Guerra total

Israel abre fuego desde la frontera con Gaza tras cuatro días de ofensiva aérea

Tel Aviv ha reclutado a 9.000 reservistas y ha movilizado blindados y artillería en la verja de separación

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han lanzado este jueves por la noche un nuevo ataque aéreo y terrestre contra el norte de la Franja de Gaza, en la que es hasta el momento la ronda de ataques de mayor impacto del Ejército israelí. Las familias de la zona están huyendo por la intensidad de estos ataques, en los que, según el movimiento islamista Hamas, Israel ha lanzado unos 150 ataques aéreos en los últimos minutos.

Varios medios israelíes han precisado que además de los aviones, fuerzas de artillería y tanques participan, mientras las FDI han apuntado en su perfil de Twitter que se trataba de un ataque “aéreo y terrestre”. Al menos 50 personas habrían resultado heridas y trasladadas al hospital Beit Hanoun por este nuevo bombardeo en el norte de la verja de separación, según recoge el medio israelí ‘Yedioth’.

Con esta acción parece que Israel ha decidido cambiar de estrategia y es posible que en las próximas horas inicie una ofensiva por tierra dentro de la Franja contra el movimiento islamista Hamas como ya lo hizo en 2008 y 2014. De hecho, se ha reforzado el despliegue en la verja de separación y el Ejército asegura que estudia «varios escenarios de cara a la operación terrestre».

Tel Aviv ha reclutado a 9.000 reservistas y ha movilizado blindados y artillería a la frontera con Gaza, pese a que su preferencia era golpear al grupo islamista por vía aérea. Hamas, por su parte, no cesa el disparo de cohetes desde Gaza a territorio israelí.

Netanyahu: «Hamás pagará un alto precio»

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha recordado a través de Twitter que esta nueva ofensiva es parte del “alto precio” que anunciaron que le harían pagar a Hamas. “Dije que le cobraríamos un precio muy alto a Hamás. Hacemos esto y lo seguiremos haciendo con mucha intensidad. No se dijo la última palabra y esta operación continuará el tiempo que sea necesario”, ha advertido.

Asimismo, ha subrayado que “actuaremos con todas nuestras fuerzas contra enemigos en el exterior y forajidos en el interior para restaurar la calma en el Estado de Israel”. “Apoyamos al cien por cien a la Policía y al resto de las fuerzas de seguridad para restaurar la ley y el orden en las ciudades de Israel; no toleraremos la anarquía”, ha añadido.

Una escalada bélica preocupante

Bombas lanzadas desde el aire por la aviación israelí fulminaron en un santiamén decenas de edificios en Rafah, al sur de la Franja de Gaza. Entre otros, albergaban las oficinas de la seguridad interna de Hamas. Las temblorosas capturas tomadas por los gazatíes residentes en la zona iban acompañadas del estruendo de los cazas y aterradores gritos de niños, sin lugar donde refugiarse de tanta destrucción.

Ante la incesante lluvia de misiles lanzados por las facciones palestinas durante toda la jornada –ayer se lanzaron más de 200 cohetes, que llegaron hasta Tel Aviv y la región central al mediodía-, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensificaron más si cabe la ofensiva aérea sobre el enclave palestino.

En plena festividad musulmana de Eid al-Fithr, el Ministerio de Salud palestino reportó que la cifra de víctimas mortalesen la cuarta jornada de la operación “Guardianes de los Muros” ascendió a 87 –incluyendo 18 niños-, y más de 530 heridos. En Israel, se cuentan siete víctimas y más de 200 heridos.

Dado el empeoramiento de la situación, las FDI llamaron a brigadas adicionales de tropas de combate para concentrarse en la frontera. Y según el portavoz militar Hidai Zilberman, además de reclutar a 9.000 reservistas más –el miércoles ya se sumaron 7.000-, tzahal [Ejército en hebreo] acumuló decenas de tanques ante la verja de separación. “Estamos preparándonos para una potencial operación terrestre. La iniciativa es nuestra y el tiempo corre a nuestro favor”, señaló Zilberman.

Al anochecer, se superaron los 1.750 proyectiles lanzados desde el enclave palestino desde el lunes. “Si el estamento político lo decide, se acabará lanzando la operación terrestre. Supondrá un alto precio, y la incógnita es saber cuál será el objetivo”, apuntó el analista Roy Sharon.

Sin alto el fuego a la vista

Por ahora, sigue sin atisbarse un alto al fuego, a pesar de que una delegación egipcia acudió ayer a Tel Aviv para reunirse con oficiales israelíes. Desde la Casa Blanca, un tibio Joe Biden se limitó a pedir “menos ataques con misiles” para favorecer la desescalada, y vetó una reunión propuesta para hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el conflicto en Gaza.

El presidente ruso, Vladimir Putin, durante una videollamada con el secretario general de la ONU Antonio Guterres, afirmó que “lo principal es detener los ataques violentos desde ambos lados y asegurar la seguridad de la población civil”.

Neutralizar los misiles

El objetivo de Israel es neutralizar el lanzamiento de misiles, pero pese al recrudecimiento de la ofensiva militar, las capacidades y municiones de Hamas siguen todavía a pleno rendimiento.

Tras las abundantes salvas lanzadas desde Gaza durante toda la jornada, que golpearon con fuerza a la lejana Beer Sheva y a las castigadas comunidades fronterizas israelíes, el Ejército israelí bombardeó más infraestructuras islamistas, alegando que había decenas de operativos de Hamás en su interior. Además, también fueron atacados diversos “apartamentos operacionales” de comandantes al norte de la franja, así como lanzaderas preparadas para disparar.

También continuaron los bombardeos sobre altas torres residenciales y viviendas. Yousef Al Hammash explicó a Al Jazeera que su casa, donde vivía junto a su mujer embarazada y una hija de tres años, fue golpeada ayer, previo aviso de un dron en el techo del inmueble. “De nuevo, hoy nos mudamos a casa de mis abuelos. Lo único que podemos hacer es movernos de lugar a lugar, y convencernos de que esta vez será seguro. Es una pesadilla”.

Desde Sderot, la imagen de Ido Avigal, el niño muerto por un impacto directo de un proyectil que cayó sobre su vivienda, colmó las portadas de los informativos hebreos ayer. Pese a que el niño y su familia se encontraban en el refugio blindado, el misil logró penetrar. Su padre Asaf, fuera de sí, exclamó: “no entiendo cómo algo así puede ocurrir. Estoy enfadado conmigo mismo”. Vio como una ambulancia cargaba a una herida grave. Era su mujer, que le confirmó: “Ido ha muerto”.

Cierre de Ben Gurion

Pronto en la mañana, Israel anunció el cierre indefinido para la llegada de vuelos al aeropuerto internacional de “Ben Gurion”, y desvió los vuelos entrantes al aeropuerto “Ramón” de Eilat. Minutos después, la pista de aterrizaje alternativa fue blanco de un intento de ataque desde Gaza.

“Por orden Mohammad al-Deif, comandante de las Brigadas al-Qassam (brazo armado de Hamás), disparamos cohetes hacia el aeropuerto de Ramón, a 250 kilómetros de distancia”, apuntó el portavoz islamista Abu Obeida. Y añadió: “es parte de nuestra respuesta por el asesinato de nuestros heroicos líderes e ingenieros”.

Según los islamistas, golpear Tel Aviv o Jerusalén “es más fácil para nosotros que beber un sorbo de agua”. Ahora, el objetivo de Hamas es incendiar también Cisjordania, para debilitar a su rival de Fatah e intentar ponerse al frente de la causa palestina en todos los frentes.

“Drones suicidas”

Además, el grupo islamista reveló armamento inédito hasta la fecha: “drones suicidas” cargados con explosivos de hasta cinco kilos, que surcaron los cielos fronterizos con Israel. Según las FDI, dos de los artefactos fueron abatidos.

Paralelamente al conflicto de Gaza y al caos extendido por la violencia árabe-judía en las ciudades mixtas de Israel, se produjo otro imprevisto giro de 180 grados al atardecer.

El derechista Naftali Bennet, líder de Yamina –que llevaba semanas negociando un Ejecutivo alternativo junto al centrista Yair Lapid-, confirmó ayer que descarta definitivamente esta opción “debido a la situación de seguridad”. En su criterio, era inviable construir ahora un ejecutivo apoyado por las fuerzas árabes. Así, se dio por enterrado cualquier atisbo de cambio de rumbo en Israel.