Oriente Medio

Irán no levanta cabeza: un barco que se hunde, explosiones en refinerías y un avión derribado por error

El régimen encadena una racha de desastres en sectores estratégicos en medio de la crisis desatada por las sanciones económicas de Donald Trump y agravada por la pandemia

Incendio del buque de guerra iraní Kharg
Incendio del buque de guerra iraní KhargIRAN STATE TV IRIB HANDOUTEFE

En marzo pasado Irán entró en un nuevo siglo (el año 1400 del calendario persa) con el mismo mal pie con el que lleva pisando en los últimos años, en los que ha ido encadenando una serie de desastres que están afectando a sus infraestructuras estratégicas. Estos incidentes, además, han tocado la autoestima de un pueblo que ha sufrido severamente las embestidas de la pandemia por coronavirus en medio de una crisis económica provocada por la reimposición de las sanciones decretadas durante la presidencia de Donald Trump. Algunas de estas calamidades militares han sido provocadas por errores de cálculo dentro del régimen y otras no tiene autor conocido aunque muchos apuntan a Israel.

El más trágico de los recientes infortunios fue el derribo de un avión Boeing 737 de Ukraine International en enero de 2020, que cayó cerca de Teherán con 176 personas abordo cuando fue impactado por un misil lanzado por las propias autoridades militares debido a un “error humano”. La aeronave fue confundida con un “blanco hostil” ya que había volado cerca de una instalación militar “vital” de la Guardia Revolucionaria en las afueras de la capital.

En mayo del año pasado, un destructor iraní dañó por error uno de sus buques de guerra durante unas maniobras en el Golfo Pérsico, acabando con la vida de 19 soldados marines. Según la versión de la Guardia Revolucionaria, el destructor Jamaran estaba probando un nuevo tipo de misil antibuque y el Konarak, que se encargaba de poner los objetivos en el agua para que otros barcos les dispararan, “no creó la suficiente distancia al desplazar la diana” y el misil impactó contra él.

En los últimos días, los desastres han hecho mella nuevamente dentro del régimen al sufrir dos golpe que afectan a una de sus infraestructuras vitales, como es la petrolera, y a una embarcación militar. Horas después del incendio del barco Kharg en las aguas del golfo de Omán, Teherán informó de un gran incendio en una refinería de petróleo cerca de la capital iraní. Una fuga en un gasoducto de gas licuado provocó una explosión y un incendio. Nadie resultó herido, según las primeras informaciones.

El Kharg, uno de los buques más grandes de la Armada iraní, había salido a navegar en aguas internacionales para participar en un ejercicio de entrenamiento cuando se incendió cerca del puerto de Jask. No se conocen las causas del fuego, pero se sabe que comenzó en la sala de máquinas y provocó que partes del barco se derritieran y cayeran al mar, según la estatal de noticias IRNA. Los equipos de rescate trabajaron durante 20 horas apagar el incendio, pero los esfuerzos resultaron infructuosos.

Cerca de 400 miembros de la tripulación fueron evacuados y solo 33 quedaron con heridas leve. El Kharg era un buque cisterna de reabastecimiento de petróleo, construido para suministrar combustible a buques más pequeños con capacidad para transportar helicópteros. También había sido un barco escuela para formar a jóvenes marines.

Una refinería en llamas

Horas después del desastre naval se desencadenó un gran incendio en una refinería de petróleo del sur de Teherán. El fuego se originó en uno de los gasoductos de la planta Shahid Tondgooyan. Las causas del incendio están bajo investigación, según un comunicado de la refinería, que descartó por el momento la posibilidad de un acto de sabotaje. El verano pasado se registraron una serie de incendios sospechosos en distintas instalaciones de Irán, incluidas algunas del sector energético, que se atribuyeron a sabotajes perpetrados por Israel.

Aunque Teherán no ha acusado a nadie de atacar el Kharg, el incidente se produce en medio de tensiones entre Irán y sus enemigos regionales. Israel se opone a las conversaciones para reactivar el acuerdo nuclear internacional con Irán firmado en 2015 con Obama y está presionando a Estados Unidos para frene las actividades que considera amenazadoras por parte de Irán en la región.

Desde fines de 2019, una docena de barcos iraníes con destino a Siria han sido atacados. Algunas fuentes creen que detrás de esta cadena de ataques está Israel, cuyas autoridades nunca han admitido la responsabilidad en estos incidentes. Otros golpes importantes para el país han sido los ataques informáticos a sus instalaciones nucleares: Irán ha acusado a Israel de estar detrás de estos ciberataque, incluidos dos incendios y explosiones en su instalación nuclear de Natanz, en abril y julio pasado, así como el asesinato de su principal científico nuclear en noviembre.