Caso Everard

La misoginia será catalogada como crimen de Estado

Se pedirá a las fuerzas del orden que registren e identifiquen los delitos de violencia que la víctima crea que han sido motivados por “hostilidad basada en su sexo”

La misoginia será catalogada como un crimen de odio por la Policía, después de que el Gobierno de Boris Johnson haya cedido a las demandas de los activistas tras la conmoción creada en el Reino Unido por el asesinato de Sarah Everard, 33 años, cuando regresaba sola a su casa a principios de marzo. Como principal sospechoso ha sido detenido un agente de Scotland Yard.

El Ejecutivo anunció ayer que, a partir de otoño, se pedirá a las fuerzas del orden que registren e identifiquen los delitos de violencia, incluido el acecho y los delitos sexuales, que la víctima crea que han sido motivados por “hostilidad basada en su sexo”. De no haber cedido a las presiones, el Ejecutivo se enfrentaba a una humillante derrota en la Cámara de los Lores, durante la tramitación del proyecto de Ley de Abuso Doméstico. La medida se aplicará a Inglaterra y Gales, ya que el resto de naciones que conforman el país -Escocia e Irlanda del Norte- tienen sus propias competencias al respecto.

Los activistas consideran que esto “cambia las reglas de juego”, ya que alentará a las mujeres a denunciar el acoso público al tener más confianza en que será tratado como un delito grave. Ocho de cada diez mujeres dicen haber sido acosadas en público, pero el 90 por ciento no lo denuncia porque no cree que se vaya a perseguir.

La Comisión de Derecho ya había recomendado que la Policía incluyera datos sobre si los delitos están motivados por el sexo o género, y dijo que la gran mayoría de las pruebas sugerían que los delitos de odio estaban relacionados con la misoginia.

Un cambio cultural

Stella Creasy, diputada laborista de Walthamstow que dirigió la campaña, señaló que el cambio era la primera política que el Gobierno había respaldado que “en realidad se basaba en pruebas de lo que ayuda a combatir la violencia contra las mujeres”. El premier Boris Johnson había prometido abordar el “problema subyacente” del sexismo cotidiano y la apatía hacia las mujeres. Sin embargo, recalcó que las nuevas leyes y las sentencias más duras solo pueden llegar hasta cierto punto en el esfuerzo por erradicar la violencia masculina hacia las mujeres y las niñas. Johnson reconoció que “no solucionaremos este problema” a menos que el Gobierno “entienda que las mujeres sientan que no están siendo escuchadas”. De ahí que instó a todas las partes a trabajar juntas para lograr un “cambio cultural y social de actitudes”.

El secuestro y asesinato de Sarah Everard ha tenido un gran impacto en la sociedad británica. Anónimas y famosas han relatado el temor que sienten cuando andan solas por la noche y un hombre camina a sus espaldas, cómo llevan las llaves listas en la mano o pretenden llamar por teléfono, o calzan zapatillas de deporte en lugar de tacones por si tienen que correr.

La ministra de Interior, Priti Patel, ha puesto en marcha un proceso de consulta pública para combatir la violencia de género. Desde el pasado viernes ha recibido más de 140.000 respuesta de cara a una estrategia nacional que se publicará en el verano.