Análisis

Encuentran material del Estado Islámico en la casa del somalí que asesinó ayer a tres personas en Alemania

Expertos antiterroristas habían establecido una relación causa efecto entre el ataque en Baviera y el llamamiento del portavoz de la banda yihadista a redoblar los atentados

Se suele atribuir estos crímenes a personas trastornadas, pero no se puede caer en la trampa de diluir el peligro yihadista en una serie de acciones propias de trastornados.
Se suele atribuir estos crímenes a personas trastornadas, pero no se puede caer en la trampa de diluir el peligro yihadista en una serie de acciones propias de trastornados.larazon

La Policía alemanada han encontrado material del Estado islámico en el domicilio del somalí que ayer causó la muerte de tres personas e hirió a seis en una ciudad de Baviera, szegún informan medios de comunicación germanos. Aunque la autoría se había atribuído a problemas psiquiátricos, se está comtemplan do, a la vista de las pruebas, la motivación yihadista del atacante, que gritó “Allahu Akbar” (Dios es grande) durante el atentadoe. Durante su declaración a la Policía hizo una declaraciónque sugería fanatismo religioso.

Después del crimen, los servicios de emergencia registraron un refugio para personas sin hogar donde había vivido el perpetrador. Según la información de “BILD”, la policía encontró material de propaganda de ISIS en un bote de basura; aparentemente el joven de 24 años lo había desechado antes de los asesinatos.

Lo cierto es que , en la noche del jueves, el portavoz del Estado Islámico (Daesh, Isis), Abu Hamza, publicaba un largo comunicado en el que hacía un rotundo, y exigente, llamamiento a sus “combatientes” para que se empleen con más fuerza contra los enemigos de la banda yihadista, que presentaba como adversarios del Islam, lo que es rotundamente falso. Parec que podría existir una relación causa-efecto, ya que dicha decclaración era de fácil acceso en las redes sociales yihadistas.

En cualquier caso, la amenaza yihadista, creciente, sobre los países de Occidente es una realidad olvidada por la opinión pública que sólo “despierta” cuando se produce un atentado. Esta misma semana, en las redes sociales, elementos del ISIS anunciaban el avance hacia Europa desde el Sahel, auténtico punto crítico en el que se libra la gran batalla para que los yihadistas no lleguen con facilidad al Continente a través de la vía que les propicia la inestable situación de Libia. No es casualidad que Marruecos, uno de los países con mejor información sobre la radicalización de elementos que proceden del Islam, centre sus esfuerzos en obtener información y controlar lo que ocurre en esta conflictiva zona africana, que se disputan el Estado Islámico y Al Qaeda, con un balance favorable para los primeros.

Ayer fue Alemania, de confirmarse la hipótesis terrorista. Suele ser habitual atribuir estos crímenes a personas trastornadas (el somalí gritó ‘Allahu Akbar’” (“Alá es grande”), pero no se puede caer en la trampa de diluir el peligro yihadista en una serie de acciones propias de trastornados. En todo caso, para entrar en una banda terrorista no te piden una pericial psiquiátrica favorable, sino un grado de fanatización suficiente.