Deriva autoritaria

Von der Leyen amenaza con retirar las ayudas europeas a Hungría

Bruselas promete emprender todas las medidas que sean necesarias para tumbar la ley homófoba de Orban

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Pleno de la Eurocámara en Eastrasburgo
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Pleno de la Eurocámara en EastrasburgoPatrcjk HertzogAP

A la Comisión Europea se le está empezando a terminar la paciencia con Hungría. En un debate esta mañana en la Eurocámara en Estrasburgo, la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha anunciado que la institución que lidera no dudará en utilizar todos los medios a su alcance para evitar que entre en vigor la nueva ley promulgada por el Ejecutivo de Viktor Orban en la que queda prohibido hablar de homosexualidad y transexualidad en los colegios y este veto se extiende al material audiovisual para los menores de 18 años.

El Ejecutivo comunitario ya ha enviado una misiva el Gobierno húngaro en la que le pide que rectifique y que esta ley no entre en vigor, pero Orban sigue manteniendo que esta nueva normativa no puede considerarse homófoba y que tan solo persigue preservar los derechos de los padres sobre la educación sexual que reciben sus hijos en las escuelas y a través de los medios de comunicación.

En la pasada cumbre europea de jefes de Estados y de Gobierno de los Veintisiete, la mayoría de los líderes europeos intentaron acorralar a Orban en una ofensiva poco usual en los pasillos comunitarios, sobre todo cuando hablamos de una ley nacional. Las explicaciones del primer ministro húngaro siguen sin convencer a las instituciones comunitarias, que ven especialmente escandaloso que se equipare homosexualidad con pedofilia.

“Se utiliza como coartada la protección de menores para discriminar fuertemente a personas por su orientación sexual, una vergüenza. Va en contra profundamente de los valores fundamentales de la UE, la protección de minorías, la igualdad y la defensa de los derechos humanos”, ha asegurado esta mañana la presidenta de la Comisión Europea en un debate en el pleno del Parlamento Europeo sobre la última cumbre.

Desde hace semanas la Eurocámara ha pedido a la Comisión Europea que de un paso más en la presión hacía el Gobierno de Budapest. Hasta el momento, los numerosos expedientes abiertos debido a la deriva autoritaria del país – que incluye menoscabar la independencia judicial y perseguir a organizaciones no gubernamentales y a la universidad financiada por el magnate George Soros- no han dado apenas resultados y el denominado artículo 7 que puede desembocar en la pérdida del derecho de voto en el Consejo ( procedimiento también abierto en contra de Polonia) se encuentra en punto muerto.

Existe una bala en la recámara y Bruselas parece que está dispuesta a utilizarla: bloquear el desembolso de las ayudas europeas tanto del marco presupuestario 2021-2027, que incluyen los fondos que reciben las regiones y los pagos a los agricultores, como del nuevo instrumento para hacer frente a los estragos económicos del coronavirus, denominado Next Generation EU.

La creación de este mecanismo, que supedita el cumplimento del Estado de derecho al desembolso de las ayudas, fue difícil de negociar durante la agónica cumbre del pasado mes de julio de 2020. Hungría y Polonia solo levantaron su veto cuando el resto de los países europeos les concedieron la posibilidad de recurrir la puesta en marcha de este instrumento ante el Tribunal de Justicia de UE. Ahora le toca a la corte europea pronunciarse, pero no parece que el veredicto pueda llegar antes de que termine el año.

Von der Leyen ha aludido esta mañana a que estos expedientes serán abordados durante el otoño. La política alemana ya ha anunciado que no le temblará el pulso “si se establece que hay violaciones que pueden afectar la buena gestión del dinero público”.

Pero hay voces que le piden no esperar. El plan de recuperación enviado por Hungría para poder recibir los 7.000 millones de euros para hacer frente a las consecuencias económicas del coronavirus todavía no ha recibido el aval de Bruselas. Los liberales europeos piden a la Comisión Europea que bloquee su aprobación, sin necesidad de activar ningún mecanismo. Bruselas dispone hasta el 12 de julio para dar su veredicto y, según ha explicado esta mañana el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, la Comisión sigue estudiando el documento.