Fuertes disturbios

Batalla campal en Atenas tras una protesta multitudinaria contra la violencia policial

Hay varios heridos, entre ellos cuatro polícias, y diez personas fueron detenidas. Más 6.000 personas marcharon para denunciar las agresiones policiales vividas en los últimos días

La Policía contestó a los manifestantes en Atenas con gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y cañones de agua
La Policía contestó a los manifestantes en Atenas con gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y cañones de aguaORESTIS PANAGIOTOUEFE

Una protesta multitudinaria contra la violencia policial derivó este martes en Atenas en una batalla campal entre manifestantes y fuerzas de seguridad, en la que resultaron heridas varias personas, entre ellos cuatro agentes de policía. Los altercados tuvieron lugar en el suburbio de Nea Smyrni, en el sur de la capital, donde más 6.000 personas marcharon para denunciar las múltiples agresiones policiales vividas en los últimos días.

Los manifestantes portaban pancartas con la frase “me duele”, el grito que un joven lanzó repetidamente el pasado domingo mientras era brutalmente agredido por un agente, un suceso que ha indignado al país. ”La pandemia no se termina con represión” o “Fuera policías de nuestros barrios” eran otras de las reivindicaciones que se podían leer en las pancartas de una manifestación que comenzó pacíficamente y acabó en violencia por ambas partes después de que algunos manifestantes comenzaran a quemar contenedores y lanzar cócteles molotov contra la comisaría.

La Policía contestó con gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y cañones de agua, y de momento ha detenido a diez personas. Según medios locales, cuatro agentes han resultado heridos, uno de ellos de gravedad como consecuencia de las agresiones físicas y los cócteles molotov lanzados sobre una comisaría de Nea Smyrni.

“La vida del joven policía que estuvo en peligro debe ser una llamada de atención. En este momento, el control y la compostura de todos deben prevalecer. Me dirijo especialmente a nuestros jóvenes, que están destinados a crear, no a destruir. La rabia ciega no lleva a ninguna parte”, reaccionó el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, y aseguró que no permitirá que prevalezca la división.

Mitsotakis discutió hoy la situación con el profesor de Derecho Constitucional Nikos Alivizatos, quien hace mas de un año abandonó la presidencia de una comisión para investigar la violencia policial, porque, como reveló ayer, había “falta de interés en el Gobierno por responsabilizar a los culpables”.

Los incidentes de Nea Smyrni el domingo comenzaron cuando varios agentes multaron sin motivo a dos familias con niños que paseaban acusándoles de violar con ello las medidas de confinamiento contra la covid-19, a pesar de que llevaban mascarilla y habían enviado el mensaje de texto obligatorio para avisar del desplazamiento.

Algunos vecinos que vieron lo que estaba ocurriendo protestaron y los agentes les agredieron con porras. Uno de los vídeos tomados por personas que presenciaron el ataque muestra a un agente utilizando una porra plegable metálica, prohibida en Grecia, según confirmó un representante sindical de la Policía a la televisión privada MEGA, que definió el suceso de “una vergüenza para toda la Policía”.

Mientras un grupo de sindicalistas ha afirmado que los agentes en cuestión “seguían órdenes de arriba”, la postura oficial de la Policía ha sido negar los hechos y asegurar que los agentes se defendieron del ataque de un grupo de encapuchados. El ministro de Protección Ciudadana, Mijalis Jrisojoidis, condenó la “violencia injustificada” y prometió una investigación interna pero un nuevo incidente que fue grabado en Atenas la noche del lunes ha seguido alimentando la indignación ciudadana.

En el vídeo, tomado desde un balcón, se ve cómo varios policías en moto persiguen a jóvenes que protestaban por lo ocurrido en Nea Smyrni y se paran a destrozar el faro de un coche aparcado sin motivo aparente, algo que muchos creen que hicieron para culpar después de destrozos a los manifestantes.

La tensión y los actos de violencia han ido aumentando desde el pasado viernes, cuando la Policía dispersó con cañones de agua y granadas aturdidoras en el centro de Atenas a unas 300 personas que preparaban una manifestación en apoyo al huelguista de hambre Dimitris Kufondinas, uno de los líderes del desaparecido grupo terrorista 17 de Noviembre, cuyo estado de salud es muy delicado.

Lo sucedido estos días ha llevado a la Fiscalía de Atenas a abrir una investigación sobre la violencia policial y ha generado un aluvión de críticas de la oposición. El viernes, el primer ministro debe responder a una interpelación parlamentaria al respecto del principal líder de la oposición, Alexis Tsipras.

La conservadora Nueva Democracia ganó en verano de 2019 las elecciones parlamentarias con la promesa de imponer la ley y el orden con mano férrea. Según afirmó recientemente el Defensor del Pueblo, Andreas Potakis, en el último año el número de denuncias de violencia policial ha aumentado en un 75%.