Un país a la deriva

Leopoldo López denuncia que Maduro tiene más apoyo internacional que la oposición

El líder opositor venezolano y su padre, eurodiputado del PPE, piden al Gobierno español «más presión» para resolver la crisis de su país. «Las democracias son débiles ante las tiranías», aseguran

Padre e hijo cara a cara en un debate público por primera vez en Madrid. Leopoldo López Mendoza, líder de la oposición venezolana en la diáspora, y Leopoldo López Gil, eurodiputado del Partido Popular son, pese a las circunstancias que atraviesa su país, necesariamente optimistas sobre el futuro de Venezuela. Ambos creen que el movimiento antichavista tiene que seguir luchando y movilizando a la sociedad venezolana y también a los gobiernos democráticos de todo el mundo para doblegar lo que ambos califican al unísono como «una dictadura despiadada».

Así lo contaron en un coloquio organizado por Madrid Foro Empresarial en la Deusto Business School, en el que Leopoldo hijo explicó que la estrategia opositora en estos momentos está articulando «una alianza para lograr unas elecciones libres que unifique no solo a los partidos políticos sino a todos los sectores de la sociedad civil democráticos». El objetivo, añadió, es «darle coherencia a la presión interna» y buscar una salida. La «lucha no va a ser fácil», advirtió, «pero hay razones para mantener viva la llama de la libertad».

El apoyo externo va a ser clave, añadió. Y aquí recordó la importancia que tiene un país como España. Ambos interlocutores coincidieron en señalar que el Gobierno español puede hacer más en la defensa de la democracia en Venezuela y llamó al Ejecutivo de Pedro Sánchez a «ejercer la presión necesaria y utilizar las herramientas para lograr un acuerdo político» que desemboque en unas elecciones libres, transparentes y confiables con observación de la Unión Europea y otros actores internacionales.

El caso Delcy

López Gil lamentó que el Gobierno de Sánchez no cumpla las sanciones impuestas por la Unión Europea a dirigentes del régimen venezolano. En este sentido calificó de «burla» la reunión que el ministro de Transportes José Luis Ábalos mantuvo en el aeropuerto de Barajas con la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, que figura en la lista negra de Bruselas, lo que le impedía pisar suelo comunitario.

Otra «señal que no entiendo», apuntó López Mendoza, es el envío a Caracas de un representante español de altísimo nivel para reunirse con un dirigente chavista que está sancionado. «Eso diluye la capacidad de UE y de España para hacer presión» ante Maduro, añadió.

López Mendoza, que llegó a España en octubre de 2020 tras sufrir cuatro años de cárcel en la prisión militar de Ramo Verde, destacó que la oposición no solo se enfrenta a «una dictadura sin escrúpulos» sino también a «una estructura de países que le dan un apoyo permanente, firme y decidido» a Maduro. «Países –añadió– con un inmenso poder entre los que figuran China, Rusia, Turquía, Irán y Cuba. Su apoyo supera con creces el tipo de apoyo que recibimos el sector democrático» por parte de los países democrático. A este respecto, Leopoldo López senior apuntó con resignación que «las democracias son débiles ante las dictaduras».

El chavismo «recibe apoyo en lo militar, en labores de inteligencia, apoyo para blanquear recursos provenientes de la corrupción y del narcotráfico, apoyo para la venta del oro de sangre y apoyo diplomático activo y proactivo. Así que enfrentamos también una estructura de poder internacional, no solo a un dictador».

En su análisis del proceso venezolano, López Mendoza recordó que «hemos seguido todos los caminos», con momentos de diálogo con el régimen, participación democrática en elecciones, presión popular en la calle, pero reconoció que «la dictadura no cede a las presiones naturales a las que cede un sistema democrático». Ningún gobierno sobreviviría a una situación en la que más del 80% de la población quiere un cambio y donde la gente no tiene para comer ni sanidad ni trabajo, añadió.

La ruta democrática que defienden ambos se resume en cinco puntos irrenunciables: un calendario para celebrar elecciones parlamentarias, presidenciales y regionales; un consejo nacional electoral imparcial, la devolución de los partidos políticos –«que han sido expropiados por el régimen»– a sus autoridades legítimas; la participación garantizada a todos los venezolanos en un proceso electoral y la observación internacional de cualquier cita con las urnas. «Podríamos incluir otros como el cese de la represión, la libertad de prensa, el registro electoral y así hasta hacer una lista con veinte condiciones necesarias, pero hemos señalado estas cinco».

Sobre el apoyo a la causa democrática de Venezuela por parte de la administración Biden, ambos desearon que Washington y Bruselas sean capaces de ir de la mano en la gestión de sus políticas hacia Venezuela y que “puedan articular una política simultánea que use las herramientas de presión para lograr un acuerdo político que permita elecciones libres».

Padre e hijo tuvieron tiempo para comentar la situación social que sufre el país, donde no llegan vacunas, dijo López Gil, «y las que llegan son para los jerarcas del régimen». También habló de la falta de material médico y de hospitales colapsados. Además de la crisis económica y de la inseguridad, el eurodiputado llamó la atención sobre el incremento del tráfico de drogas, lo que ha hecho que «Venezuela sea hoy un reino del narcotráfico, y si alguien lo duda que busque las cifras de la oficina del control de drogas de la UE, que dice que el 60% de la cocaína que llega a Europa sale de Venezuela».