Debacle laborista
Boris Johnson humilla al laborista Keir Starmer
El primer ministro conservador logra arrebatar a la oposición el distrito de Hartlepool, un emblemático feudo del laborismo en el muro rojo y pone contra las cuerdas a su líder
Boris Johnson vuelve a hacer historia. El “premier” logró arrebatar a la oposición el distrito de Hartlepool, un emblemático feudo del norte de Inglaterra que los laboristas tenían en su poder desde 1974. La victoria es sumamente simbólica. En las generales de 2019, muchos distritos euroescépticos del Muro Rojo abandonaron a los laboristas por los conservadores, por primera vez desde la II Guerra Mundial, para asegurar la ejecución del Brexit. Pero una vez Reino Unido ha salido ya de la UE y el laborismo se ha deshecho del radical e impopular Jeremy Corbyn, el hecho de que Johnson haya mantenido el apoyo en esta zona clave del país supone todo un triunfo.
Reino Unido celebró el pasado jueves las mayores elecciones locales y regionales celebradas desde 1973. Pero los vecinos de esta circunscripción pesquera tenían que elegir también a su diputado tras la dimisión del parlamentario Mike Hill, acusado de supuesto acoso sexual que él niega. Y los conservadores barrieron a los laboristas al conseguir el 52% de los votos. En los últimos 60 años, tan solo se había registrado dos casos anteriores en los que la formación que está en el Gobierno gana a la oposición en unos comicios parciales de este tipo.
El resultado deja en una situación extremadamente complicada al líder de la oposición, Keir Starmer, quien fue elegido hace apenas un año. “Hemos perdido la confianza de la gente trabajadora”, afirmó el laborista, que asumió “toda la responsabilidad” por los comicios y aseguró que hará “todo lo que sea necesario para arreglar” la situación del partido. “Me hago responsable de recomponer las cosas”, puntualizó en un discurso donde que avanzó que “en los próximos días” anunciará los “cambios” que considera necesarios.
Starmer, mucho más moderado que su antecesor, asegura que la pandemia le ha impedido salir a la calle a “reconectar con el electorado”. Pero el argumento no convence a sus filas. Y decisiones como la de presentar a un `remainer´ (que abogó por la permanencia de Reino Unido en la UE) como candidato en un distrito que votó masivamente a favor del Brexit han puesto en cuestión su estrategia.
“No hemos presentado argumentos lo suficientemente sólidos al país. En muchas ocasiones hemos estado hablando hacia nosotros mismos, en lugar de hacia el país”, analizó sobre el retroceso electoral. “Voy a establecer aquello que es necesario hacer para reconectar al Partido Laborista con los votantes”, añadió Keir Starmer.
Starmer sucedió en abril de 2020 al frente de la formación a Jeremy Corbyn tras la debacle electoral de diciembre de 2019, unas generales en las que el laborismo cosechó su peor derrota en casi un siglo y que permitieron a Johnson gobernar con una amplia mayoría absoluta.
El llamado “Superjueves” era la primera gran prueba en las urnas para el inquilino de Downing Street tras el Brexit y la pandemia y la superó con creces, en parte gracias a la exitosa campaña de vacunación donde el 64% de la población adulta ya ha recibido la primera dosis. Al cierre de esta edición, con el lento recuento de votos declarado en solo 42 de las 143 autoridades locales en liza en Inglaterra, los conservadores habían ganado 97 concejales más de los que tenían hasta ahora, mientras que los laboristas habían retrocedido en 122, según el recuento provisional de la BBC.
Los escándalos no castigan a Johnson en las urnas
De momento, al “premier” no le ha pasado factura el escándalo sobre la polémica reforma de su piso oficial en Downing Street. La supuesta utilización ilegal de donaciones al partido para hacer frente a la costosa decoración ha llevado a la Comisión Electoral a abrir una investigación.
El triunfo “tory” es una prueba más de que la mayoría de los votantes del Muro Rojo claramente no ven a este Gobierno como una continuación del que llegó al poder en 2010 de la mano de David Cameron. Es como si Johnson hubiera rejuvenecido ahora al Partido Conservador, como si los “tories” acabaran de inaugurar una nueva era. El electorado en lugares donde el Partido Laborista había ocupado el poder durante décadas culpa a la oposición, y no a los conservadores, por los problemas en sus áreas locales.
Por su parte, habrá que esperar al sábado para conocer los resultados en el Parlamento de Edimburgo, donde se da por hecho una mayoría para los independentistas del SNP -en el gobierno autónomo desde 2007-, con su promesa para celebrar un nuevo referéndum de secesión.
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