Geopolítica
EEUU ha construido el ejército secreto más grande con 60.000 efectivos que actúan en todo el mundo
Newsweek revela que el Pentágono está detrás del programa “Signature Reduction” en el que participan civiles y militares bajo identidades falsas
El Pentágono ha creado en los últimos diez años el ejército secreto más grande de la historia de Estados Unidos. Así lo desvela una investigación de la revista Newsweek, que tras dos años de trabajo ofrece cifras y datos sobre las funciones y la composición de este contingente que incluiría tanto a civiles como a soldados del Ejército.
Esta fuerza militar, que es diez veces más grande en unidades que la propia CIA, está diseñada para llevar a cabo acciones tanto dentro del país como en el extranjero y sus miembros actúan con uniforme militar y a veces como civiles en operaciones encubiertas. En algunas ocasiones se esconden bajo consultorías y empresas privadas y en otras ocasiones con sus propias empresas.
Este programa militar tiene el nombre de “Signature Reduction” (reducción de la firma) y se ha ido desarrollando sin control público ni bajo conocimiento del Congreso de EEUU. “El ejército que desarrolla esta gigantesca fuerza clandestina supone un desafío a las leyes estadounidenses, las Convenciones de Ginebra, el código de conducta militar y la responsabilidad básica”, asegura la citada publicación.
La operativa de este programa lleva a que civiles, militares y contratistas se muevan con identidades falsas tanto para acciones en la vida real como en internet, donde la guerra cibernética ha puesto en circulación a miles de espías que operan con nombres ficticios.
Pero, ¿qué hacen exactamente los miles de efectivos que forman parte de este programa y qué tipo de organizaciones dan soporte a la estrategia clandestina? La investigación poner de relieve la existencia de unas 130 empresas privadas que trabajan con docenas de organizaciones gubernamentales poco conocidas que supervisan operaciones no reconocidas públicamente. Las empresas recaudan más de 900 millones de dólares anuales para dar cobertura a este monumental ejército.
Entre sus cometidos figura la creación de documentación falsa y el pago de las facturas de las personas que operan con nombres falsos; fabricación de vestuario y otros dispositivos para frustrar la detección e identificación, así como la construcción de dispositivos invisibles para fotografiar y escuchar la actividad en los rincones más remotos de Oriente Medio y África.
El primer nivel estaría compuesto por soldados que trabajan en zonas de guerra, ya sea en Asia o en África, en busca de objetivos terroristas, pero también en países calientes como Irán y Corea del Norte. En un segundo nivel se sitúan las fuerzas de inteligencia, donde se incluyen a agentes de contrainteligencia e incluso lingüistas y que están desplegados con cierto grado de “cobertura” para proteger sus verdaderas identidades.
El grupo más nuevo y de mayor crecimiento, dice Newsweek, es el de los analistas con capacidad para acceder a información de acceso público y de participar en campañas para influir en las redes sociales y manipularlas. Esta figura recuerda a la de Edward Snowden, el analista a sueldo de la agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) que huyó de su EEUU después de revelar al mundo la gigantesca red de espionaje desde las agencias de inteligencia estadounidenses.
El programa “Signature Reduction” no solo se ocuparía de la lucha contra el terrorismo sino que asume competencias para aumentar las ventajas en esa zona de conflicto denominada “Zona Gris” (una especie de guerra híbrida o paz en medio de un conflicto creciente) con potencias como Rusia y China.
Una de las empresas citadas por los investigadores está radicada en Carolina del Norte, y en ella se dedican a fabricar dispositivos de escucha pero también al desarrollo de técnicas para el envejecimiento de las personas mediante materiales que pueden transformar la apariencia de cualquier persona. Pueden envejecer, cambiar de sexo y aumentar la masa corporal.
El reportaje recuerda que en 2015, el Estado Islámico publicó los nombres, fotos y direcciones de más de 1.300 militares estadounidenses, y ordenó a sus combatientes que mataran a las personas identificadas. El FBI reveló después que la liberación de estos datos fue obra piratas informáticos rusos que se hicieron pasar por miembros del Estados Islámico y amenazaron a familias de militares a través de Facebook.
El oficial retirado John Richardson asegura a Newsweek que “aún estamos en la infancia de nuestro mundo transparente”. “Estamos ganando esta guerra, incluso en el lado cibernético, incluso si el secreto sobre lo que estamos haciendo hace que la imagen de los rusos en los medios parezca de nuevo como si tuvieran tres metros de altura”.
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