Espionaje

La académica australiana que estuvo detenida en Irán revela que quisieron reclutarla como espía

Kylie Moore-Gilbert describe la “tortura psicológica” a la que fue sometida en una celda solitaria en la prisión de Evin

Kylie Moore Gilbert, académica británico-australiana detenida en Irán, habla durante una entrevista con la emisora ​​Sky News Australia
Kylie Moore Gilbert, académica británico-australiana detenida en Irán, habla durante una entrevista con la emisora ​​Sky News AustralialarazonAP

La académica australiano-británica Kylie Moore-Gilbert, liberada en noviembre tras permanecer dos años detenida en Irán, afirmó que Teherán intentó reclutarla como espía, durante una entrevista con el canal Sky News Australia. ”Sabía que la razón por la que no entablaron ninguna negociación significativa con los australianos (en favor de mi liberación) era porque querían reclutarme, querían que trabajara para ellos como espía”, comentó la académica de la Universidad de Melbourne, quien fue condenada en Irán a diez años de prisión por espionaje.

“(Me dijeron) que si cooperaba con ellos y aceptaba convertirme en espía para ellos, me liberarían. Podía obtener mi libertad, podía haber logrado un acuerdo con ellos”, señaló la experta en Oriente Medio, durante la primera entrevista concedida desde su liberación y emitida anoche en exclusiva por Sky News.

Moore-Gilbert, quien supuestamente fue intercambiada por tres prisioneros iraníes condenados por terrorismo en Tailandia, aunque el gobierno australiano lo niega, expresó su frustración por la diplomacia silenciosa de Camberra frente a su caso, que se conoció por la prensa un año después de su detención. ”La línea que manejaba el gobierno era que el tratar de encontrar una solución diplomática entre bastidores con Irán era el mejor enfoque para liberarme, y que los medios de comunicación complicarían las cosas y podrían enfadar a Irán y enfurecerlo, y empeorar las cosas para mí”, expresó.

Tortura psicológica

La británica-australiana también describió la “tortura psicológica” a la que fue sometida en una celda solitaria en la prisión de Evin, en Teherán, donde sufrió ataques de ansiedad y pánico prolongados e incluso sintió deseos de suicidarse, aunque “por supuesto nunca lo intenté y nunca di ese paso”. Pero, “nunca me torturaron físicamente con las cosas que uno piensa, como arrancar las uñas o ser electrocutado. Eso nunca me ocurrió, pero me golpearon una vez y me inyectaron a la fuerza una jeringa de tranquilizante contra mi voluntad y eso fue a principios de 2020”.

La entrevista de Moore-Gilbert se da en la misma semana en que la británica-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe, fue puesta en libertad tras finalizar su condena de cinco años de cárcel por supuesto espionaje en Irán. Zaghari-Ratcliffe, cuya situación sigue siendo delicada ya que afronta un nuevo proceso judicial, es empleada de la Fundación Thomson Reuters y detenida en 2016 durante una visita familiar a Teherán. EFE