Hong Kong

Joshua Wong condenado por tercera vez por participar en una manifestación

El destacado activista hongkonés recibe la sentencia desde la cárcel y suma un total de 27 meses entre rejas

El activista por la democracia Joshua Wong, en el centro, durante una vigilia para recordar a las víctimas de la masacre de la Plaza Tiananmen de 1989 en el Parque Victoria en Hong Kong, en junio de 2020
El activista por la democracia Joshua Wong, en el centro, durante una vigilia para recordar a las víctimas de la masacre de la Plaza Tiananmen de 1989 en el Parque Victoria en Hong Kong, en junio de 2020Kin CheungAP

A Joshua Wong se le acumulan las deudas con la justicia. Ayer, un tribunal de Hong Kong condenó al joven activista a 10 meses de prisión por su participación el año pasado en un acto conmemorativo de la masacre de Tiananmen que las autoridades locales habían prohibido debido a la pandemia. La condena supone un nuevo revés para el movimiento prodemocrático hongkonés que vive sus horas más bajas desde que Pekín impuso la ley de seguridad nacional en la ciudad aquel mismo mes de junio.

El gobierno local prohibió entonces la celebración de la tradicional vigilia que anualmente tenía lugar en la urbe para recordar a las víctimas de la tragedia arguyendo razones sanitarias. Sin embargo, eso no impidió que miles de ciudadanos se concentraran en el parque Victoria -y en otros puntos de la ciudad- para rendirles homenaje en el único lugar de China donde se puede conmemorar lo que sucedió en Pekín en 1989.

Por eso, cuando las autoridades vetaron el evento, muchos pensaron que detrás de la excusa pandémica estaba la mano de Pekín. Ayer, a las puertas del tribunal la vicepresidenta de la Alianza que organiza la vigilia anual, Chow Hang-tung, criticaba el fallo. “El tribunal parece sentir que cualquier expresión de disensión política es algo que debe ser reprimido y sometido a sentencias disuasorias. Creo que esto está mal”, afirmó.

El aniversario de Tiananmen

Chow también insistió en que los hongkoneses deben seguir reuniéndose y que este año planean llevar a cabo la tradicional vigilia que se ha celebrado durante tres décadas. Para ello, explicó que ya han pedido permiso a la Policía, aunque a un mes de la fecha prevista todavía no han recibido respuesta. Una incertidumbre que ha hecho crecer los temores entre los ciudadanos de que las autoridades aprovechando las restricciones actuales a causa de la pandemia no permitan retomar la celebración en un futuro.

El juez Stanley Chan insistió al dictar su sentencia en que los cuatro acusados eran figuras políticas que sabían muy bien que estaban participando en una reunión pública no autorizada que involucraba a una gran multitud y que sin duda iba a generar obstrucción al tráfico y riesgos para la salud pública. Por eso, “el hecho de que los participantes llevaran mascarillas o mantuvieran algún tipo de distanciamiento social no exonera su culpabilidad”, dijo Chan tras lamentar que ninguno de los acusados mostró a remordimiento pese a haberse declarado culpables.

“Está claro que los acusados lo hicieron de manera premeditada, desafiaron abiertamente la ley a sabiendas de que no tenían autoridad para participar en una concentración no autorizada”, afirmó. Junto a Wong, ayer también fueron condenados los activistas Lester Shum, Tiffany Yuen y Jannell Leung, que deberán pasar por prisión entre 4 y 6 meses por los mismos cargos; y otra veintena de acusados de los mismos delitos deberán presentarse el próximo 11 de junio ante el magistrado.

Sin espacio para la distensión

Además, en el caso de Wong el delito actual se cometió mientras estaba en libertad bajo fianza por otro caso. Y es que al carismático líder del movimiento de los paraguas se le multiplican las condenas. De hecho, hoy conoció la sentencia desde prisión, donde permanece desde el pasado diciembre. Allí, cumple dos condenas por haber participado en dos manifestaciones en 2019 que suman un total de 17 meses y medio de cárcel.

Sus delitos están relacionados con las numerosas protestas que tuvieron lugar en la ciudad aquel año y que solo remitieron con la llegada del coronavirus y la imposición de la citada ley de seguridad nacional. Una norma que castiga con penas de hasta cadena perpetua los delitos de secesión, subversión o terrorismo y con la Pekín, a la vista está, está logrando meter en cintura a la oposición de la ciudad.

De hecho, desde que entró en vigor, las autoridades han detenido a más de 100 activistas, académicos y políticos, de los cuales 57 han sido procesados. Mientras, otros han decidido poner tierra de por medio y exiliarse antes de correr la misma suerte. Incluso los hay que han sido detenidos y condenados por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Ese es el caso de tres ciudadanos que se encontraban en Tsuen Wan el 1 de octubre de 2019, jornada en la que tuvieron lugar graves disturbios entre manifestantes y policía. Todos ellos han recibido sentencias de cárcel pese a que no existen pruebas que demuestren que cometieron actos violentos. Para el juez eso no parece indispensable y, según dijo, su atuendo negro y su presencia “en el ojo del huracán” eran más que suficientes para demostrar que habían participado en el motín o habían incitado a otros a hacerlo.