México

La británica que salvó a su gemela del ataque de un cocodrilo

El animal atacó a la joven hasta tres veces y su hermana acabó en coma en el hospital

Las hermanas formaban parte de turistas cuando se vieron sorprendidas por el animal. EFE
Las hermanas formaban parte de turistas cuando se vieron sorprendidas por el animal. EFEJeffrey ArguedasAgencia EFE

Un grupo de veinticinco personas se encontraban haciendo turismo por la laguna de Manialtepec, en México. Un área conocida por anidar cocodrilos, aunque si estos no lo sabían, no tardaron en percartarse.

Georgia Laurie, de 28 años, y su hermana gemela, Melissa, eran unas de las turistas. Georgia tuvo que disfrazarse de heroína para salvar a Melissa de un violento cocodrilo. “Le di un puñetazo a un cocodrilo en la nariz con ambos puños para salvar a mi hermana gemela”, cuenta.

La joven relata que ambas, procedentes de Sandhurst, Berks estaban tomando un descanso y nadie les había advertido de que había cocodrilos. Melissa nadó sola, sin saber que, de pronto, le esperaba este animal hambriento que quería atacarla. “De repente vi que se movía de forma extraña, como que la sacudían, y vi la cabeza de un cocodrilo que medía como unos sesenta centímetros de largo”.

Georgia asegura que, cuando el cocodrilo estaba intentando arrastrar a su hermana de la pierna, ella consiguió golpearlo con la mano para que se apartara. Pero, hasta en tres ocasiones, el cocodrilo se alejó nadando para regresar más furioso, mordiendo el brazo a Georgia.

“La batalla con los cocodrilos parecía durar mucho, pero la adrenalina había entrado en acción. Soy como Cocodrilo Dundee”, bromea después del suceso. El resto de turistas consiguió alertar a un segundo bote turístico que también había ido a ver la zona. Llevaron a Melissa a otro bote, pero el alcance de sus heridas quedó claro. “Tenía heridas punzantes en todas partes, pero no sangraba. Ella entraba a conciencia, pero me preocupaba porque tosía sangre y daba todo mucho miedo, porque decía que se estaba ahogando”.

Melissa cayó en coma, y tenía laceraciones en el estómago. Los médicos se preocuparon de que hubiera desarrollado sepsis o envenenamiento de la sangre, así como de haber contraído neumonía por una infección.

Por fortuna, no tuvo un mal final. Melissa despertó del coma y pudo preguntar qué había sucedido. Se sentía muy dolorida, pero agradecida, sobre todo, con su hermana, que luchó por su vida. “Queremos seguir viajando por el mundo, a ver si no tarda en recuperarse del todo”, agrega Georgia, que acabó con una muñeca fracturada.