Reino Unido
Johnson: “Prefiero ver cuerpos apilados a miles que decretar un jodido nuevo confinamiento”
En plena oleada de filtraciones, el primer ministro británico niega las declaraciones en las que defendía “apilar cadáveres” antes de un nuevo cierre
Downing Street ha negado hoy que el primer ministro británico, Boris Johnson, dijera durante una reunión a puerta cerrada con sus asesores que prefería “ver cuerpos apilados a miles” a decretar el tercer confinamiento en Reino Unido. El rotativo “The Daily Mail” llevó ayer a portada la polémica declaración aportando todo lujo de detalles sobre la reunión mantenida en octubre de 2020 para valorar un posible nuevo encierro, que finalmente llegó en enero de este año.
Un portavoz del Gobierno aseguró que la información era falsa. Pero el rotativo, citando simplemente fuentes internas, defiende que el líder conservador expresó de esa manera su frustración cuando sus colegas y los asesores médicos le convencieron para decretar nuevas restricciones.
La polémica noticia sobre la presunta actitud de Johnson ante la pandemia se engloba dentro de la particular guerra entre el premier y el que fuera su asesor, Dominic Cummings, despedido el pasado noviembre, al que el Ejecutivo acusa ahora de estar detrás de diferentes filtraciones que implican al líder “tory” en supuestos casos de corrupción y amiguismo.
Cummings niega estar detrás de las filtraciones, pero acusa ahora a su antiguo jefe de actuar “de una manera alocada y totalmente inmoral”, al tratar de pagar, en un principio, la reforma de su apartamento oficial en Downing Street con dinero no declarado de simpatizantes del Partido Conservador.
El secretario de la Oficina del Gabinete del Gobierno, Simon Case, el funcionario de más rango en Downing Street, no negó esta última información, cuando fue preguntado ayer al respecto en una comparecencia ante la comisión de Administración Pública y Asuntos Constitucionales.
Case admitió que hace un año, antes de que él asumiera el cargo, hubo conversaciones en el Gobierno a fin de crear una fundación benéfica para velar por el complejo de edificios de Downing Street, donde están la vivienda y despacho oficiales del primer ministro, si bien no llegó a constituirse porque el entramado legal era “complicado”.
El alto funcionario confirmó que el lord conservador David Brownlow se preparaba para asumir el cargo de presidente de esa “Fundación de Downing Street” y había comenzado a buscar posibles miembros del consejo, y no negó que se hubieran hecho entonces aportaciones económicas.
Según la normativa, la Oficina del Gabinete paga por el mantenimiento de las instalaciones oficiales del premier mientras que cada titular recibe una dotación de unas 30.000 libras (34.500 euros) para redecorar la residencia, de manera que, si los gastos son superiores, debe pagarlos de su bolsillo.
Aunque, de acuerdo con los medios, el líder “tory” habría devuelto después el presunto donativo, cifrado en unas 58.000 libras (67.000 euros), pudo violar la legislación de financiación de partidos, lo que debe examinar la Comisión Electoral.
Por otra parte, Cummings reveló también en su blog que Johnson intentó frenar una investigación interna sobre quién del Gobierno había filtrado a los medios que impondría (en noviembre) un segundo confinamiento por la pandemia, al darse cuenta de que el culpable podía ser un amigo de su prometida, concretamente, el asesor Henry Newman. Case aseguró que esa pesquisa “sigue” en marcha cinco meses después y avisó de que es “poco probable” que se encuentre a los responsables.
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