Diplomacia

Histórica visita del ministro de Exteriores israelí a Marruecos

El viaje de Yair Lapid a Rabat sella la normalización de las relaciones bilaterales

El ministro de Exteriores israelí, Yair Lapid, con su homólogo marroquí, Naser Bourita
El ministro de Exteriores israelí, Yair Lapid, con su homólogo marroquí, Naser BouritaMosa'ab ElshamyAP

Diez meses después del reconocimiento marroquí del Estado de Israel –que trascendió a través de un tuit del ex presidente de Estados Unidos Donald Trump-, la visita del ministro de Exteriores, Yair Lapid, a Rabat sella el restablecimiento de relaciones. La gira de dos días, calificada de “histórica” por el propio jefe de la diplomacia israelí, servirá para inaugurar la oficina de enlace israelí en la capital marroquí y para que ambos países suscriban varios acuerdos de cooperación económica y política. Se trata de la primera visita de un ministro israelí al país magrebí en casi 18 años. El último precedente fue el de Silvan Shalom, titular de Exteriores israelí a la sazón, en septiembre de 2003.

“Esta visita histórica se inscribe en la continuidad de la amistad, la larga historia y las tradiciones que la comunidad judía de Marruecos mantiene con la gran comunidad israelí de origen marroquí”, afirmó jefe de la diplomacia israelí. En la primera jornada de su gira, Lapid –presidente del partido Yesh Atid y ex líder de la oposición- fue recibido por su homólogo marroquí, Nasser Bourita, y visitó el mausoleo real de Rabat, donde están enterrados Mohamed VI y Hasán II. Y está previsto que hoy jueves conozca la sinagoga de Beth-El de la ciudad de Casablanca, donde vive casi por entero la exigua población marroquí de confesión judía (2.500 personas; llegó a superar la 250.000 almas tras la II Guerra Mundial).

Lapid estuvo acompañado este miércoles por una delegación de su país integrada por el ministro de Asuntos Sociales, Meir Cohen –natural de la ciudad marroquí de Esauira, una de las juderías históricas del país magrebí-; por el presidente de la comisión de Asuntos Exteriores y Defensa, Ram Ben Barak, y del director general del Ministerio de Exteriores, Alon Ushpiz, se hacía eco el digital marroquí “Le360″.

La visita de Lapid a Marruecos se produce cinco semanas después de la que llevó a cabo en Emiratos. Fue también la primera oficial de un miembro de un gobierno israelí en el país del Golfo, impulsor y firmante de los Acuerdos de Abraham junto a Bahréin.

A pesar de la compleja historia de las relaciones bilaterales, los lazos humanos, sociales y culturales entre Marruecos e Israel son profundos. En torno a un millón de ciudadanos israelíes tienen origen marroquí. No en vano, hasta cuatro ministros del Gabinete Bennett –Energía, Asuntos Sociales, Educación e Igualdad Social- tienen raíces marroquíes.

Desde que ambos países, junto a Estados Unidos, suscribieran el 22 de diciembre pasado cuatro convenciones y una declaración conjunta que sellaba el restablecimiento de relaciones, se han sucedido en estos casi ocho meses las firmas de acuerdos en prácticamente todos los ámbitos, desde el empresarial al de la ciberseguridad pasando por los de la educación y el turismo.

Entre la indiferencia y el rechazo

Entretanto, la opinión pública marroquí, profundamente solidaria con la causa palestina, acoge entre la discreción y el rechazo la normalización de relaciones con Israel. Ante la ausencia de estudios de opinión recientes sobre la cuestión en Marruecos, la última toma de temperatura colectiva fueron las manifestaciones contrarias a la última operación militar israelí en Gaza a mediados del pasado mayo.

El mismo día que se registraba la marcha de Rabat, en la que se corearon eslóganes antiisraelíes ante un fuerte dispositivo de las fuerzas de seguridad en los aledaños del Parlamento, estallaba la crisis migratoria en Ceuta. Un mes después, el islamista PJD –principal partido del Parlamento marroquí- ejerció de anfitrión del líder de Hamás, Ismail Haniya, en su visita de cuatro días a Rabat a mediados del pasado mes de junio. Entretanto, el nuevo ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, sigue esperando de Rabat fecha y hora para poder encontrarse con algún alto representante marroquí.