Brexit

Reino Unido blinda la inmigración: solo se entrará con sueldos de más de 30.000 euros

A partir de este viernes todo el que quiera entrar en el país deberá tener previamente una oferta de empleo, tener un elevado salario y hablar inglés

Si hay una cuestión que dominó por encima de todo la campaña previa al histórico referéndum de 2016 sobre la permanencia del Reino Unido en la UE fue la inmigración. “Recuperar el control de las fronteras” se convirtió en el gran emblema de la causa euroescéptica.

El polémico Nigel Farage, por aquel entonces líder del partido UKIP, se negó a disculparse tras presentar un gigantesco póster donde se mostraba una larga cola de refugiados cruzando la frontera entre Croacia y Eslovenia. El político fue acusado de adoptar “tácticas de propaganda al estilo nazi” para ayudar al triunfo del Brexit.Junto a la valla publicitaria figuraba el siguiente mensaje: “la UE nos ha fallado a todos”.

La cuestión es que los Brexiteers comenzaron a manipular un discurso donde, en medio de la era de austeridad impuesta por el Ejecutivo para hacer frente a la crisis financiera global de 2008, acusaban a los inmigrantes de robar los trabajos a los británicos y colapsar la sanidad pública, manifestaciones que se demostraron no eran ciertas.

Coincidió además que en 2015, Alemania registró un récord de 1,1 millones de refugiados de Oriente Medio, África Occidental y Asia Meridional. Muchos británicos votaron por el Brexit con el convencimiento de que podrían reducir la inmigración de estos países, sin ser conscientes de que el debate solo se ceñía a los países europeos del bloque. Pusieron fin a la libertad de movimiento. Claro que la puerta funcionaba en ambos sentidos. Los comunitarios no podrán ya entrar libremente en el Reino Unido, pero los británicos tampoco podrán viajar libremente por los 27 países de la UE.

Tras mudarse a Downing Street, Boris Johnson prometió llevar a cabo la mayor reforma migratoria en el Reino Unido de los último 40 años. Y ha cumplido su promesa porque, a partir d este 1 de enero entra en vigor una nueva normativa basada en el sistema de puntos australiano, uno de los más estrictos del mundo.

Vamos a terminar con las rutas para la mano de obra barata y poco cualificada que ha dominado la inmigración y nuestro mercado laboral en las últimas décadas. A partir de ahora vendrán solo los inmigrantes más brillantes y mejor preparados”, afirma Priti Patel, la ministra de Interior.

Patel, del núcleo duro euroescéptico, es hija de inmigrantes. Sus padres, originarios de la India, llegaron al Reino Unido en la década de los 60 sin absolutamente “nada” y se establecieron en Hertfordshire (Inglaterra) donde crearon una exitosa cadena de quioscos. Con todo, es una de las voces del Gabinete que con más fervor defiende ahora una nueva ley que no da ningún tipo de prioridad para los comunitarios.

Todo aquel que quiera entrar a partir de ahora en el Reino Unido deberá tener previamente una oferta de empleo, ganar una media de 30.000 euros anuales y hablar inglés. Eso sí, el nuevo sistema introduce el llamado “visado de talento global” y elimina el límite de 21.700 personas que pueden entrar al año en el país para hacer frente a la actual escasez, por ejemplo, de sanitarios en el sistema nacional de salud público. Hasta un tercio de los médicos que ejercen en el Reino Unido son extranjeros.

¿Y los turistas y estudiantes?

Con la nueva ley de inmigración, aquellos que quieran venir como turistas podrán hacerlo por un periodo de seis meses. Sin embargo, si quieren luego quedarse a trabajar deberán salir primero del país y pedir un visado propio de trabajo.

Las nuevas normas también se aplicarán a los estudiantes, que tendrán que demostrar que son capaces de “vivir por sí mismos” (en definitiva, que no suponen un coste para el sistema), aunque podrán permanecer en el Reino Unido y trabajar durante dos años después de la graduación

Kate Nicholls, directora ejecutiva de la asociación de comercio de la hostelería del Reino Unido, adelanta que habrá problemas para los trabajos menos cualificados, como empleados del hogar, camareros y cocineros. “Tenemos ya dificultades para suplir estas vacantes así que a partir de ahora no se abrirán tantos restaurantes nuevos y muchos de los actuales tendrán que reducir sus horarios por la falta de personal”, matiza.

Por otra parte, el Ejecutivo ha tratado de satisfacer las preocupaciones de la industria hortícola permitiendo que alrededor de 10.000 inmigrantes poco cualificados puedan venir cada año durante un periodo de seis meses para las cosechas.

Según las estimaciones oficiales del Ejecutivo, se espera que alrededor del 70% de los 200.000 comunitarios que se mudan aproximadamente cada año al suelo británico queden excluidos ahora con el nuevo sistema migratorio, lo que significaría alrededor de 140.000 personas cada año.

De acuerdo con los últimos datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadística, el número de inmigrantes que llegaron en 2019 al Reino Unido procedentes de países de fuera de la UE aumentó hasta alcanzar los 404.000, su máximo nivel desde que empezaron estos registros en 1975. En cuanto a la migración neta de fuera de la UE -el indicador que revela la diferencia entre el número de personas que llegan y las que se van del país- también alcanzó un nivel récord al situarse en 282.000 desde el citado año.

Por otro lado, la ONS reveló que la migración neta de países del bloque comunitario cayó en 2019 a 49.000, frente a los 75.000 registrados en 2018 y en contraste con los niveles alcanzados en 2015, cuando superaba los 200.000.

Por su parte, la cifra de británicos que han emigrado a otros países de la UE desde el referéndum del Brexit de 2016 aumentó un 30% sobre el porcentaje habitual de salidas hacia el espacio común europeo. Y su destino privilegiado fue España, según la investigación realizada conjuntamente por la Universidad de Oxford y el Centro de Ciencia Social de Berlín, que revela que más de la mitad de ese 30% decidió abandonar las islas británicas en los tres meses que siguieron al histórico plebiscito.

COMO FUNCIONA EL SISTEMA
A partir del 1 de enero de 2021, se pone fin a la libertad de movimiento en el Reino Unido. El Gobierno británico aplica a partir de ahora un sistema inspirado en el australiano, uno de los más duros del mundo. Eso significa que todo aquel que desee mudarse a trabajar al país, aparte de pagar la visa que se exige ahora a los no comunitarios (1.200 libras o 900 libras para casos gran cualificación y demanda), deberá obtener además 70 puntos a partir de los siguientes baremos:
Requerimientos obligatorios
Tener una oferta de empleo patrocinada por la empresa: 20 puntos
Que el empleo sea cualificado: 20 puntos
Tener nivel de inglés B1: 20 puntos
Puntos por salario
£ 20,480 - £ 23,039: 0 puntos
£ 23,040 - £ 25,599: 10 puntos
£ 25,600 o más: 20 puntos
Puntos adicionales
Trabajo en un sector de alta cualificación donde haya mucha demanda (doctores, arquitectos, veterinarios…): 20 puntos
Doctorado en materia relevante para el trabajo: 10 puntos
Doctorado para científicos, ingenieros, matemáticos: 20 puntos