Pandemia

Israel ensaya el “pasaporte verde” para las personas vacunadas contra la covid-19

El Gobierno en funciones aprueba las primeras fases de la desescalada tras un segundo confinamiento extremo y una exitosa campaña de vacunación

Israel reabre los gimnasios para los que tengan "pasaporte verde" que certifica que la persona está inmunizada
Israel reabre los gimnasios para los que tengan "pasaporte verde" que certifica que la persona está inmunizadaAMMAR AWADREUTERS

En Israel ya se ve la luz al final del túnel. Tras un duro cierre general impuesto desde final de diciembre, que fue acompañado por una fugaz campaña de vacunación contra el coronavirus que atrajo las miradas de todo el mundo, el Gobierno en funciones aprobó ayer las primeras fases del ansiado retorno a una nueva normalidad, que podría ser ya la definitiva.

La clave: la puesta en marcha del sistema del “Pasaporte Verde”. Desde ayer, solamente aquellos que hayan recibido las dos dosis del inmunológico -o quienes prueben que se recuperaron de covid-19- podrán acceder a locales con la “etiqueta verde”, que incluye gimnasios, exposiciones, actos culturales o deportivos y hoteles.

A otra escala se ha puesto en marcha la “etiqueta violeta”, que limita el acceso de una persona por cada quince metros cuadrados de local, y que se aplicará a centros comerciales, tiendas, museos, bibliotecas o sinagogas. El sistema educativo, esencial para poder volver a hacer rodar la maltrecha economía, también empezó a reabrirse en las ciudades con baja tasa de infección.

Tomer Lotan, director del plan “Magen (escudo) Israel” que impulsa la iniciativa del pasaporte, reconoció ayer al canal público Kan11 que “es algo nuevo, aquí y a nivel mundial. Debemos darnos todos la oportunidad de acostumbrarnos al nuevo método de abrir el sistema productivo”. De hecho, el propio Ministerio de Sanidad israelí reconoció ayer cierta saturación en la carga del sitio web para obtener el pase verde, pero aseguró en una nota de prensa que “decenas de miles de personas ya lo han obtenido”.

Temor a las falsificaciones

Para poder usar el anhelado pase, los usuarios simplemente deberán mostrar el documento del Ministerio de Sanidad conforme están vacunados junto a su carné de identidad. No obstante, ha surgido otra preocupación: miles de personas estarían explorando vías para falsificar el certificado, y así poder disfrutar de la reapertura sin la requerida inyección.

Otro de los vacíos legales por resolver es que mientras los clientes deben presentar el documento, empleados de gimnasios u hoteles no están obligados a estar vacunados para regresar a sus puestos de trabajo. En todo caso, supondrá un verdadero reto para los comerciantes, que deberán revisar en la entrada individualmente a cada cliente, y solo aceptar a quienes estén aptos. El ministro de Sanidad, Yuli Edelstein, celebró que “más de tres millones de personas podrán disfrutar de los lugares que reabrieron para quienes tienen el pase verde”. Pero a su vez, fue tajante respecto a una violación masiva de la nueva normativa: “cerraremos la economía rápidamente, del mismo modo que la estamos abriendo”.

Campaña de vacunación para los menores

Otra incógnita gira entorno a los más pequeños. La infección entre niños y la reapertura de los centros educativos supusieron un verdadero quebradero de cabeza durante la tercera ola de coronavirus. Actualmente, suponen una gran proporción de los nuevos infectados, que se explica por la entrada de las nuevas mutaciones de la pandemia y porque un alto porcentaje de los adultos ya ha sido vacunado. En este sentido, el ministerio de Sanidad aseguró que Israel planea empezar la campaña de vacunación para menores de 16 años una vez reciba la autorización de las compañías farmacéuticas.

El Estado judío está registrando un notable descenso en los índices de mortalidad, especialmente entre los denominados grupos de riesgo, una tendencia que se atribuye a la celeridad en la campaña de inmunización. Con una población de poco más de 9 millones, 4.2 ya han recibido la primera dosis, y a 2.8 ya se ha suministrado ambas. Se estima que actualmente unos 3 millones no son elegibles para recibir la vacuna, entre quienes se encuentran menores de 16 y los recuperados del virus.

Al profesor Eren Segal, del Instituto Weizmann de Ciencia, le cuadran las cábalas. Estimó la semana pasada que la cifra de enfermos graves en hospitales rondaría a estas alturas los 850 –en viernes eran 857-, y afirma que seguirán bajando en las próximas dos semanas a pesar de la apertura gradual de la economía.

Segal explicó la eficacia del inmunógeno: “los de más de 60 fueron el primer grupo en experimentar la bajada en casos graves, y luego los de 55-60. Nuestra predicción es que esta semana veremos la bajada en el grupo de 40 a 55, que fueron los siguientes en la tanda. Lo fundamental es vacunarse”, exhortó.

Hace un mes, también se empezó a vacunar a alumnos de bachiller o soldados, y según el profesor ya se siente en este grupo un descenso en los contagios de más de un 50%. “De aquí deducimos la importancia de vacunar también a los más jóvenes”, añadió.

La variante sudafricana

La preocupación ahora sigue girando sobre las nuevas mutaciones, como la surafricana. “Puede contagiar a recuperados e incluso a personas que recibieron la vacuna de Pfizer, por lo que hay motivos para estar alerta. Debemos hacerlo todo lo posible para evitar su expansión, así como la de otras cepas que pueden entrar del exterior”, apuntó Segal. La reapertura del aeropuerto internacional de Ben Gurion está fijada para el 6 de marzo.

Ante la incertidumbre, el coordinador nacional en la lucha contra el coronavirus, el profesor Nachman Ash, se encargó de recordar que “todavía no hemos dejado atrás la pandemia”. Pese a celebrar el descenso en contagios y casos graves, “las cifras siguen siendo altas, y la mayoría de quienes precisan respiradores tienen entre 40 y 60 años”.

Ash aseguró que estudios internos prueban que el 1% de los nuevos contagios fueron de la variante sudafricana. “No hay duda que las mutaciones serán las protagonistas de la próxima etapa”, e insistió en emplear todos los mecanismos para cortar las cadenas de transmisión.