El chavismo y la oposición discuten las reglas de juego del diálogo en México

La confirmación de que el 13 de agosto representantes del régimen de Nicolás Maduro y una delegación de la oposición venezolana se verán las caras en Ciudad de México para dar el primer paso de un proceso de negociación política ha captado la atención de distintos actores nacionales. Lo planteado para esos días es la firma de un inicial “memorándum de entendimiento” que sirva de marco para el diálogo que pudiera darse a partir de septiembre.

Pero varios sectores llaman a cuidar cada detalle para evitar que se descarrile el proceso como en 2019, 2017, 2016, 2014 y pare usted de contar. “Si las partes de una pugna se mantienen obsesiva, orgullosa o intransigentemente encadenadas a sus ideas o a sus caprichos, el desenlace tendría que ser el peor”, opina el analista Américo Martín.

El nuevo presidente de la patronal Fedecámaras -que agrupa a buena parte del sector privado de la economía del país- Carlos Fernández, ha dicho que su principal objetivo es “proteger ese proceso de negociación”, pues de los pactos políticos se abrirían nuevas realidades económicas y sociales.

Los “think tank” Oficina de Washington para América Latina (WOLA) e Instituto de Paz de Estados Unidos (USIP) han recomendado que las conversaciones también incluyan a organizaciones de la sociedad civil y defensores de derechos humanos, dar a conocer la agenda de puntos a tratar y permitir fijar una “hoja de ruta” que plantee la implementación de los acuerdos que, insisten, debe abrir caminos para que el chavismo permanezca como acto político activo. Además, creen que Estados Unidos debe comprometerse de lleno con la solución negociada.

Nicolás Maduro ha dicho que su objetivo es que sean levantadas las sanciones internacionales, enviando mensajes a la Casa Blanca, donde ya funcionarios han dicho que tales medidas pueden aliviarse a medida que se concreten escenarios democratizadores en Venezuela, nunca antes.

Entretanto, otros actores opositores han dicho querer participar en lo que, por ahora, se mantiene como un diálogo entre dos bloques aunque el sector liderado por Juan Guaidó ya no sea el único polo frente a Maduro. Eso sí, algunos analistas piden cautela para evitar que muchas manos -como se dice en Venezuela- pongan el caldo morado.