Francia

Macron apuesta por confinamientos locales para frenar la cepa británica

El Gobierno francés cierra a partir de hoy Niza y Dunkerque por la fuerte incidencia de esta contagiosa variante del coronavirus

Viajeros del transporte público en Niza (Francia) con mascarilla
Viajeros del transporte público en Niza (Francia) con mascarillaSEBASTIEN NOGIERAgencia EFE

Un cambio de estrategia para combatir a la cepa británica del virus. El Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, que hasta ahora privilegiaba políticas restrictivas nacionales para frenar al coronavirus, rompe el tabú de la actuación local, por una razón evidente: la tasa de incidencia es completamente dispar y esa diferencia, aún se ha hecho más evidente con la llegada de las nuevas variantes del virus, que ya son causantes del 50% de contagios en Francia.

Dos municipios fronterizos pero situados cada uno en una esquina de Francia, Niza y Dunkerque, han sido los primeros para los que se ha anunciado confinamientos locales durante, al menos, los dos próximos fines de semana. A estos podrán unirse otros muchos.

El primer ministro galo, Jean Castex, ha presentado este jueves una lista de 20 departamentos en situación de «vigilancia reforzada», entre los que se encuentra París, que podrían ir pasando a la misma situación de Niza o Dunkerque si la situación no mejora en los próximos días. En esa lista también se encuentran varios departamentos del sureste del país y todos los limítrofes con la región parisina de Ille de France.

En el departamento de los Alpes Marítimos (la costa Azul), la tasa de incidencia ha subido hasta 588 sobre 100.000 con un pico en la metrópolis de Niza (700 positivos) frente a la media nacional de 190. Con estos datos, y con la prioridad de evitar un tercer confinamiento nacional, la nueva estrategia se aplica con precisión de bisturí allí donde se disparan los contagios. Esto se traduce en un cerrojazo desde las seis de la tarde de hoy hasta las seis de la mañana del lunes en Niza, con las excepciones para salir de casa que ya se conocían de los confinamientos anteriores: compras de primera necesidad, cita médica o pequeña actividad física cercana al domicilio. Todo el comercio no esencial cerrado.

Pero si el caso de Niza es preocupante, el de Dunkerque incluso lo supera. La cepa británica ya es responsable del 80% de los contagios en esta ciudad fronteriza con Bélgica, donde la tasa se ha disparado a 901 casos por 100.000 habitantes.

Un cambio de estrategia

Este cambio de estrategia del Gobierno francés tiene su reflejo en una opinión pública, que hasta ahora había respaldado un enfoque igualitario para frenar al virus en todo el territorio nacional, pero que, con el paso del tiempo, y el cansancio de las restricciones, ha ido entendiendo que realidades tan dispares merecen tratamientos distintos.

El portavoz del Gobierno francés, Gabriel Attal, ha explicado en las últimas horas que estas medidas locales han sido consultadas con las autoridades locales tanto en el caso de Niza como de Dunkerque. «Hemos cumplido con nuestro compromiso de consultar antes de tomar decisiones locales adaptadas y eficaces».

El Ejecutivo galo quiere dejar claro que en caso de que se decida aplicar nuevos confinamientos locales, también se seguirán acordando las medidas con los municipios o departamentos. El Gobierno trata de esta forma de evitar situaciones tensas que ocurrieron en el pasado durante esta crisis sanitaria. Fue el caso de cuando, en septiembre pasado, implantó el toque de queda a las metrópolis más afectadas por el rebrote de los contagios, tropezando con la negativa de la alcaldesa ecologista de Marsella y las autoridades regionales que clamaron contra la medida.

Este enfrentamiento entre París y Marsella fue el origen de protestas airadas de los restauradores en la tercer ciudad de Francia. Algunos de ellos intentaron echar un pulso al Gobierno negándose a bajar sus cierres.

Otro desafío local lo puso en marcha el alcalde ultraderechista de Perpiñán, Louis Aliot. Reabriendo hace un mes sus cuatro museos locales. El Ejecutivo de Jean Castex en este caso no quiso entrar en la polémica manteniendo un perfil bajo sin respuesta y dejando que la Justicia actuara. Y así ocurrió. El prefecto del departamento recurrió a los tribunales y la Justicia restableció el cierre de los museos.

Consciente del hartazgo y de la necesidad de establecer algo de esperanza en el horizonte, el primer ministro ha establecido una fecha clave a partir de la cual todo podría ir cambiando. Se trata de mediados de mes de mayo. A esa altura, el Gobierno francés espera tener a todo ciudadano de más de 50 años con la primera dosis de vacuna puesta. Esto tendría un fuerte impacto en las cifras de mortalidad y, a partir de ahí, a finales de esta primavera, la epidemia podría entrar en una nueva fase de control y unas perspectivas considerables de vuelta a la normalidad. Pero Castex ha querido ser claro con sus conciudadanos: «De aquí a entonces queda aguantar».

Evitar otro confinamiento

El jefe del Ejecutivo ha querido además subrayar lo que considera el «acierto» de Francia de no haber optado por un tercer confinamiento, permitiendo que la economía «no se haya desplomado» en este inicio de 2021 y sobre todo, manteniendo las escuelas abiertas, una realidad que «no han podido tener los alumnos de países como Reino Unido». Castex incidió en que el objetivo del Gobierno es «evitar como sea un tercer confinamiento».

Más de 85.000 personas han muerto debido a la actual pandemia de coronavirus en Francia, uno de los países de Europa más golpeados por la covid-19. El Hexágono mantiene restricciones severas desde octubre, que han pasado por un segundo confinamiento, un toque de queda nocturno y, actualmente, un toque de queda entre las seis de la tarde y las seis de la mañana. En paralelo, museos, cines, salas de espectáculos, gimnasios, restaurantes, bares y cafeterías siguen totalmente cerrados y sin fecha de reapertura a la vista.