Bielorrusia

Lukashenko pone entre rejas al ex banquero que soñó con desbancarle en las urnas

El principal rival del presidente bielorruso, Viktor Barbariko fue detenido antes de las elecciones de agosto acusado de ser un agente de Moscú

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Hace un año, los candidatos a la presidencia de Bielorrusia calentaban motores ilusionados, pensando en una victoria que pudiera dar un golpe de timón en la política de esta exrepública soviética. Entre ellos, el exbanquero Viktor Babariko, principal rival del presidente Aleksander Lukashenko, que empezaba su particular carrera política presentando un aval de 435.000 firmas, algo nunca visto en ese país. Poco duró su sueño, ese mismo verano Babariko fue detenido junto con su hijo Eduard, mientras Lukashenko acusaba a Moscú de estar detrás del malogrado candidato. Al igual que Babariko, el otro gran candidato de la oposición, Valery Tsepkalo, tuvo que huir el 24 de julio a Rusia con sus hijos después de haber recibido información de las fuerzas de seguridad del país en la que le avisaban de una inminente detención. El otro candidato, Sergey Tikhanovsky, muy popular en las redes por su crítica al Gobierno, que llevaba un año recorriendo Bielorrusia denunciando los abusos del poder y ganando seguidores fue detenido por organizar una manifestación sin autorización. Poco se ha sabido de los candidatos después de la victoria de Lukashenko en aquellas elecciones presidenciales del pasado mes de agosto. Svetlana Tikhanovskaya, esposa de Sergey Tikhanovsky, que recogió su testigo encabezando la oposición del país, huyó poco después de la confirmación de la aplastante victoria electoral de Aleksandr Lukashenko y desde allí ha intentado coordinar numerosas acciones de protesta en su país, así como recabar apoyo internacional.

Ayer, el Tribunal Supremo de Bielorrusia finalizó el proceso penal iniciado el pasado 17 de febrero contra Viktor Babariko condenándolo a 14 años de prisión en un centro penitenciario de máxima seguridad y a una multa de aproximadamente 57.000 dólares. Además, el exbanquero ha sido inhabilitado para ocupar cargos públicos durante los próximos cinco años. Las acusaciones presentadas entonces y ahora corroboradas son las de cohecho, blanqueo de capitales y evasión fiscal, mientras dirigía Belgazprombank, uno de los bancos más importantes del país. Según el tribunal que ha dictado sentencia, el excandidato bielorruso dirigió una red criminal que desde 2008 a 2020 pudo evadir millones de euros al extranjero.

Persecución política

Babariko, de 57 años, único acusado del proceso, nunca ha cooperado con los investigadores acusándolos de maquinar una venganza política a las órdenes del presidente Lukashenko. Sus abogados también han calificado la sentencia de persecución penal políticamente motivada y Amnistía Internacional considera a Babariko un preso político. El principal asesor legal de Babariko declaró que su cliente no tiene derecho al recurso de apelación, por lo que se presentará el de queja.

Las reacciones no se han hecho esperar, la opositora bielorrusa en el exilio, Svetlana Tikhanovskaya, que protagonizó las movilizaciones más numerosas durante la campaña electoral y que se considera la ganadora de aquellos comicios, ha utilizado su cuenta de Twitter para acusar al presidente Lukashenko de llevar a cabo “una venganza” contra quien “despertó al país” para llevarlo a un sistema democrático más justo.

El pasado 23 de mayo, el bloguero opositor, Roman Protasevich, fue arrestado después de que el avión de pasajeros donde viajaba se viese obligado a aterrizar en Bielorrusia, lo que provocó una serie de sanciones por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos. El régimen bielorruso, aislado por Occidente, ha encontrado el apoyo de Rusia que critica el doble rasero aplicado por los países que ejercen presión sobre Bielorrusia. Lejos de suavizarse, parece que las medidas contra Lukashenko puedan aumentar visto el episodio vivido ayer con la condena a Babariko, que hasta su decisión de presentarse a las elecciones siempre fue del agrado del presidente.

Detenciones masivas

Este lunes, la ONU afirmó que durante este último año fueron detenidas casi 30.000 personas en Bielorrusia por salir a la calle a manifestarse, 530 de ellas se encuentran todavía en prisión, mientras que se podrían contar por miles a los detenidos que han sufrido algún tipo de tortura. Lukashenko no quiso esperar y reaccionó ayer mismo a las primeras palabras de condena internacionales amenazando con dejar pasar a la Unión Europea una “masa migratoria” de miles de personas, sobre todo refugiados procedentes de Afganistán, Siria o Irak, asegurando que su país “no detendrá a nadie” que quiera utilizar esa ruta para llegar a los países de la Europa comunitaria.