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Armin Laschet, el fiel escudero de Merkel

El nuevo líder de la CDU apoyó sin fisuras la audaz política de refugiados de la canciller en 2015 y conquistó para el partido en 2017 un feudo tradicional de los socialdemócratas, Renania del Norte-Westfalia

Armin Laschet promete proseguir la senda centrista marcada por Angela Merkel
Armin Laschet promete proseguir la senda centrista marcada por Angela MerkelCHRISTIAN MARQUARDT / POOLEFE

Al final fueron 521 votos a su favor, 55 votos más que su competidor Friedrich Merz, tras once meses de campaña. Armin Laschet, de 59 años, es el nuevo presidente de la Unión Cristiano Demócrata (CDU). El también ministro presidente (gobernador) del Estado federado más poblado, Renania del Norte-Westfalia, lleva en el poder desde 2017 y era el que más representaba la continuidad con Angela Merkel y de una CDU centrista.

Justo antes de la votación, Laschet había propuesto precisamente hacer de la CDU el “partido del centro” y advertido sobre una mayor división social. “Solo ganaremos si nos mantenemos fuertes en el centro”, dijo en su discurso como candidato. La política no debería polarizar, sino hablar claro y generar confianza. En la inédita atmósfera de un congreso hecho de forma virtual debido a la pandemia del coronavirus, se refirió a su experiencia como jefe regional de Gobierno en acciones políticas concretas. La CDU no necesita “ningún director ejecutivo, ningún presidente”, sino alguien que mantenga el partido unido.

Desde 2012, Laschet ha sido uno de los cinco vicepresidentes federales de la CDU. El católico renano fue siempre un socio fiable de los respectivos presidentes. Angela Merkel y, desde 2018, Annegret Kramp-Karrenbauer pudieron contar con el apoyo de esta vicepresidencia. Cuando Merkel se enfrentó a fuertes vientos en su contra desde algunas partes de su partido en 2015 por la entrada de cientos de miles de refugiados, Laschet siguió siendo su fiel escudero y aliado.

“Mesura y centrismo”

Según sus propias palabras, Laschet defiende un “enfoque que promueve la mesura y el equilibrio centrista”, uno “que se vuelve hacia las personas y no les da la espalda”. Insiste en la cohesión social, la paz social, la economía social de mercado. Laschet erael único de los tres candidatos que ya había ganado unas elecciones como aspirante principal y tenía experiencia de gobierno. Eso “ciertamente no fue perjudicial”, bromeó en alguna ocasión.

Desde febrero de 2019, Laschet ha formado un tándem con el ministro federal de Salud, Jens Spahn. Apenas unos días antes de las elecciones, ambos presentaron un programa de 10 puntos titulado #Impulso2021. En él afirmaban la “clara demarcación a la derecha” y el amplio posicionamiento de la CDU como un partido popular con un ala trabajadora inclinada hacia la izquierda y un ala económica de tendencia más conservadora. Y también formulaban la pretensión de “hacer de la década de 2020 una de modernización para Alemania: con un nuevo dinamismo económico, con seguridad integral, con las mejores y justas oportunidades educativas”. Laschet y Spahn proponían una “moratoria” por sobrecarga para una economía en crisis, un ministerio digital a escala federal y “tolerancia cero para el crimen y el extremismo”. Suena como un programa del gobierno.

Europeo y transatlántico

En términos de política exterior, Laschet y Spahn enfatizan una clara orientación europea y transatlántica del partido: instan a una mayor cooperación con Estados Unidos en política climática y comercial, abogan por una UE más capaz y un más firme compromiso franco-alemán. El cambio de liderazgo en Estados Unidos le vendrá bien a Laschet. Este ha mantenido además durante mucho tiempo contactos estrechos con los líderes políticos de París y viaja repetidamente a la capital francesa. Y desde 2019 es el representante de Alemania para las relaciones culturales franco-alemanas.

Nacido en Aquisgrán, conoce todos los aspectos de la política. Hace más de 30 años trabajó en el equipo del entonces presidente del Parlamento, Philipp Jenninger. De 1994 a 1998, el abogado y periodista de formación perteneció al propio Parlamento y de 1999 a 2005 a la Eurocámara. Laschet ha sido miembro del Parlamento regional de Renania del Norte-Westfalia desde 2010. Allí, la CDU triunfó con él como candidato en las elecciones regionales de 2017 y formó el Gobierno en Düsseldorf en coalición con el Partido Liberal (FDP). Una victoria notable porque el Estado alemán más grande había estado dirigido principalmente por socialdemócratas por más de 50 años.

La victoria en el Rin y el Ruhr fue un viento de cola para la debilitada CDU de Merkel poco antes de las elecciones federales en ese momento. Laschet siempre luchó lealmente al lado de la canciller, nunca contra ella. A diferencia de sus dos competidores, el ya mencionado Merz y Norbert Röttgen, nunca se enfrentó con Merkel.

Derrotas y perseverancia

El currículum político de Laschet también incluye derrotas: en 1998 perdió su escaño directo en el Parlamento. En 2010, perdió ante Röttgen en la campaña por la presidencia de la CDU en Renania del Norte-Westfallia. Laschet solo asumió el control regional del partido dos años después y tras una gran fractura interna. Ahora, once años después, Laschet también sale victorioso a escala federal. Dos cosas quedan claras: Laschet sabe esperar y tiene perseverancia.

Ahora es el segundo sucesor de Merkel en la presidencia del partido. Claro, cualquiera que ocupe este cargo en la CDU tiene tradicionalmente acceso a la candidatura a canciller y, en el caso de una mayoría gubernamental en el gobierno federal, el primer acceso a la cancillería. No está nada claro si Laschet también estará para suceder a la que ha sido jefa de gobierno durante 15 años en las elecciones al Parlamento a finales de septiembre.

Por un lado, se dice en ocasiones que su colega Spahn, 19 años más joven, guarda aspiraciones a la cancillería. Por otro, la cuestión de la candidatura a canciller deberá esperar unos buenos dos meses a las elecciones regionales en dos estados federales, en coordinación con el jefe de la CSU, Markus Söder. Con su confianza en sí mismo, se ve capaz de cualquier cosa, incluso de ser canciller.

“Un ministro presidente que gobierne con éxito un estado de 18 millones de habitantes también puede ser canciller federal”, dejó caer Laschet hace unos días sin ocultar sus ambiciones. Y describió en pocas palabras el rumbo continuista que seguirá: “Una ruptura con Angela Merkel sería exactamente la señal equivocada”. Eso lo acompañará como líder del partido.