EE UU

Una comisión similar a la del 11-S investigará el asalto “terrorista” al Capitolio

Más de 200 personas están acusadas de delitos federales en el sangriento asalto al Congreso que dejó cinco muertos y que condujo al segundo ‘impeachment’ de Trump

El expresidente Donald Trump saluda a sus partidarios el pasado 6-E durante una manifestación para impugnar la certificación de los resultados electorales
El expresidente Donald Trump saluda a sus partidarios el pasado 6-E durante una manifestación para impugnar la certificación de los resultados electoralesJIM BOURGREUTERS

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, anunció ayer que los legisladores establecerán una comisión externa e independiente para revisar los “hechos y causas” relacionados con el asalto “terrorista” al Capitolio del pasado 6 de enero.

Pelosi explicó en una carta a los legisladores que la comisión se basaría en una similar convocada después del ataque del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y el Pentágono. Asimismo, indicó que también analizará los “hechos y causas relacionados con la preparación y respuesta de la Policía del Capitolio y otras fuerzas del orden público federales, estatales y locales”.

Y es que son ya más de 200 las personas imputadas por los sucesos del 6-E, cuando una multitud de cientos de personas, previamente jaleada por Donald Trump, asaltó el Congreso. Los insurrectos detuvieron durante unas horas el proceso para confirmar el resultado del colegio electoral y proclamar la victoria de nuevo presidente.

De las investigaciones desarrolladas por el FBI y la fiscalía se deduce, entre otras cosas, que la presencia entre los alborotadores de miembros de las fuerzas del orden y el ejército dista de ser anecdótica. Por supuesto que no hay nada ni remotamente parecido a un ruido de sables. Cualquier insinuación al respecto delata un desconocimiento profundo de la realidad institucional americana.

Pero los casos de policías, veteranos, etc., han sido lo suficientemente numerosos para alterar el grado de polarización y radicalismo de un movimiento que va mucho más allá de los grupúsculos de supremacistas como los Proud Boys. De hecho, buena parte de los detenidos y procesados no tienen vinculación directa con las organizaciones de ultraderecha.

No se trata de una corazonada: el estudio más solvente realizado al respecto, que firma el proyecto de la Universidad de Chicago sobre Seguridad y Amenazas, ha explicado que sólo el 10% de los alborotadores del Capitolio tenían vínculos con grupos de milicias de derecha como los Proud Boys y Oath Keepers.

El director del estudio, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago, Robert Pape, ha comentado que «los hallazgos son realmente sorprendentes. Resulta que solo una pequeña fracción pertenece a milicias de derecha. Lo que vemos es un nuevo movimiento político de masas con la violencia en su núcleo». Añadió que «normalmente ni siquiera tenemos una categoría para ‘dueño de negocio’ cuando estudiamos la violencia política, por lo que esta es una gran señal de que estamos lidiando con un nuevo movimiento político con la violencia en su núcleo que no se puede reducir a los sospechosos habituales».

Para Pape «señalar sólo a las organizaciones de extrema derecha anteriores a 2021 por sí solo no resolverá el problema». Como dato relevador ha explicado que buena parte de los alborotadores llegaron de condados que votaron mayoritariamente por Joe Biden.