Trump contraataca

Donald Trump ha regresado a la arena política. Su talante frontal y verbo encendido se presentan nuevamente en mítines multitudinarios. Su tono desafiante intenta avivar a sus más fervorosos seguidores –que no son pocos– con el propósito de mantener vigente su figura y reposicionarse para las elecciones presidenciales de 2024. La última acción controvertida ha sido una demanda en contra de Google, Twitter y Facebook. «Exigimos que se ponga fin a las prohibiciones en la sombra, al silenciamiento y a las listas negras, los destierros y las cancelaciones que ustedes conocen tan bien» afirmó Trump, refiriéndose al bloqueo que sufrió meses atrás. ¡Qué paradoja! Sobre todo con respecto a las redes sociales, tan aliadas durante sus cuatro años de gobierno. Especialmente Twitter representó para el expresidente norteamericano una plataforma ideal que le permitió saltar los filtros mediáticos que tanto le atacaban. Hoy, y por ahora, esas plataformas son sus enemigas.

Trump sigue vivo para la mayoría de los republicanos. Según una encuesta realizada por el instituto conservador Centennial, Trump cuenta con el apoyo del 71.43% de los militantes del partido republicano de cara a las elecciones de 2024. Por tanto, resulta comprensible que el magnate expresidente intente mantener esa popularidad por los próximos dos años cuando estemos a las puertas de la campaña electoral. En este marco, el problema sería una eventual fractura a lo interno del partido donde las dos opciones sean: Trump o el «establishment» político.

Como buen populista que es, Trump vuelve a la arena política haciendo lo que mejor saber hacer: confrontar. Ganó la elección de 2016 confrontando, perdió la de 2020 confrontando y construirá su campaña de 2024 haciendo lo mismo. No ha perdido el tiempo y ya sacude el espectro político con esta demanda en contra de grandes empresas tecnológicas. El resultado de la demanda podría ser un punto de inflexión desde la campaña de Donald Trump, sobre todo, por el modo en que deberá reposicionar sus mensajes. La demanda termina por ser un reclamo para permitir su reingreso en el mundo digital, ese que tanto rédito político y legitimidad le ha brindado.

2024 está muy cerca, el Partido Republicano y el propio Trump lo saben. La luna de miel del actual presidente Joe Biden parece mostrar sus primeras fisuras ante el éxito de la gestión del Covid y las vacunas pero con la paralización económica en el país en estos tiempos post pandemia. Precisamente ahora es un buen momento para Trump; por un lado, la oportunidad de evidenciar las falencias en lo económico por parte de la actual Administración, y en segundo lugar, el reposicionamiento dentro de las filas republicanas en un momento donde no hay una cabeza visible y presidenciable.

El contraataque de Trump no tardó en llegar. A partir de ahora valdría la pena mentalizarse para vivir nuevamente al excéntrico expresidente, ahora en los escenarios y quizás en un futuro cercano, de vuelta en las redes sociales.