Crisis política
Dimite Nicola Zingaretti, el líder de la izquierda italiana: “Me avergüenzo de mi partido”
“Desde hace 20 días solo se habla de cargos y elecciones primarias cuando en Italia está explotando la tercera ola de covid”, lamenta el socialdemócrata
La declaración pilló por sorpresa a todos, incluidos los dirigentes de su propia formación. Hoy, a primera hora de la tarde, el líder del socialdemócrata Partido Democrático (PD), Nicola Zingaretti, anunció que abandonaba el cargo por las divergencias internas con sus colegas. “El goteo no termina. Me avergüenzo de que en el PD, partido del que soy secretario, en los últimos 20 días sólo se hable de cargos y primarias, cuando en Italia está explotando la tercera ola de covid”, escribió en sus redes sociales.
La renuncia se convierte en la primera consecuencia de la formación del Gobierno de unidad presidido por Mario Draghi, aunque no debería tener demasiados efectos en la estabilidad del gabinete. El nuevo panorama político ha obligado a un cambio de estrategia general. De la lucha de bloques se ha pasado a un todos con todos, difícil de digerir para algunos. Sobre todo, para quienes sostenían el anterior Ejecutivo de Giuseppe Conte, el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y el PD, que han visto cómo su poder se ha diluido en un gabinete de concentración. Además, Draghi ha colocado a tecnócratas en los puestos clave, precisamente para huir de todo el ruido político que se produciría a su alrededor.
Zingaretti ya fue cuestionado por sentarse en el Consejo de Ministros con los derechistas Matteo Salvini y Silvio Berlusconi sin ofrecer una alternativa consistente. Su estrategia se basaba en formar una alianza electoral con el M5E, como única forma de plantar cara al bloque de derechas que desde hace años domina en las encuestas. Incluso se especuló con que Conte sería el rostro visible de ese pacto PD-M5E. Sin embargo, el ex primer ministro ya habría aceptado el encargo de liderar el nuevo proyecto del Cinco Estrellas, por lo que dejaría de actuar como un independiente y acabaría así con un hipotético proyecto dual.
La estrategia fallida de Zingaretti multiplicó las críticas internas en el PD. “Me ha sorprendido el aluvión de ataques de quienes habían compartido hasta ahora todas las decisiones fundamentales que habíamos tomado en estos últimos dos años”, escribió el líder socialdemócrata en su nota de despedida. Se refería principalmente a un sector de la formación todavía afín a Matteo Renzi, su antecesor en el cargo, que hace año y medio presionó para que el PD y el M5E formaran Gobierno tras la ruptura de los ‘grillini’ con la Liga de Salvini. Zingaretti se negaba entonces, pero Renzi y sus fieles decantaron la balanza del lado del pacto.
El líder dimisionario llegó al cargo en marzo de 2019, precisamente con la intención de devolver la unidad a un partido roto en mil corrientes bajo el liderazgo de Renzi, con quien obtuvo los peores resultados electorales de su historia. Durante este tiempo consiguió asentar una base electoral e incluso estuvo al frente de la formación mientras volvía al Gobierno. Sin embargo, Zingaretti, nunca tuvo mayores pretensiones.
Presidente también de la región del Lazio (cuya capital es Roma), falto de carisma y más dotado para el consenso que para el liderazgo, abandona cuando se abre una nueva era. Devorado de nuevo por las divisiones y siempre con la sombra de Renzi, que ahora preside otra formación. El favorito para sucederle en un futuro congreso sería Stefano Bonaccini, con quien el político florentino mantiene unas buenas relaciones.
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