Escándalo

Carrie Symonds, la novia de Johnson, protagonista de la guerra contra Cummings y del ‘Wallpapergate’

La pareja del primer ministro británico se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza del Ejecutivo

El "premier" Boris Johnson y su pareja, Carrie Symonds
El "premier" Boris Johnson y su pareja, Carrie SymondsTOBY MELVILLEREUTERS

En plena ola de popularidad, gracias en buena parte a la campaña de vacunación, el primer ministro británico, Boris Johnson, se enfrenta de pronto a la sombra de la sospecha tras no aclarar cómo pagó la reforma de su apartamento oficial, que ya es objeto de una investigación oficial conocida como el caso ‘Wallpapergate’.

Hacía meses que no se veía a Johnson tan crispado. El primer ministro compareció ante la Cámara de los Comunes (baja) en la sesión de control unos minutos después de que estallase la noticia de que la Comisión Electoral -que supervisa entre otras cosas la financiación de los partidos- ha abierto una investigación formal sobre las obras en su piso de Downing Street.

Hasta el momento, el Partido Conservador se ha negado a despejar si desembolsó el coste de la reforma y se ha limitado a decir que los fondos de la formación “no se están usando” para pagar por el piso, sin especificar si Johnson recibió antes un préstamo no declarado.

Johnson-Symonds, una historia de amor salpicada por los escándalos

Casi todos los escándalos que llaman a las puerta del ‘premier’ británico tienen su origen en su joven y ambiciosa novia de 33 años, Carrie Symonds, madre de su hijo Wilfred y causante de sus últimas preocupaciones. Y es que las dudas sobre la reforma del apartamento oficial de la pareja se dispararon el pasado viernes cuando el antiguo superasesor de Johnson e ideólogo del Brexit, Dominic Cummings, acusó al primer ministro en un incendiario mensaje de haber buscado en 2020 que “donantes pagasen en secreto” los trabajos y aseguró haberle advertido entonces de que ello sería “probablemente ilegal”.

Los primeros ministros reciben por ley hasta 30.000 libras (34.500 euros) para dejar a su gusto la residencia oficial de Downing Street. Sin embargo, los medios especulan que la reforma emprendida por Johnson y Symonds se elevó muy por encima de esa cantidad.

Cummings estaba enfrentado a la pareja de Johnson y lo echó en noviembre de 2020. Desde el entorno del primer ministro se acusó al exasesor de una serie de filtraciones a la prensa que él niega. Cummings pasó de ser su confesor a erigirse como su enemigo más íntimo.

La pareja habría pagado unos 66.000 euros

Según el tabloide “Daily Mail”, el matrimonio pagó unas 58.000 libras adicionales (66.000 euros). Las cantidades no son astronómicas, pero en una democracia donde las buenas prácticas formales son escrutadas minuciosamente, el cumplimiento del llamado Código Ministerial -que castiga duramente por ejemplo las mentiras en sede parlamentaria- se vigila de cerca y puede poner a Johnson ante un aprieto inesperado.

Symonds saltó a la palestra a finales de 2018 cuando el divorcio de Johnson y Marina Wheeler, madre de sus cuatro hijos, se convirtió en la comidilla de Westminster. Su segunda esposa se cansó de las aventuras extramatrimoniales del tory después de más de dos décadas junto a él. Llevaban meses manteniendo su romance en secreto a la espera de que el conservador diese el paso de separarse. Ahora no solo han decidido pasar por el altar, sino que además la pareja está esperando su primer hijo.

Con su gran inteligencia y astucia, Symonds no tardó en llegar a la oficina de comunicación de los conservadores en 2009 y a principios de 2018 fue nombrada directora, puesto que abandonó en verano tras los rumores que la unían a Boris Johnson. La joven se incorporó entonces a Bloomberg. Sin embargo, sigue ejerciendo una gran influencia sobre el político en la sombra y se dice de ella que es la que «da forma» a Johnson.