Nuevas restricciones

Francia cierra sus fronteras a los países de fuera de la UE

Macron da la última oportunidad a los franceses antes de imponer un tercer confinamiento

Jean Castex a su salida del Elíseo
Jean Castex a su salida del ElíseoYOAN VALATAgencia EFE

Cuando toda Francia daba por descontado el anuncio de un tercer confinamiento, alimentado por filtraciones desde el propio Gobierno de Emmanuel Macron en los últimos días, la sorpresa es que de momento no lo hay. El primer ministro, Jean Castex, comparecía esta noche en tono solemne para anunciar, y aleccionar en cierta forma a los franceses, que la de los próximos días es la “última oportunidad” antes de llegar a un eventual tercer confinamiento.

Macron ha querido evitar a toda costa llegar a tal extremo tras pedir múltiples informes en los últimos días sobre la expansión de la cepa británica en una Francia que viene registrando de media 25.000 contagios diarios y que tiene, un pequeño margen de maniobra para no llegar a la situación que han vivido algunos de sus vecinos como Reino Unido.

Castex anunció, sin embargo, una batería de restricciones que amplían el catálogo de las ya existentes al toque de queda en el que continuará todo el territorio nacional cada día desde las seis de la tarde. La más destacada es el cierre de las fronteras a los países externos a la Unión Europea salvo motivos justificados de causa mayor desde el próximo domingo a medianoche. Para el resto de socios europeos se permitirá el acceso previa presentación de una prueba PCR negativa salvo para los trabajadores transfronterizos.

Además, se cerrarán centros comerciales y superficies no alimentarias de más de 20.000 metros cuadrados. Estas medidas se verán complementadas con un refuerzo del teletrabajo en empresas siempre que sea posible.

Las medidas anunciadas por el Ejecutivo galo son sorprendentes por ligeras cuando todo el país se preparaba para el tercer confinamiento e incluso el propio portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, había evocado hace 24 horas la posibilidad de un confinamiento domiciliario “estricto”, con el que según los sondeos, estaban de acuerdo dos de cada tres franceses.

Sin embargo, las imágenes de disturbios en algunos países europeos como Países Bajos esta misma semana y el creciente movimiento “Yo no me confino” en Francia han sido bien tenidas en cuenta por Macron, que habría calificado el confinamiento como una medida “propia de la Edad Media” en el Consejo de Ministros.

Un presidente que, además, habría mostrado sensibilidad por informes sobre el coste tanto económico como social que provocaría la drástica medida que previamente miembros de su Gobierno habían evocado.

La resolución final de no confinar, al menos por el momento, no ha sido unánime dentro del Ejecutivo. El diario “Le Monde” se hacía eco esta semana de las fuertes discrepancias que han existido dentro del Ejecutivo sobre el nivel de restricciones que se debía asumir. Después de las fiestas navideñas, durante las cuales se permitió puntualmente el libre desplazamiento, Francia experimentó una subida más moderada de contagios que otros países.

Sin embargo, se está registrando una media de 25.000 nuevos contagios diarios y los fallecimientos han superado los 73.000 desde el inicio de la pandemia. Los enfermos de covid en cuidados intensivos rozan los 3.000, una cifra aún manejable y lejos de la ocupación que hubo en la fase crítica de la enfermedad.

Un nuevo confinamiento tendría sobre todo un propósito preventivo ante el temor de una extensión muy rápida de la variante británica. De momento, los franceses se dan su última oportunidad.