Mar-a-Lago

Donald Trump, enfadado con Melania por las obras en su nueva residencia en Florida

Los cambios elaborados por la primera dama no están en consonancia con “la estética” de su marido

Fotografía de archivo fechada el 18 de abril de 2018 que muestra un bote de la Guardia Costera estadounidense estacionado frente al club Mar-a-Lago, mansión del presidente Donald Trump en Palm Beach, Florida
Fotografía de archivo fechada el 18 de abril de 2018 que muestra un bote de la Guardia Costera estadounidense estacionado frente al club Mar-a-Lago, mansión del presidente Donald Trump en Palm Beach, FloridaCristobal HerreraEFE

Al presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, parece que no le gusta mucho la remodelación que se ha realizado en su residencia de Mar-a-Lago, en el estado de Florida, donde se irá a vivir el próximo mes de enero cuando deje, junto a su esposa Melania, la Casa Blanca. Según relata la cadena CNN, que cita varias fuentes que no identifica, el estado de ánimo del presidente “se ensombreció tan pronto como entró en su exclusivo club en Mar-a-Lago, tres días antes de la Navidad”. En este club, con un gran campo de golf, se extiende la mansión de los Trump en la que el mandatario solía pasar los fines de semana durante su presidencia y a la que se mudará el mes que viene.

Los cambios en sus habitaciones privadas, muchos de los cuales fueron supervisados por su esposa, la primera dama Melania Trump,no fueron del agrado del presidente y estaba enojado”, asegura la cadena. Las obras en la villa han durado varias semanas para hacer que el espacio parezca más habitable y para actualizarlo de cara a la futura vida del multimillonario y su familia.

Esos cambios parece, sin embargo, que no están en consonancia con "la estética de Trump, según su reacción. Trump también estaba disgustado con otras renovaciones en la propiedad, no solo en el espacio habitable", cita la CNN.

Fueron Melania Trump y su decorador de interiores, Tham Kannalikham, quienes seleccionaron muchos de los detalles de las renovaciones y no el personal de Mar-a-Lago, según el medio, que asegura que no es la primera vez que el gusto personal del presidente choca con el de su esposa. El mandatario estaba tan disgustado esta semana con el aspecto de algunas de las renovaciones que pidió que se quitaran las piezas de la decoración, que consistían en mármol blanco y abundancia de madera oscura, y así se hizo.

Trump tampoco estaba “emocionado” con algunas de las actualizaciones decorativas de la mansión de Camp David, otro proyecto de la primera dama, cuando las vio durante las pasadas vacaciones de Acción de Gracias, según otra fuente cercana al presidente que cita la CNN. EFE