Víctimas

Brian D. Sicknick, el policía que plantó cara a la turba incitada por Trump

El agente murió por las heridas provocadas por los exaltados armados con bates y rifles de asalto

El policía Brian D. Sicknick murió por las heridas causadas en el asalto al Capitolio
El policía Brian D. Sicknick murió por las heridas causadas en el asalto al CapitolioLa RazónLa Razón

Brian D. Sicknick es el policía del Capitolio y la quinta víctima mortal del asalto al Congreso. A través de un comunicado oficial, el portavoz de la Policía del Capitolio daba a conocer el fallecimiento del agente que moría, tras 24 horas de convalecencia, «por las heridas sufridas cuando estaba trabajando, mientras se enfrentaba físicamente a los manifestantes» del ataque. Al parecer, el agente sufrió un colapso cuando regresó a su oficina tras haber participado en la contención de la invadió al Capitolio de los atacantes, por lo que fue trasladado de urgencia al hospital.

Sicknick, que trabajaba como policía del Capitolio desde 2008, falleció a última hora del jueves, después de horas de confusión y diversas teorías sin confirmar sobre su muerte durante los altercados. Ashli Babbit, Kevin Greeson, Benjamin Phillips y Roseanne Boyland son los cuatro seguidores de Trump que murieron en el ataque a la máxima institución legislativa del país. La primera, Babbit, por la herida en el cuello ocasionada por el disparo de un agente al impedir que los asaltantes derribaran la barricada improvisada frente a la puerta principal del Senado.

Los tres restantes, Greeson, Phillips y Boyland, por «razones médicas». Esto es, un ataque al corazón, un derrame cerebral y una muerte por aplastamiento. La información de los acérrimos seguidores de Trump, cuyos nombres se han conocido más tarde, se ha ido ofreciendo con cuentagotas. Greeson fue la primera víctima del asalto al Congreso que pudo ser identificada. Vecino de Alabama, este estadounidenses de 55 años tenía la presión arterial muy alta, lo que según su familia le pudo causar un infarto «en medio de la emoción».

Como amante de las armas, Greeson mostraba en sus redes sociales fotografías con rifles AR-15 y emitía comentarios que alentaba la violencia política contra los demócratas. «¡Devolvamos este maldito país! Carguen sus armas y salgan a las calles», «Démosles una guerra» o «Los demócratas no tienen armas, nosotros sí» son algunos ejemplos de sus publicaciones en plataformas digitales.

Phillips, de 50 años y residente de Pensilvania, organizó el viaje en transporte desde su estado para decenas de participantes a la manifestación. Programador informático de profesión, fundó la plataforma Trumparoo para conectar a fanáticos seguidores del presidente Trump. «Es el primer día del resto de nuestras vidas», dijo Phillips antes de la toma del Capitolio, según dio a conocer The Inquirer. Pero su participación en el ataque le produjo un derrame cerebral dentro del mismo edifico federal. Roseanne Boyland murió, según su familia, de manera casual.

La mujer, de 34 años, no tenía previsto acudir a Washington, pero las palabras de su presidente le animaron a participar en la protesta y seguir su marcha hasta el Capitolio. Allí, logró entrar en el edificio y llegar hasta la rotonda central, pero se cayó al suelo y fue pisoteada por la masa de asaltantes que entraron sin control. Procedente de Georgia, Boyland quedó inconsciente y tuvo que ser atendida por la Policía, pero los intentos de reanimarla fueron en vano. Fue trasladada de urgencia al hospital y declarada muerta poco después.