El presidente de Estados Unidos Donald Trump rodeado de cadetes de West Point.

El Supremo de EE UU rechaza la cruzada de Trump contra el “fraude electoral”

El presidente norteamericano pierde su última esperanza de ser reelegido tras el portazo del Alto Tribunal a la demanda electoral presentada por Texas contra la victoria de Biden en cuatro Estados clave

El último recurso legal de Donald Trump para demostrar que sus acusaciones de fraude electoral son ciertas se desvanecía con la sentencia emitida por el Tribunal Supremo de EEUU el viernes al denegar la demanda presentada por el estado de Texas contra cuatro Estados clave que dieron por ganador al demócrata Joe Biden.

Con la decisión de la máxima institución judicial del país se esfumaba también la única esperanza del presidente Donald Trump de aferrarse al poder tras perder las elecciones del 3 de noviembre. Derrota que el propio Trump todavía no ha reconocido, alegando fraude electoral en el recuento de votos por correo, utilizado de manera masiva este año de pandemia por riesgo a contagios, en algunos de los Estados clave en estas elecciones presidenciales.

Los nueve magistrados del Tribunal Supremo, tres de ellos elegidos directamente por el presidente Trump, determinaban por unanimidad que Texas no tiene derecho a interferir en la organización de las elecciones de otros Estados del país. “Texas no ha demostrado un interés judicialmente reconocible en la forma en que otro estado lleva a cabo sus elecciones”, concluía el Alto Tribunal.

Los demócratas celebraron la sentencia judicial con la emisión de un comunicado oficial del equipo de Biden calificando la demanda de Texas como un “ataque al proceso democrático”, según el portavoz del presidente electo, Mike Gwin, aunque aseguraron que “no es una sorpresa” el comportamiento del todavía presidente Donald Trump.

Y es que los Estados de Michigan, Georgia, Pensilvania y Wisconsin otorgaban la victoria al demócrata Joe Biden tras un ajustado recuento de votos, convirtiéndose en los estados más decisivos de unas elecciones presidenciales sin precedentes por el masivo uso del voto anticipado y por correo, así como por la alta participación del electorado (cerca del 67% del total) y el récord de más de 81 millones de votos para el presidente electo Joe Biden.

El comunicado del equipo del nuevo presidente electo, emitido tras conocerse la sentencia, también destacaba que “la clara y contundente victoria electoral de Biden será ratificada por el Colegio Electoral el lunes y asumirá el cargo el próximo 20 de enero” en la capital de Estados Unidos.

El caso contra los cuatro Estados clave fue llevado a la Corte Suprema por un aliado de Trump, el republicano Ken Paxton. El, además, Fiscal General del estado de Texas solicitó a la máxima instancia judicial del país que impidiera a los cuatro Estados decisivos refrendar la victoria demócrata en el Colegio Electoral, alegando que sus gobernadores utilizaron la pandemia como excusa para modificar las reglas electorales y facilitar la participación del voto por correo, opción elegida finalmente por millones de estadounidenses.

Por su parte, los Estados aludidos de Michigan, Georgia, Pensilvania y Wisconsin, cuyos votos electorales determinaron la victoria de Joe Biden en las presidenciales, solicitaron a los magistrados del Supremo que rechazaran la demanda interpuesta por el Estado texano contra ellos por carecer de argumento suficiente para salir adelante.

Funcionarios de esos cuatro Estados, tanto demócratas como republicanos, consideraron que las acusaciones de Texas no tenían fundamento legal, añadiendo también que ningún estado tiene, por ley, ningún derecho a interferir en los procesos electorales de otros estados y que dichas elecciones se celebraron de manera justa y sin fraude.

El martes, el tribunal ya rechazó una querella interpuesta por los aliados del presidente saliente para revertir el triunfo de Biden en Pensilvania.

El presidente Donald Trump reaccionaba en Twitter a la negativa del Supremo de seguir adelante con las acusaciones, atacando al Alto Tribunal de tener “CERO interés en los méritos del mayor fraude electoral jamás perpetrado en los Estados Unidos de América”, denunciaba Trump.

La próxima cita decisiva de estas elecciones será el 14 de diciembre cuando se designe oficialmente al ganador de estos controvertidos comicios: el demócrata Joe Biden. Unas elecciones en las que, por primera vez en Estados Unidos, uno de los candidatos, el republicano Donald Trump, se daba por ganador antes de conocerse el resultado y negaba después la victoria de su contrincante, el demócrata Joe Biden, elegido con el mayor número de votos en la historia del país.

Biden cuenta con 306 votos electorales frente a los 232 de Trump, por lo que hasta ahora nadie ha puesto en duda que los electores presidenciales del Colegio Electoral nombrarán oficialmente al presidente electo, al demócrata Joe Biden, como cuadragésimo presidente de Estados Unidos.

El magnate neoyorkino seguía insistiendo esta semana, durante la celebración del Hannukah en la Casa Blanca, que “tenemos 75 millones y no podemos ganar las elecciones”, por lo que tenía todas sus esperanzase estaban puestas en que finalmente la Justicia le diera la razón.

Pero sus deseos, y todos los esfuerzos enfocados a cumplir ese objetivo, han sido en vano. El presidente Donald Trump y la primera dama Melania se verán obligados a abandonar la Casa Blanca las próximas semanas, después de cuatro años de polémico mandato.