarrollo. “Con el cambio que supone el coronavirus para la movilidad internacional y la actual saturación del Aeropuerto de Lisboa es posible que Portugal se replantee un AVE directo Madrid/Lisboa, por Badajoz, cuya parte española está en marcha y que podría estar terminado hacia 2028″, sostiene el informe.