Desplante

Charles Michel dice que no fue “indiferente” ante “la torpeza del protocolo” turco, aunque no protestó

El presidente del Consejo Europeo siguió la reunión con normalidad cuando Erdogan dejó a un lado a Ursula von der Leyen en el salón

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, reaccionó esta noche a la situación “penosa” y “lamentable” vivida en un reciente viaje oficial a Turquía junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien recibió un “trato diferenciado, incluso disminuido” por las autoridades de Ankara, algo que le “entristece”.

En un mensaje publicado en su cuenta en Facebook, Michel rompió esta noche el silencio que ha mantenido desde la controvertida reunión que él y Von der Leyen celebraron el martes con el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, en la que la jefa del Ejecutivo comunitario fue relegada a una posición secundaria.

Erdogan y Michel se sentaron en el centro de un gran salón en dos sillas, mientras que Von der Leyen fue colocada en un sofá lateral. El trato recibido por Von der Leyen, que tiene el mismo rango que el presidente del Consejo, generó una cascada de críticas por parte de la prensa y de políticos, mientras que su equipo inició una serie de contactos con las partes involucradas en este encuentro para asegurar que un “incidente” así no se “vuelve a repetir en el futuro”.

El portavoz jefe de la Comisión, Eric Mamer, incidió este miércoles en que la alemana “debería haber recibido exactamente el mismo asiento” que Michel y Erdogan en la reunión. Unas imágenes que, reconoció Michel, provocaron “reacciones e interpretaciones a veces duras” con las autoridades turcas, pero también con él mismo por no haberse mostrado reactivo.

Un incidente que, según Michel, le “entristece” por dos motivos. En primer lugar, por haber dado la “impresión de ser indiferente a la torpeza del protocolo” turco hacia Von der Leyen, cuando tiene el “honor” de formar parte de un proyecto europeo en el que actualmente dos de las cuatro instituciones principales, la Comisión y el Banco Central (Christine Lagarde) están dirigidas por mujeres.

Además, dice estar “orgulloso” de que una mujer, Sophie Vilmès, la primera en Bélgica, le sucediera como primera ministra. Y, en segundo lugar, le entristece que esta situación haya “ensombrecido el importante y beneficioso trabajo geopolítico” que asegura que Von der Leyen y él realizaron juntos en Ankara, y del que espera que Europa obtenga “beneficios”.

Michel subrayó que esa visita marcó “un momento importante en el complejo proceso de mejora de las relaciones de la Unión Europea con Turquía” y era “el resultado de una cuidadosa preparación y de muchos meses de trabajo diplomático” para el país “volviera a adoptar un enfoque más constructivo” con la UE.

“Y a pesar de una clara voluntad de hacer lo correcto, la interpretación estricta de las normas de protocolo por parte de los servicios turcos produjo una situación penosa: el trato diferenciado, incluso disminuido” a Von der Leyen, dijo Michel.

El político belga lamentó que “las pocas imágenes que han circulado han dado la impresión de que habría sido insensible a esta situación. Nada más lejos de la realidad ni de mis sentimientos más profundos y de los principios de respeto que considero esenciales”.

En aquel momento, aseguró Michel, aunque tanto él como Von der Leyen eran “conscientes del carácter lamentable de la situación”, optaron por “no agravarla con un incidente público”, y se centraron en “el fondo de la discusión política” con sus anfitriones.

Lo esencial era, dijo, en particular, la defensa que hicieron ante Erdogan sobre “el Convenio de Estambul, los derechos de las mujeres y los niños y, más ampliamente, la defensa de nuestros valores fundamentales del Estado de Derecho, la libertad de expresión y de prensa”.

Este incidente protocolario, bautizado en las redes sociales como “Sofagate”, nunca se había producido en el pasado en encuentros de los anteriores presidentes del Consejo (Donald Tusk) y de la Comisión (Jean-Claude Junker) con Erdogan, como se puede comprobar en las hemerotecas. EFE