Cártel de Sinaloa

Emma Coronel, esposa de “El Chapo” Guzmán, se declara culpable de narcotráfico

La mujer del narcotraficante admitió haber ayudado a Guzmán a dirigir el cartel de drogas y ayudarlo a salir de prisión

Emma Coronel Aispuro (C) se declara culpable de narcotráfico. EFE.
Emma Coronel Aispuro (C) se declara culpable de narcotráfico. EFE.KEVIN HAGENEFE

Emma Coronel, 31 años, esposa del capo de todos los capos, el narco Joaquín El Chapo Guzmán, rey del cártel de Sinaloa, se ha reconocido culpable de tráfico de drogas y lavado de dinero delante un tribunal en Washington. El Chapo fue condenado hace dos años y ahora la guapa Coronel puede seguir sus pasos. En su pliego la reina de la belleza se reconoce responsable de tráfico de de cocaína, marihuana, metanfetaminas y heroína, importadas a Estados unidos, así como de participar en el gigantesco y sofisticado entramado que permite blanquear el dinero.

La escena delante del juez federal  Rudolph Contreras parecía sacado de la Reina del Sur, la novela de Arturo Pérez Reverte que inspiró el narcocorrido de los Tigres del Norte. O de Traffic, la devastadora película sobre el tráfico de drogas de Steven Soderbergh, con Catherine Zeta-Jones en el papel de Helena Ayala, esposa del narco Carlos, que cogía las riendas del negocio tras el encarcelamiento del marido. A Coronel la habían arrestado el pasado mes de febrero, en el aeropuerto Internacional Dulles, en Texas, acusada de dirigir el imperio del crimen levantado por el El Chapo. También la acusaban de haber participado activamente en su fuga de una prisión de máxima seguridad en México, en 2015. Una escapada apoteósica, que demostró la impotencia y fragilidad de los Estados frente a lo que el escritor Don Winslow describió como el poder del perro. La fiscalía y la DEA contaban con la baza a favor de los informantes, que han testificado sobre sus actividades delictivas, así como con el hecho de que Coronel tiene dos hijas, fruto de su matrimonio con Guzmán, y que seguro que preferiría un acuerdo antes que arriesgarse a terminar con la perpetua.

Anthony Nardozzi, del departamento de Justicia, comentó que Coronel ayudó e instigó a conseguir los objetivos del Cártel de Sinaloa. Y le permitió a Guzmán «retomar su rol de liderazgo en el Cartel de Sinaloa y, al hacerlo, impulsó el negocio del narcotráfico del cartel». Hace una semana, entrevistado por la NBC, el exjefe de operaciones internacionales de la DEA, Mike Vigil, explicó en el programa de televisión American Greed que ella, por Coronel, «sabe dónde están enterrados todos los cuerpos, por así decirlo, y puede causar mucho daño al cártel de Sinaloa». Durante el juicio los investigadores explicaron que la esposa del Chapo conocía como pocos el negocio. Lejos de apaciguar la bestia, heredó un negocio durante casi tres décadas, a sangre y fuego, metió hasta 150 toneladas de cocaína en EE.UU. Al cártel de Sinaloa también se le considera responsable de varios miles de asesinatos, imponiendo un clima de terror y acabando con la vida de rivales, policías, militares, periodistas, abogados, activistas por los derechos humanos y más. En una ocasión los investigadores sostuvieron que Guzmán llegó a ordenar el asesinato de un colega, culpable de no haberlo saludado en público. Al Chapo no le sirvió para nada la defensa de sus abogados, cuando explicaron en vano que era un hombre de paja, un campesino semi-analfabeto manejado por unos misteriosos capos de los que nadie supo nunca. Enfrente estaban las 300.000 pruebas reunidas por los fiscales.

En un correo electrónico a la NBC, el principal abogado de Coronel, Jeffrey Lichtman, le explicó que trabajaban en un posible acuerdo con la fiscalía. Pero cooperar era y es peligroso y no está claro si sucederá así. Por si acaso, días antes el abogado también le dijo a la NBC que rumorear sobre una posible cooperación podría poner en riesgo a su cliente y sus hijas. El narco no paga traidores. Contra Emma Coronel la fiscalía podría haber puesto en juego el conocido manual de instrucciones usado contra la mafia en Nueva York. Nada como la amenaza de la cadena perpetua para lograr acuerdos. De todas formas está por ver que la asunción de culpabilidad suponga la caída del cártel. Hablamos de una estructura multimillonaria, que funciona atomizada precisamente para evitar que la caída de la cúpula suponga la destrucción del imperio. Guzmán, que acumuló una fortuna de miles de millones de dólares, nunca cantó. Dio igual que los hermanos Flores, antiguos colaboradores, se entregaron a la justicia estadounidense y lo sepultaron bajo una tonelada de pruebas y testimonios. Pero el negocio es demasiado grande, la demanda demasiado poderosa, como para dinamitar los cimientos. Dice la CNN que, según Litchman, estamos ante «un acuerdo de declaración de culpabilidad» y que su cliente espera poder retomar su vida junto a sus hijas. Pero el precio a pagar no ha trascendido.