Vuelven los talibanes

Los últimos acontecimientos apuntan a que los talibanes han conquistado bastante territorio en Afganistán y, además, en pocos días. La ofensiva que están llevando a cabo en el país augura nuevos triunfos sobre las tropas gubernamentales y todo hace presagiar entonces que, aunque con dificultades, será probable que el poder talibán se asiente de nuevo en el país asiático con todas las consecuencias que ello producirá tanto a nivel interno como en la escena internacional.

De suceder así, sería una mala noticia para la comunidad internacional y, sobre todo, para el asentamiento de los valores y principios que, sobre todo desde el decenio de los noventa del siglo XX, persigue la comunidad internacional: la democracia y el respeto de los derechos humanos.

El éxito militar que están teniendo los talibanes tiene causas muy precisas y se pueden resumir en el abandono y desinterés de todos por lo que ocurra en Afganistán. La mayoría de los Estados del planeta no quieren participar en el conflicto afgano, quizá porque la experiencia les ha puesto de manifiesto que la toma de decisiones de carácter militar en ese país conduce al fracaso.

La masiva intervención de los soviéticos en diciembre de 1979 terminó mucho después en un descalabro político y militar de envergadura; y la intervención de EE UU desde 2001, al fragor de los actos terroristas de ese año, culmina ahora con una retirada progresiva y sin atisbos de que el país americano quiera involucrarse más en los asuntos afganos. Ambas acciones de tipo militar pueden ser criticadas en términos políticos y, seguramente, no superarían el análisis de la justicia y los mínimos criterios de la convivencia internacional porque, en el fondo, pusieron de relieve que lo que primó fueron los intereses de quienes intervinieron.

Pero el avance y la victoria de los talibanes, si es que se produce, dejarán un sabor profundamente amargo en la comunidad internacional. Con los talibanes, vuelve la violación grave y sistemática de los derechos humanos; la ausencia de todo presupuesto democrático; y es posible que bastantes componentes de inestabilidad e inseguridad en la región y el mundo.