Tensión en la Ciudad Santa
Más de 200 palestinos heridos en choques con la Policía israelí en Jerusalén
Antidisturbios fueron recibidos anoche con piedras y botellas al entrar en la Explanada de las Mezquitas en plena celebración del Ramadán
Los rezos musulmanes de este viernes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén se preveían especialmente tensos, tras sucesivas jornadas de incidentes en el barrio de Sheik Jarrah. El motivo: la expulsión de decenas de familias palestinas de sus casas (unas 70 personas), tomadas por colonos judíos, con apoyo tácito de la Justicia y la Policía israelí.
Pero la dimensión de los disturbios superó las expectativas. En escenas que evocaron a las peores jornadas sangrientas de la Segunda Intifada, unos 200 palestinos y 17 agentes hebreos resultaron heridos, cuando los uniformados accedieron a una explanada abarrotada de feligreses. Los policías dispararon bombas de humo incluso dentro de la mezquita de Al Aqsa –además de balas de goma- y fueron recibidos con una lluvia de piedras, zapatos, botellas y fuegos de artificio.
En un video que exacerbó a la calle palestina, un agente hebreo aparece lanzando una bomba de humo en un lugar lleno de niños junto a la puerta de Damasco.
“No se puede permitir a los extremistas en ambos bandos que escalen la situación”, dijo el ministro de defensa israelí Benny Gantz. Y aclaró: “Israel continuará actuando para preservar la libertad de culto en el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas), y no permitirá que el terror levante cabeza”.
Esta semana, el diputado extremista judío Itamar Ben Gvir convocó una “reunión parlamentaria” ante las casas ocupadas por los colonos en Sheikh Jarrah, lo que provocó la furia de los residentes locales, que denuncian que se trata de una calculada estrategia para transferir a población palestina jerosolimitana de los barrios colindantes a la ciudad vieja.
Por otro lado, el grupo islamista Hamas aprovechó la convulsión para izar sus banderas en el Monte del Templo, y llamó a la movilización masiva en Jerusalén y a reactivar los choques en la frontera de la franja de Gaza.
Ejército, policía y servicios secretos israelíes se encuentran en máxima alerta, y desde el Ejércitoya anunciaron un aumento en la presencia de efectivos ante un potencial estallido de gran magnitud. El domingo será la gran prueba de fuego: coinciden en la ciudad santa la noche más sagrada del Ramadán con el “Día de Jerusalén”, en que miles de jóvenes nacionalistas judíos marchan anualmente por los callejones de la ciudad vieja para celebrar la conquista israelí de la parte oriental tras la Guerra de los Seis días en 1967. “Garantizaremos el derecho de protesta, pero si hay disturbios serán respondidos con tolerancia cero”, avanzó el jefe de la Policía.
Además de los anuncios de manifestaciones masivas por parte de árabes israelíes y palestinos de Gaza por los disturbios del viernes, durante el sábado se propagaron al menos seis incendios en las comunidades israelíes fronterizas con la franja de Gaza, fruto del lanzamiento de artefactos incendiarios.
Según un periódico libanés, Hamas habría rechazado un mensaje enviado por Israel mediante mediadores egipcios para evitar una mayor escalada de violencia. El líder de Hamas, Ismael Haniyeh, avanzó que “Israel pagará el precio” por los incidentes en el Monte del Templo, el lugar más sagrado para el Judaísmo y el tercero para el islam.
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