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Milagro en Massachussets

“¡Dios mío! ¡Estoy en la boca de una ballena!”

La milagrosa historia de un pescador de langostas que fue “casi comido” por un enorme cetáceo

El proyecto "Cabo Rorcual" de la Universitat Politècnica de València (UPV) estudia el paso del rorcual común (Balaenoptera physalus) por las costas valencianas REMITIDA UPVREMITIDA UPV

Michael Packard se encontraba buceando en la costa de Provincetown, Massachussets, en Estados Unidos, cuando una ballena jorobada le sorprendió y estuvo cerca de comérselo y convertirlo en su almuerzo.

Packard es un pescador y buceador experimentado. Se encontraba a unos trece metros de profundidad cuando sucedió este encuentro fortuito con el animal. En una entrevista a WBC, dijo que apenas sintió dolor en ese momento, pero cuando se quiso dar cuenta, la ballena estaba intentando tragárselo: “Estaba todo oscurecido y sentí que me habían mordido. Pensaba que era un tiburón, pero cuando me di cuenta de que no había dientes, dije: ¡Dios mío! ¡Estoy en la boca de una ballena!”

Según estima el buceador, llegó a estar en torno a unos treinta segundos dentro de la boca del cetáceo hasta que este lo escupió. “Pensaba que iba a morir. Pensé en mis hijos y en mi esposa, y, de repente, la ballena subió a la superficie, estalló, me lanzó al aire y fui libre. No podía creerlo”.

Packard fue sacado del agua por un compañero de tripulación y llevado rápidamente a un hospital cercano. El propio pescador de langostas cuenta que creía que se quedaría sin oxígeno y que no tendría por dónde respirar, así que hizo todo lo que pudo para no malgastar el poco aire que tenía en sus pulmones.

“Está vivo porque es un tipo listo, y con suerte. Para salir de una situación como esa tienes que mantener la calma y ser todo un profesional”, responde Charles Mayo, biólogo marino del Centro de Estudios Costeros de Provincetown, Mayo dijo que su hijo es el capitán del barco de Packard, y que él estaba ahí cuando este llevó a tierra a Packard.

La bióloga Jooke Robbins, directora de estudios de ballenas jorobadas de este centro, indicó que esto había sido algo inusual, porque estos cetáceos no suelen hacer algo así. “Fue una sorpresa para todos. Las ballenas jorobadas, a menudo, se involucran en una alimentación por embestida, y recogen una gran cantidad de comida en la boca. No necesaria ven todo lo que meten en su cuerpo”.

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