Contra el Golpe

Los birmanos desafían a los militares con protestas masivas

Los ciudadanos se han manifestado en las calles a favor de la democracia en un fin de semana de represión y bloqueos al internet

Una multitud de manifestantes marcha en Yangon, Myanmar
Una multitud de manifestantes marcha en Yangon, MyanmarlarazonAP

Una semana después de que Birmania amaneciera bajo un gobierno militar tras el golpe de Estado que perpetró el Ejército el pasado lunes, sus ciudadanos por fin se han decidido a tomar las calles y mostrar su descontento. El fin de semana fue especialmente reivindicativo con las mayores protestas que se han vivido en el país en más de una década, unas manifestaciones que se desarrollaron sin contar con la herramienta de internet después de que los militares cortaran la conexión en el país.

Tras el “atroz e imprudente” apagón, que según Amnistía Internacional contribuye a poner a las personas en riesgo de sufrir violaciones de derechos humanos, ayer pasado el mediodía la conectividad aumentó sobre un 50%, lo que hizo posible que se compartieran vídeos e imágenes de lo acontecido el sábado y el domingo.

En ellas se podía ver a miles de ciudadanos paseándose a los gritos de “no queremos una dictadura militar” o “queremos democracia” por las calles de Yangón. Ataviados con camisas rojas y globos del mismo color en la mano en un guiño a la líder Aung San Suu Kyi, que permanece detenida desde que tuvo lugar la asonada, los habitantes de la principal ciudad del país exigieron la liberación de la premio Nobel. A su paso, los coches y autobuses hacían sonar sus cláxones en aparente solidaridad con los manifestantes y los transeúntes hacían el saludo de tres dedos mostrando su oposición al gobierno de la junta mientras repartían botellas de agua.

Bagan, Myawaddy, Mandalay o la capital Naypyidaw también fueron otras de las localidades escenario de protestas contra el golpe de estado que ha echado por tierra el proceso democrático en el que se encontraba inmerso en país desde hace una década. Manifestaciones en las que la tónica general fue pacífica, aunque en un vídeo de una ocurrida en Myawaddy se podía ver a la policía disparando al aire para dispersar a los congregados.

Aprovechando también el restablecimiento parcial de la red y mientras los antimilitares se manifestaban a lo largo y ancho del país, los parlamentarios regionales electos del partido de la Liga Nacional por la Democracia (LND) -el partido de Suu Kyi- celebraron su primera sesión parlamentaria virtual y prestaron juramento como tal.

El bloqueo de buena parte de las redes sociales -Facebook, Instagram o Twitter, entre otras-, y los continuos cortes de internet dibujan un complejo escenario en el que los uniformados podrían utilizar la violencia para reprimir la disidencia, como ya ocurrió durante los cincuenta años en los que los birmanos vivieron bajo gobiernos militares.

Precisamente, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ordenó el sábado el cierre nacional de la red de datos citando “la estabilidad de la nación y el interés del público” como base para la orden y con el fin de evitar “la circulación de noticias falsas”, según la empresa noruega de telecomunicaciones Telenor Group. Así, la comunicación entre los manifestantes se llevó a cabo ayer a través de mensajes de texto, llamadas telefónicas y el boca a boca, según apuntaron varios testigos.

Mientras en el interior del país los manifestantes aumentan con los sindicatos sumándose a las protestas, en el exterior la comunidad internacional sigue condenando el golpe. Tom Andrews, relator especial de las Naciones Unidas sobre Myanmar, pidió al Consejo de Derechos Humanos que convoque una sesión especial sobre la crisis para pedir que la junta se retire. Por su parte, Estados Unidos exigía a los líderes militares de Myanmar que “renuncien inmediatamente al poder que han tomado, liberen a los activistas y funcionarios que han detenido, levanten todas las restricciones de telecomunicaciones y se abstengan de la violencia contra civiles”.