Represión

¿Elecciones en Venezuela?

El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha insistido a los líderes que adversan al chavismo la necesidad de unirse para solucionar la crisis política

El presidente venezolano Nicolás Maduro durante un discurso en Caracas
El presidente venezolano Nicolás Maduro durante un discurso en CaracasMANAURE QUINTEROREUTERS

Leopoldo López no ha negado la posibilidad de que la oposición al chavismo participe en unas elecciones a finales de este año. En ningún momento afirmó que eso sería así, sin embargo, dejó entrever y confirma que la posibilidad de encontrar condiciones mínimas para asegurar la fiabilidad de los resultados forma parte de la estrategia de la nueva Administración norteamericana y sigue siendo la prioridad de Europa.

El canciller de la Unión Europea, Josep Borrell, le ha insistido a los líderes que adversan al chavismo la necesidad de unirse para solucionar la crisis política que atraviesa el país caribeño. La sugerencia resulta comprensible; las fracturas a lo interno de la alternativa democrática son evidentes. Precisamente, de cara a las elecciones será indispensable fijar una posición cohesionada, coherente y viable, en torno a la posibilidad de enfrentar a Maduro y a su partido en las urnas.

Según fuentes del nuevo Gobierno estadounidense, a partir de este momento quedan atrás las advertencias, ciertamente timoratas, pero reales, de Trump y los halcones de intervenir militarmente en Venezuela para sacar a Maduro del poder y a través de la fuerza. Se intentará entonces reiniciar un proceso de negociación donde se exijan nuevas reglas y condiciones electorales a cambio de una flexibilización en las duras sanciones impuestas por el ex presidente republicano y en contra del círculo de poder más importante del régimen chavista.

Para Maduro, la oferta podría ser atractiva. Es importante resaltar que las sanciones, sobre todo, afecta a «los bolsillos» y los intereses económicos de los revolucionarios que usurpan el poder y que mantienen tentáculos en negocios fuera de las fronteras del país caribeño. Para la oposición, si logran condiciones mínimas, el evento electoral resulta una oportunidad, considerando que la popularidad del chavismo apenas roza el 10%, que la situación social es crítica y que resulta inviable para los venezolanos una recuperación económica en el país, mientras la cúpula chavista continúe en el poder. En este sentido, la estrategia sería ganar esas eventuales elecciones por «nocaut».

En principio, las únicas elecciones previstas para este año son la de gobernadores y posiblemente de alcaldes; el chavismo ya las anunció. Sin embargo, dentro de esa posible negociación, el gobierno interino y los principales partidos políticos que acompañan a Juan Guaidó, la Administración Biden y Europa, estarían solicitando, no solamente condiciones, sino que se incluya la boleta para elegir un nuevo presidente de la República.

Allí se puede generar un punto de inflexión importante dentro la propia negociación. Maduro sabe perfectamente que en unas elecciones limpias resulta imposible ganar. Mientras tanto, la crisis económica y social recrudecen. El bolívar, moneda oficial del país, prácticamente ha desaparecido y la dolarización se ha venido produciendo por defecto. Eso genera mayor tensión y produce mayor incertidumbre en la sociedad. Así, habría que esperar si unas elecciones con condiciones mínimas y presidenciables permiten un reencuentro de la esperanza y por un cambio en el país.