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Bernie Sanders y sus manoplas

La imagen del político repantigado en su silla plegable con sus guantes le convierte en la estrella involuntaria de la investidura de Biden

El senador demócrata Bernie Sanders durante la toma de posesión de Joe Biden como presidente
El senador demócrata Bernie Sanders durante la toma de posesión de Joe Biden como presidenteTwitterLa Razón

El senador por Vermont Bernie Sanders, eterno candidato a las primarias demócratas, izquierdista irredento, odiado y venerado a partes iguales, es ya la estrella involuntaria de la semana. Suyo fue el relumbrón inverso, insospechado y casual, gracias a unas manoplas y un abrigo. En un acto en el que muchos soñaron con verlo de protagonista, eclipsó al resto de invitados a la ceremonia de toma de posesión de Joe Biden.

Hasta el punto de que en las horas siguientes su figura, repantigada en una silla y con unos cálidos guantes caseros, es ya un meme repetido en mil cuentas de internet. Bernie en el metro de Nueva York, Bernie en las escaleras de un edificio, Bernie al lado de un puesto de perritos calientes, Bernie de paseante, Bernie en la luna, mirón, observador y omnipresente testigo en toda clase de imágenes, de los rascacielos en construcción en el Manhattan de principios del XX a la Última Cena de Leonardo da Vinci, la bolera del Gran Lebowski y hasta la sala de mandos de la nave Enterprise, de Star Trek, en el papel del comandante Jean-Luc Picard.

Llama la atención su parka entre verde musgo y verde botella, que destacaba rotundo en un mar de abrigos de paño, más convencionales y elegantes, aunque posiblemente menos eficaces a la hora de combatir el frío de la gélida mañana en Washington D.C. Pero sobre todo y ante todo las estrellas son sus manoplas, regalo de una seguidora. Cuentan Mikes Ives y Daniel Victor, en el «New York Times», que el éxito de Bernie ha sido tal que un informático de Nueva York, Nick Sawhney, ha desarrollado una aplicación que permite situar la imagen del político en cualquier calle de Google Maps.

Más allá de eso, los reporteros apuntan a un asunto de calado: la imagen de Bernie calentito y a gusto durante la ceremonia ha proliferado en internet, en buena medida, porque sus fieles son precisamente los que con más asiduidad usan internet y están más familiarizados con las redes sociales y el afán por los memes, los pictogramas y las fotos que distinguen al medio.

Y esos seguidores, ese electorado, está algo más que expectante ante los próximos pasos que pueda dar la Administración Biden. Frente al partido tradicional, representado por el nuevo presidente, hay un sector de los votantes que habría preferido la disrupción de Sanders antes que el triunfo del «establishment». Juega y comparten la imagen de su ídolo porque la ocasión merece un cierto relajo, unas gotas de humor después de tantas decepciones acumuladas.

Creyeron que Sanders ganaría las primarias demócratas. De hecho, llegó a liderarlas con una potencia inusitada, y recibieron las noticias de su derrota con cierta melancolía no exenta de decepción. Sin contar con lo absolutamente inusual de contemplar a un senador con las manoplas que le hizo hace dos años Jen Ellis, maestra de segundo grado en Essex Junction (Vermont).

En una entrevista con la CBS, Sanders subrayó que lo que le preocupaba en ese momento eran los elementos meteorológicos, y no la necesidad de mostrarse elegante ante las cámaras. «En Vermont, nos vestimos con ropa de abrigo. Conocemos un poco el frío, solo queremos mantenernos calientes», justificó. No jugó ningún papel en la ceremonia, pero sí ha acaparado los focos.