Tras el sabotaje de Natanz

Órdago iraní ante el diálogo nuclear

Teherán anuncia que enriquecerá uranio a un 60%, la víspera de la negociación con Estados Unidos. Un buque israelí es alcanzado por un misil en aguas del Golfo

El presidente de Irán, Hasan Ruhani, tras su reunión con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en Teherán
El presidente de Irán, Hasan Ruhani, tras su reunión con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en TeheránRUSSIAN FOREIGN MINISTRY

Un día antes de la reanudación de las conversaciones entre Irán y las grandes potencias para discutir el retorno de Estados Unidos al pacto nuclear de 2015, un negociador nuclear iraní anunció este martes que su país empezará a enriquecer uranio a un nivel de pureza de un 60%, el más alto conocido hasta la fecha.

Abbas Araghchi aseguró que se triplicará el nivel actual de enriquecimiento (20%) como respuesta al ciberataque del pasado domingo en la planta nuclear de Natanz, que fue atribuido a la inteligencia israelí y del cual Washington se desentendió. Un oficial estadounidense declaró al diario «The New York Times» que la presunta acción del Mossad se produjo en respuesta a varios ataques a embarcaciones comerciales israelíes en el mar Rojo.

Los medios estatales iraníes informaron a la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que la medida se implementará hoy mismo, y que además supondrá el refuerzo con 1.000 nuevas centrifugadoras en Natanz, que en parte reemplazarán a las que fueron dañadas tras el sabotaje de domingo.

De este modo, Teherán lanza el balón al tejado de las grandes potencias. En las conversaciones que pretenden el reingreso de Washington al acuerdo –tras su salida en 2018 por orden del ex presidente Donald Trump–, se quiere asegurar la limitación de uranio enriquecido a cambio de relajar las sanciones económicas sobre Irán. Se sospecha que en los últimos años el régimen de Teherán logró acumular uranio enriquecido a un nivel muy cercano para la manufacturación de armamento nuclear.

A pesar del desentendimiento de la Casa Blanca respecto al incidente del pasado domingo, el ministro de Exteriores iraní, Muhamad Javad Zarif, lanzó ayer una advertencia directa: «Los americanos deben saber que ni las sanciones ni los sabotajes les servirán como instrumento para negociar». Junto al jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, cuyo país también forma parte del pacto nuclear de 2015 y que viajó ayer a la capital persa para respaldar al régimen iraní, Zarif remarcó que «estas acciones harán la situación todavía más difícil para ellos».

Varios analistas occidentales coincidieron en apuntar que la política de «máxima presión» de Trump e Israel –sanciones, ataques a instalaciones y asesinatos selectivos de militares y científicos–, no logró dañar las capacidades nucleares iraníes.

Mientras que medios conservadores iraníes como «Kayhan» exigían que su país debe «retirarse de las conversas de Viena, suspender los compromisos nucleares y vengarse de Israel», parece improbable que el presidente iraní, Hasan Rohani, apueste por una reacción tan agresiva, ya que él mismo fue el artífice del pacto de 2015 y necesita urgentemente aliviar la castigada economía doméstica.

Desde Washington, la Administración del presidente Joe Biden rechazó el «provocativo» y dijo que eso pone en duda la «seriedad» de Teherán en las negociaciones para salvar el acuerdo nuclear de 2015. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, pidió, que todos los países que negociaron con Irán el acuerdo nuclear se sumen a Estados Unidos y rechacen su «anuncio provocativo».

«Esta medida pone en duda la seriedad de Irán en cuanto a las conversaciones nucleares y subraya la necesidad de volver a un cumplimiento mutuo» del pacto nuclear por parte tanto de Washington como de Teherán, añadió. La portavoz afirmó que EE UU quiere volver a formar parte del acuerdo y la semana pasada se implicó en Viena en lo que percibió como «un diálogo constructivo» con Irán.

Mientras, Zarif reanudó en la rueda de prensa las amenazas de venganza ante el «terrorismo nuclear del régimen sionista», se registró un nuevo ataque sobre una embarcación israelí frente a las aguas de Fijairah, en el emirato de Omán. Nadie reivindicó la agresión, pero medios hebreos dieron por hecho la autoría iraní. Según informó el canal Kan11, se disparó un misil desde otro barco o mediante un dron, que habría causado daños materiales leves, sin afectar a ninguno de sus tripulantes.

Tanto en Israel como en sus representaciones diplomáticas exteriores permanece la máxima alerta, ante la previsión de una represalia a mayor escala. La semana pasada, se responsabilizó al Estado judío de tres ataques contra objetivos iraníes: un bombardeo aéreo en Siria; un ataque sobre un barco propiedad de la Guardia Revolucionaria; y la explosión en la central de Natanz.